REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Edición c o n m E m o r a t i v a dE l Bi c E n t E n a r i o
El día 26 de febrero San Martín dispone el traslado de la división en Las Tablas
hacia Rancagua. El 8 de marzo las dos divisiones están reunidas y en condiciones
de batir a Osorio. Las tropas realistas, después de algunas acciones frente a los
patriotas, ingresan a Talca.
San Martín, O’Higgins y sus tropas, en la noche del 19 al 20 de marzo, se
encuentran acampadas en Cancha Rayada. San Martín ha tomado una actitud
característica, de esperar hasta que el enemigo hubiera decidido, para adoptar
una solución definitiva, postergando la batalla final.
Osorio ataca sorpresivamente el campamento patriota, se produce una
desordenada retirada. O’Higgins es herido gravemente en un brazo. El ejército se
reorganiza en la zona de Quechereguas, O’Higgins es atendido por un médico.
Ya en San Fernando, San Martín informa al Gobierno del desastre de Cancha
Rayada.
Después de la derrota de Cancha Rayada, San Martín y O’Higgins empeñaron
todos sus esfuerzos en reorganizar el ejército. En muy poco tiempo, sólo días, lo
consiguieron, y así las fuerzas patriotas estaban ya concentradas y realizando
instrucciones el 1º de abril, en la chacra de Ochagavía.
Osorio advierte que su tropa en general estaba desmoralizada. Pese a ello
continúa su marcha al norte, tras las divisiones patriotas. El día 4 de abril llegó a
la hacienda Lo Espejo.
Durante la noche del 4 al 5 los ejércitos se encontraban a una distancia de
7 kilómetros. A las 11.30 de la mañana, en el lugar llamado Maipú, San Martín
ordena a la artillería iniciar los fuegos de preparación; y que las divisiones den
inicio al ataque sobre las fuerzas realistas.
La situación fue absolutamente adversa a las tropas de Osorio, quien, dándose
cuenta del desastre, emprendió la fuga en dirección a la costa. En los momentos
que las últimas tropas realistas alcanzaban las casas de Lo Espejo, llegaba al
campo de batalla Bernardo O’Higgins, Director Supremo, herido, no quiso dejar de
participar en la acción, y reunió en Santiago las escasas fuerzas disponibles, más
dos compañías de cadetes de la Escuela Militar; parte de sus tropas montadas
pudieron participar en la última fase de la batalla.
La victoria de Maipú afianzó los notables resultados de la batalla de Chacabuco.
Llevó al convencimiento de los mandatarios y jefes realistas del Perú, Alto Perú
y Nueva Granada que la emancipación era un hecho indiscutible. En cuanto a
Chile, su independencia quedó afianzada para siempre.
La falta de persecución tuvo sí, graves consecuencias. San Martín reincidió,
como después de Chacabuco, en el error de no activar la persecución sacando
de su victoria todos los resultados inmediatos.
El 26 de mayo es asesinado Manuel Rodríguez. Un mes antes son fusilados
en Mendoza los hermanos Juan José y Luis Carrera. José Miguel, será fusilado el
4 de septiembre de 1821.
O’Higgins, como gobernante manifestó su gran sentido de estadista y
su ilustrado criterio. Su proyecto para Chile era de acuerdo con la doctrina
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