REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
abril de 1818, el Ejército de Chile contribuyó con un cincuenta por ciento más de
combatientes que el Ejército de los Andes, mientras el Gobierno chileno afrontaba
todos los gustos del sostenimiento de ambos ejércitos.
A la altura del mes de marzo de 1819, las arcas fiscales estaban literalmente
vacías, los sueldos de militares y navales no habría modo de pagarlos. Para
remate de la situación financiera angustiosa, desde Buenos Aires comunicaba
Pueyrredón a O’Higgins en Santiago, el 5 de enero último, que “al Gobierno
argentino le era imposible reunir los quinientos mil pesos con que se había
comprometido a colaborar en la organización y financiamiento de la Expedición
Libertadora del Perú. (Heise).
En carta del ministro de Relaciones Exteriores al representante chileno en
Buenos Aires, a propósito de una petición de soldados, se le decía:
“Pero, al mismo tiempo no puede ocultarse a la penetración de esas autoridades
y de V.S., que es punto poco menos que imposible destinar en las actuales
circunstancias dos o tres mil chilenos aguerridos a combatir en las riberas del Río
de la Plata, El Gobierno de Chile está solemnemente comprometido a verificar
la expedición del Perú en todo el mes de diciembre, o a principios de enero;
y como para ello contábamos con la división del Ejército de los Andes que se
halla repartida en Mendoza, San Juan y San Luis, y ésta ha recibido ya orden
de marchar a Buenos Aires, es evidente que en este caso tiene Chile que poner
en pie, por sí solo, una fuerza de 6 mil u 8 mil hombres para hacer por el Perú
una diversión poderosa en favor de Buenos Aires”: “Archivo O’Higgins “, tomo VI,
págs. 101 y 102.
Las causas de esto residen en la anarquía política de las provincias de
Buenos Aires, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, San Juan, Mendoza y San Luis.
Por ejemplo, en julio de 1819 Rondeaux derrocó a Pueyrredón y en el primer
semestre de 1820 Buenos Aires contó trece gobiernos distintos; el pueblo depuso
al gobernador de Mendoza y una revuelta popular convulsionó a San Luis. El l°
de marzo de 1819, el Director Supremo Pueyrredón escribía al Director Supremo
O’Higgins: “A consecuencia de estos principios he determinado, después del
más serio examen y detenido acuerdo, que el Ejército de los Andes se ponga
inmediatamente en marcha a estas provincias, librando las órdenes convenientes
al General para que aproveche a toda costa el corto tiempo que concede la
estación para el tránsito de la Cordillera”.
Sigue a lo anterior que, al ser derrocado el Director Supremo y disuelto el
Congreso, las nuevas autoridades argentinas se oponían a Impulsar la marcha
de la Expedición Libertadora del Perú, lo cual suscitó la desobediencia de San
Martín a ellas y el ponerse decididamente al servicio de Chile, acompañado de
casi todos sus oficiales, al tenor del Acta de Rancagua, documento firmado el
2 de abril de 1819 por el General de los Andes.
Dicho documento empezaba así:
“El Congreso y el Director Supremo de las Provincias Unidas no existen. De
estas autoridades emanaba la mía de General en Jefe del Ejército de los Andes,
y de consiguiente creo de mi deber y obligación el manifestarlo al cuerpo de
oficiales, para que ellos por si y bajo su espontánea voluntad nombren un General
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