08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

120 Tratado del Verbo encarnado C.7 a.9<br />

anuncien cosas alejadas de nuestro conocimiento<br />

no es un caso de profecía, pues no<br />

participan de ningún modo de nuestro estado.<br />

En cambio, Cristo, antes de su pasión,<br />

participaba de nuestra condición, en cuanto<br />

que no era sólo bienaventurado, sino también<br />

viador. Y por eso era profetice el que<br />

conociese y anunciase las cosas que estaban<br />

lejos del conocimiento de los demás viadores.<br />

Y por este motivo se afirma que tuvo<br />

el don de profecía.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir. Las palabras citadas no<br />

demuestran que el conocimiento enigmático<br />

pertenezca a la esencia de la profecía, tal<br />

como se da en el sueño y en la visión, sino<br />

que por medio de ellas se pone de manifiesto<br />

la comparación entre los otros profetas,<br />

que conocieron las cosas divinas en sueño<br />

y en visión, y Moisés, que vio a Dios claramente<br />

y no por enigmas. Este, no obstante,<br />

fue llamado profeta, según Dt 34,10: No<br />

volvió a surgir en Israel un profeta semejante a<br />

Moisés.<br />

Sin embargo, se puede decir que Cristo,<br />

a pesar de tener un conocimiento pleno y<br />

claro en lo que se refiere a su parte intelectiva,<br />

tuvo en su imaginación ciertas imágenes<br />

en las que podía atisbar las cosas divinas,<br />

puesto que no era sólo bienaventurado,<br />

sino también viador.<br />

2. A la segunda hay que decir: La fe tiene<br />

por objeto las cosas que el creyente no ve.<br />

De manera semejante, la esperanza recae en<br />

las cosas que no posee el que espera. En<br />

cambio, la profecía versa sobre las cosas<br />

que están lejos del conocimiento común de<br />

los hombres con los que el profeta vive y<br />

trata en el estado de viadores. Por eso, la fe<br />

y la esperanza contradicen la perfección de<br />

la bienaventuranza de Cristo; pero no la<br />

profecía.<br />

3. A. la tercera hay que decir. El ángel, por<br />

ser bienaventurado, está por encima del<br />

profeta, que es puro viador; pero no está<br />

por encima de Cristo, que fue a la vez<br />

viador y bienaventurado.<br />

ARTICULO 9<br />

¿Poseyó Cristo la plenitud de gracia?<br />

In Sent. 3 di3 q.l a.2 q."l; d.15 q.l a.2 ad 5; In Is.<br />

11; De verit. q.29 a.5; Compend. theol. c.213 y 214; In<br />

lo. 1 lect.8 y 10<br />

Objeciones por las que parece que Cristo<br />

no tuvo la plenitud de gracia.<br />

1. Las virtudes se derivan de la gracia,<br />

como se expuso en la Segunda Parte (1-2<br />

q.l 10 a.4 ad 1). Pero en Cristo no se<br />

dieron todas las virtudes, puesto que careció<br />

de fe y esperanza, como se ha dicho<br />

(a.3.4). Luego Cristo no tuvo la plenitud<br />

de gracia.<br />

2. Aún más: como es claro por lo dicho<br />

en la Segunda Parte (1-2 q.l 11 a.2), la gracia<br />

se divide en operante y cooperante. Se llama<br />

operante a la que justifica al pecador. Y<br />

esto no ocurrió en Cristo, porque nunca<br />

estuvo sujeto al pecado. Por tanto, en Cristo<br />

no existió la plenitud de gracia.<br />

3. Y también: en Sant 1,17 se dice: Toda<br />

buena dádiva y todo don perfecto vienen de arriba,<br />

desáenden del Padre de las luces. Ahora bien, lo<br />

que desciende se posee parcial y no plenamente.<br />

Luego ninguna criatura, ni siquiera<br />

el alma de Cristo, puede tener en plenitud<br />

los dones de la gracia.<br />

En cambio está lo que se dice en Jn<br />

1,14: Le vimos lleno de gracia y de verdad.<br />

Solución. Hay que decir: Poseer plenamente<br />

una cosa equivale a poseerla total<br />

y perfectamente. Pero la totalidad y la<br />

perfección pueden considerarse bajo dos<br />

aspectos: uno, por razón de su cantidad<br />

intensiva, como cuando se dice que alguien<br />

tiene la blancura plenamente porque<br />

la posee en el mayor grado posible. Otro,<br />

por razón de su eficacia, por ejemplo<br />

cuando se dice que alguien tiene la vida<br />

plenamente porque la posee con todos sus<br />

efectos y operaciones. Y, en este sentido,<br />

el hombre tiene la vida plenamente; no,<br />

en cambio, el animal o la planta.<br />

Cristo poseyó la plenitud de gracia en<br />

los dos sentidos. Bajo el primero, porque<br />

la poseyó en grado sumo, del modo más<br />

perfecto en que es posible tenerla. Y esto<br />

resulta evidente, en primer lugar, por la<br />

proximidad del alma de Cristo a la causa<br />

de la gracia. Ya se dijo (a.l) que un ser<br />

en actitud de recibir recibe en mayor grado<br />

cuanto más próximo a la misma está. Y,<br />

por eso, el alma de Cristo, al estar unida<br />

a Dios de la forma más próxima entre<br />

todas las criaturas racionales, recibe la máxima<br />

influencia de su gracia. En segundo<br />

lugar, es claro, por comparación con su<br />

efecto. El alma de Cristo recibía la gracia<br />

de tal modo que de ella redundase en<br />

cierta manera sobre los demás. Por eso<br />

fue conveniente que tuviese la gracia en<br />

grado supremo, como acontece con el fue-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!