REVISTA LIBERTADOR O'HIGGINS - Instituto Ohigginiano

Ev i s t a li B E r t a d o r o’higgins
la petición de su hijo; la implicancia política que tiene su formación intelectual en
Inglaterra y una probable incorporación a la marina de guerra de España, cree que
es un riesgo el aprobar tales requerimientos. Resuelve Don Ambrosio escribir a
su amigo de la Cruz, ordenándole que comprara a Bernardo una “tenencia”, para
incorporarlo al ejército español. La copia del acta bautismal señalaba Bernardo
O’Higgins; pero el nombre y apellido, usado de manera oficial, en los colegios de
Chillán, de Perú, de su ingreso a España e Inglaterra es el de Bernardo Riquelme;
situación que impidió el cumplimiento del deseo paterno.
O’Higgins regresa a Chile, el 6 de septiembre de 1802. Con la tristeza, por el
fallecimiento de su padre en Lima, el 18 de marzo de 1801, quien le deja como
legado la rica hacienda de “Las Canteras”. En 1802, O’Higgins tiene veinticuatro
años. La mitad de su existencia ha transcurrido en el extranjero.
En 1804, toma la posesión efectiva de sus 16.689 cuadras de tierra, con un
inventario de 540 caballares, 4.266 cabezas de ganado vacuno. Tras de tanto
peregrinar, por fin, se aquieta el espíritu de O’Higgins, en la hacienda de San José
de las Canteras, junto a su madre y a su hermana, “Para lo que me consideraría
más apto, sería para cultivar el suelo; y ésta es la carrera que yo preferiría”, ha
escrito y reiterado en muchas ocasiones.
En dos años completó una plantación con 85.000 viñas y frutales. Construyó
bodegas, molino, casas y cercó potreros. Producía papas, trigo y pasto. De
manera tal, que Bernardo, el estudiante de Lima, el pupilo de Richmond y el
especial dependiente a mérito de Nicolás Cruz, había comenzado de nuevo a ser
chileno, hacendado, huaso, en fin, todo lo necesario para una vida muy cómoda,
como todo un señor terrateniente y hombre de influyente situación.
Es elegido alcalde y corregidor de Chillán, en 1806; miembro de su Cabildo;
Subdelegado de Laja; inicia una relación frecuente y estrecha con las autoridades
de Concepción, especialmente con Juan Martínez de Rozas. Mantiene una
correspondencia secreta, pero activa con Buenos Aires y Santiago; se prepara
para intervenir en el momento oportuno, para acometer la empresa revolucionaria
sin riesgo de fracaso, por intempestiva o aislada.
En su análisis para determinar las características de los actores y las
situaciones regionales y vecinales, que estaban en desarrollo, pudo concluir que
su situación política y personal era de selección y excepcional, no sólo en Chile.
También percibía una solidaridad revolucionaria americana y que era necesaria
una conspiración militar para combatir las fuerzas que España mantenía en las
fronteras del Biobío, con ello se podría ejecutar de un solo golpe la revolución de
Chile.
Las insurrecciones de mayo y julio de 1810, producen la caída del Gobernador,
Brigadier Francisco Antonio García Carrasco. Se nombra en su reemplazo al
Brigadier, Mateo de Toro y Zambrano, Conde de la Conquista, quien autorizó la
celebración de un Cabildo Abierto el 18 de septiembre. Se conformó la Primera
Junta de Gobierno Nacional. El 2 de diciembre la Junta, por medio de un decreto,
da al ejército una nueva organización, dando origen al primer Ejército Nacional, y
se toman las medidas necesarias para la obtención de armas. La adquisición de
armamento y el plan de defensa del reino, no estaban dirigidos contra España, ni
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