REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
con los términos para concretar esta expedición, así como tampoco incluyó una
comisión política del gobierno Chileno, que sin entrometerse en los asuntos
netamente militares, velara por los intereses nacionales en la ejecución de dicha
empresa. Esto, tomando en cuenta que ésta se financió a un altísimo costo, con
cargo al erario nacional 33 .
La expedición libertadora del Perú, enarbolando la bandera Chilena, zarpó de
Valparaíso a bordo de la Escuadra Nacional, el día 20 de Agosto de 1820. La
flota expedicionaria al mando de Lord Cochrane, se componía de un convoy de
16 transportes, escoltados por nueve navíos de guerra y 11 lanchas cañoneras,
transportando un Ejército de 5.000 hombres completamente equipados. Este
equipamiento incluía tres vestuarios para cada soldado, 800 caballos, 35 cañones,
15.000 fusiles y 2.000 sables para repuesto, víveres y forraje para seis meses,
más toda clase de pertrechos para cinco años y, una caja militar con la suma
considerable de $ 180.000 pesos 34 .
Debido a este esfuerzo de Chile, la gratitud del Perú así como del libertador
general Simón Bolívar, fue inmensa, reconociendo a O’Higgins el enorme sacrificio
para lograr este propósito. Asimismo, en Europa el prestigio y el respeto hacia
Chile había aumentado en forma enorme, más que a ningún otro de los nuevos
Estados, ya que habiendo sido catalogado como la más pobre de las colonias
españolas, había logrado increíblemente crear la Escuadra naval y el Ejército
más poderosos de la América hispana 35 .
Más tarde, el 5 de Noviembre de 1820, mientras San Martín y sus tropas
permanecían inactivos, Lord Cochrane, en otra acción audaz, se apoderó esta
vez de la magnífica fragata “Esmeralda”, la mejor de las tres naves españolas que
se encontraban fondeadas al abrigo del puerto de “El Callao”. Con esta victoria la
Escuadra Chilena aumentó su poderío, ejerciendo sin contrapeso el dominio del
Océano Pacífico 36 .
33 Esta mala decisión política, que extendió la guerra en Perú más allá de lo previsto, daría origen a varios hechos
que posteriormente reaccionaron en cadena, contribuyendo al desprestigio de O’Higgins y culminando con
su abdicación ante el Cabildo de Santiago. Esto, debido a que el endeudamiento contraído para materializar
esta expedición agotó las capacidades económicas del país, lo cual supuestamente en el corto plazo se
vería controlado por el gobierno, al recompensar las autoridades peruanas el costo total de la expedición,
una vez que Perú fuera independizado. Este supuesto básico nunca sucedió, por cuanto San Martín una vez
que desembarcó en Perú, se desconectó de los planes de Chile. Así, se mantuvo un largo tiempo inactivo
con sus tropas, empeñado en negociaciones estériles y sin buscar destruir el poder militar español como se
esperaba, posibilitando que el Virrey y su Ejército abandonaran Lima y se fortalecieran en la región alta de
la sierra. Después, San Martín ocupó Lima sin combatir y proclamó la independencia del Perú, asumiendo
por decisión propia la cabeza de dicho gobierno en calidad de Protector. Asimismo, desconoció la deuda con
Chile, además de no asumir los costos del mantenimiento de la Escuadra, comandada por Lord Cochrane.
Esta situación inesperada en Perú, que agravó el problema económico, repercutió directamente en la
imposibilidad de apoyar efectivamente al Ejército que combatía a los españoles en el sur, además de la
imposibilidad de mitigar la extrema pobreza de los habitantes afectados por la depredación ocasionada por la
“Guerra a Muerte”, realidad que derivó en breve tiempo al levantamiento civil de las ciudades de Concepción
y Copiapó, apoyadas por la insubordinación del Ejército de Freire. En este escenario, el país llegó al borde de
la guerra civil, provocando luego la convocatoria del Cabildo de Santiago, que llamaría a O’Higgins a dejar su
cargo con el propósito de evitar males mayores.
34 Ibíd., p. 189; p. 19.1.
35 Ibíd., p. 192.
36 lbíd., p. 202.
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