08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

498 Tratado del Verbo encarnado C.59 a.2<br />

Artífice omnipotente. Pues, como nosotros y todos<br />

los seres racionales juagamos con rectitud y conforme<br />

a verdad de las cosas inferiores, así sólo juzga de<br />

nosotros la misma Verdad, cuando nos unimos a<br />

ella. Pero de ella nojuzga ni el Padre, pues no es<br />

aquélla menor que éste. Y, por este motivo, lo que<br />

juzga el Padre, lo juzga por medio de ella. Y<br />

después concluye 3 : El Padre, pues, nojuzga a<br />

nadie, sino que ha entregado al Hijo todo juicio.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir: Ese argumento prueba<br />

que el poder judicial es común a toda la<br />

Trinidad; lo cual es cierto. No obstante, por<br />

una cierta aprobación, el poder judicial se<br />

atribuye al Hijo, como se acaba de decir (en<br />

la sol.).<br />

2. A. la segunda hay que decir. Como escribe<br />

Agustín en VI De Trin. 4 , la eternidad se<br />

atribuye al Padre por su título de principio,<br />

lo cual va implicado también en el concepto<br />

de eternidad. En ese lugar dice asimismo<br />

Agustín 5 que el Hijo es el arte del Padre. Así<br />

pues, la potestad de juzgar se atribuye al<br />

Padre en cuanto que es principio del Hijo;<br />

pero la razón misma del juicio se atribuye<br />

al Hijo, por ser el arte y la sabiduría del<br />

Padre; de manera que, como el Padre hizo<br />

todas las cosas por su Hijo por ser su arte,<br />

así también juzga todas las cosas por medio<br />

de su Hijo, por ser éste su sabiduría y su<br />

verdad *. Y esto se da a entender en Daniel,<br />

donde primero se dice que el Anciano de días<br />

se sentó (Dan 7,9), y luego se añade (v.13-14)<br />

que el Hijo del hombre llegó hasta el Anciano de<br />

días, y éste le dio el poder, el honor y el reino. Con<br />

esto se da a entender que la autoridad de<br />

juzgar reside en el Padre, de quien el Hijo<br />

recibe el poder de juzgar.<br />

3. A la tercera hay que decir: Como escribe<br />

Agustín, Inloann. 6 , Cristo dijo que el Espíritu<br />

Santo argüirá al mundo de pecado, así como<br />

si dijera: El derramará la caridad en vuestros<br />

corazones. Así pues, echado el temor de vuestros<br />

corazones, gomaréis de libertad para argüir. Por<br />

consiguiente, el juicio se atribuye al Espíritu<br />

Santo, no bajo la razón de juicio, sino por<br />

la inclinación a juzgar que tienen los hombres.<br />

3. De Vera Relig., c.31: ML 34,148.<br />

6. Tract. 95 super 16,8: ML 35,1871.<br />

35,1585. 9. Hotnil. 39: MG 59,223.<br />

ARTICULO 2<br />

¿El poder judicial le conviene a Cristo<br />

en cuanto hombre?<br />

In Sent. 4 d.48 q.l a.l; la Mt. 25; Cont. Gentes 4,96;<br />

Competid, tbeol. c.24\; Quodl. 10 q.l. a.2; In lo. 5 lect. 4<br />

et 5; fíxpos. super Symb. a.l.<br />

Objeciones por las que parece que el<br />

poder judicial no le conviene a Cristo en<br />

cuanto hombre.<br />

1. Porque dice Agustín, en De Vera Relig.<br />

7 , que el juicio se atribuye al Hijo por ser<br />

la misma ley de la verdad primera. Ahora<br />

bien, esto le corresponde al Hijo en cuanto<br />

Dios. Luego el poder judicial no le conviene<br />

a Cristo en cuanto hombre, sino en cuanto<br />

Dios.<br />

2. Aún más: es propio del poder judicial<br />

premiar a los que practican el bien, lo mismo<br />

que castigar a los malos. Pero el premio<br />

de las obras buenas es la bienaventuranza<br />

eterna, que nadie otorga fuera de Dios, pues<br />

dice Agustín, In loann. 8 , que el alma se hace<br />

bienaventurada por la participación de Dios, y no<br />

por la participación de un alma santa. Luego<br />

parece que el poder judicial no le corresponde<br />

a Cristo en cuanto hombre, sino en<br />

cuanto Dios.<br />

3. Y también: al poder judicial de Cristo<br />

corresponde juzgar los secretos de los corazones,<br />

conforme a aquellas palabras de<br />

1 Cor 4,5: No juaguéis antes de tiempo, hasta<br />

que venga el Señor, que iluminará los escondrijos<br />

de las tinieblas y hará manifiestos los propósitos de<br />

los corazones. Pero esto pertenece sólo al<br />

poder divino, según Jer 17,9-10: Depravado<br />

e inescrutable es el corazón del hombre; ¿quién lo<br />

conocerá? Yo, el Señor, que escudriño el corazón y<br />

pongo a prueba los ríñones, que retribuyo a cada<br />

uno según sus caminos. Luego el poder judicial<br />

no conviene a Cristo en cuanto hombre,<br />

sino en cuanto Dios.<br />

En cambio está lo que se dice en Jn<br />

5,27: Le dio el poder de juagar, por cuanto El es<br />

el Hijo del hombre.<br />

Solución. Hay que decir: El Crisóstomo,<br />

In loann. 9 , da la impresión de pensar que el<br />

poder judicial no le conviene a Cristo en<br />

4. CIO: ML 42,931. 5. De Trin., 1.6 c.10: ML 42,931.<br />

7. C.31: ML 34,148. 8. Tract. 23 super 5,29: ML<br />

b. Esta explicación es fundamentalmente la misma que la dada para situar la función del Verbo<br />

en la creación (I, q.45 a.6) y para justificar la encarnación del Hijo (III, q.3 a.8).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!