REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
realizados, como tampoco en la pobreza del país, golpeado duramente por las
campañas de la independencia.
Esta presión va acompañada por alusiones directas en relación a su abandono
del proyecto, llegando en 1820 a plantear, en carta a O’Higgins del 13 de abril, lo
siguiente:
“me puse en marcha desde Mendoza en el estado de salud que a V.E. le consta... A mi
arribo quede con V.E, que... a más tardar en mayo podría realizarse (la expedición)...
los aprestos... muy poco han adelantado... si el numerario para los gastos... no se
halla reunido para el término de 15 días... se servirá V.E. nombrar otro general que se
encargue de ella” 9 .
No debió de resultar grato a los sentimientos de O’Higgins sentirse apremiado
por su camarada y amigo, luego de las peripecias a las que se habría obligado
desde 1819 para impulsar el proyecto. Más aún, las enfermedades de San
Martín ese año habrían obligado al Director Supremo de Chile a retardar los
preparativos que una empresa privada realizaba para trasladar la expedición
al Perú, provocando las quejas de los empresarios al Senado, el cual habría
oficiado a O’Higgins el 22 de diciembre de 1819 indicándole que: “se active
cuanta diligencia hay pendiente, i se acopie lo necesario, a fin de que, llegada la
escuadra i facilitada o no la venida del general San Martín, se ejecute sin perdida
de momentos la expedición acordada con V.E... los recursos se agotan... no por
que el general y sus tropas ultramontanas se hallen impedidos, debemos ceder
en la empresa” 10 .
En los días siguientes, se le insistirá a O’Higgins para que se ponga
personalmente a la cabeza del ejército y que emprendiera la campaña con los
recursos humanos que sólo Chile pudiera suministrar, lo que fue desestimado por
el héroe, que continuó esperando el retorno de San Martín.
No terminaban con estas dificultades las angustias del prócer, en 1820, y
cuando la expedición tomaba consistencia, nuevos problemas aparecían en el
horizonte.
La llegada de Cochrane, si bien significó un comando extraordinario para
nuestra escuadra, generó, por la indómita personalidad del Almirante, problemas
con oficiales de la propia escuadra y con el propio gobierno al plantear un plan
alternativo al que preparaban O’Higgins y San Martín, logrando el respaldo del
general Freire que se encontraba al mando de la guarnición de Concepción.
Las dificultades internas en la escuadra, falta de pago, culminaron con una
insubordinación parcial, y por otro lado, en razón de considerarse desautorizado
por el gobierno, con la renuncia de Cochrane el 12 de julio de 1820, lo que motivó la
intervención directa del Director Supremo, que haciendo acopio de una paciencia
y perseverancia a toda prueba, lograron eliminar estos focos de perturbación.
De no menos entidad son las dificultades financieras que el gobierno debe
enfrentar en 1820; de la primera colaboración de 200 mil pesos aprobada en 1818
por el Senado, sólo habrían logrado reunirse 160 mil, por lo que se debió efectuar
9 Diego Barros Arana. Ob. cit. T. XII, p. 587.
10 Diego Barros Arana. Ob. cit. T. XII, p. 574.
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