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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.55 a.3 Sobre las manifestaciones de la resurrección 473<br />

sus discípulos. Luego no vivía con ellos de<br />

continuo.<br />

Solución. Hay que decir: Sobre la resurrección<br />

de Cristo era preciso declarar a sus<br />

discípulos dos cosas, a saber: la verdad de<br />

la resurrección y la gloria del resucitado.<br />

Para manifestar la verdad de la resurrección,<br />

basta con que se apareció varias veces;<br />

habló familiarmente con ellos; comió y bebió,<br />

y se les ofreció para que le palpasen.<br />

En cambio, para manifestar la gloria de la<br />

resurrección, no quiso vivir de continuo<br />

con ellos, como antes lo había hecho, a fin<br />

de no dar la impresión de que había resucitado<br />

a una vida igual a la que antes tenía.<br />

Por lo cual, en Le 24,44, les dice: Esto es lo<br />

quejo os dije estando aún con vosotros. En estas<br />

circunstancias estaba con ellos con una presencia<br />

corporal; pero antes había estado con<br />

ellos no sólo con una presencia corporal,<br />

sino también mediante la semejanza de la<br />

mortalidad. De donde, exponiendo las palabras<br />

antedichas, dice Beda 8 : Estando aún<br />

con vosotros, esto es: Estando todavía en carne<br />

mortal, en la que estáis también vosotros. Había<br />

resucitado entonces en la misma carne; pero no<br />

compartía con ellos la misma mortalidad.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir: La aparición frecuente<br />

de Cristo bastaba para asegurar a los discípulos<br />

en la verdad de la resurrección; en<br />

cambio, el trato continuo hubiera podido<br />

inducirles a error, suponiendo que creyeran<br />

que había resucitado a una vida semejante<br />

a la que antes tenía. Y el consuelo de su<br />

presencia continua se lo prometió para la<br />

otra vida, conforme a aquellas palabras de<br />

Jn 16,22: De nuevo os veré, y se a/egrará vuestro<br />

corazón, y nadie os quitará vuestro gozo.<br />

2. A ¿a segunda hay que decir: Cristo no<br />

vivía de continuo con sus discípulos por<br />

pensar que estaría mejor en otro sitio, sino<br />

porque pensaba que era más conveniente<br />

para la instrucción de sus discípulos el no<br />

vivir continuamente con ellos, por la razón<br />

antedicha (en la sol. y en el ad 1). Y no<br />

conocemos en qué sitios haya estado corporalmente<br />

durante el tiempo intermedio,<br />

porque la Escritura no lo cuenta, y en todo<br />

lugar está presente su imperio (Sal 102,22).<br />

3. A la tercera hay que decir: Se apareció<br />

con más frecuencia el primer día, porque<br />

era preciso que fueran amonestados con<br />

muchos argumentos, para que recibiesen<br />

desde el primer momento la fe en la resurrección.<br />

Pero, una vez que la habían recibido,<br />

no era necesario que fuesen instruidos<br />

con apariciones tan frecuentes, puesto que<br />

estaban ya confirmados en la fe. Por esto<br />

se lee en el Evangelio que, después del<br />

primer día, sólo se apareció cinco veces.<br />

Como escribe Agustín, en el libro De consensu<br />

Evang. 9 , después de las primeras cinco<br />

apariciones, se les apareció la sexta, cuando le<br />

vio Tomás; la séptima, junto al mar de Tiberíades,<br />

en la pesca de los peces; la octava, en un monte de<br />

Galilea, según Mateo (28,16); la novena, narrada<br />

por Marcos (16,14), estando sentados a la mesa<br />

por última vez puesto que ya no volverían a comer<br />

con El en la tierra; la décima, en el mismo día, ya<br />

no en la tierra sino elevado en una nube, cuando<br />

subía al cielo. Pero no todas las cosas están escritas,<br />

como declara Juan (20,30; 21,25). Antes de que<br />

subiese al cielo, su trato con ellos era frecuente; y<br />

esto para consuelo de los mismos. Por lo<br />

cual, también en 1 Cor 15,6-7 se dice que<br />

se apareció a más de quinientos hermanos a la vez<br />

después se apareció a Santiago; apariciones que<br />

no menciona el Evangelio.<br />

4. A la cuarta hay que decir Como escribe<br />

el Crisóstomo 10 , comentando lo que se dice<br />

en Mt 26,32 —Después de resucitar, iré delante<br />

de vosotros a Galilea—: No, explica, va a una<br />

tierra lejana para aparecérseles, sino que lo hace en<br />

la misma nación, y casi en las mismas regiones en<br />

las que ordinariamente habían vivido con<br />

El; para que también desde entonces creyesen que<br />

el que fue crucificado es el mismo que resucitó. Y<br />

asimismo dice que va a Galilea, para librarlos<br />

del miedo a los judíos.<br />

Así pues, como dice Ambrosio, In Lúe. n ,<br />

el Señor había encargado a sus discípulos que le<br />

viesen en Galilea, pero primeramente se les apareció<br />

cuando, por miedo, estaban encerrados en un lugar.<br />

Y esto no es una transgresión de la promesa, sino<br />

más bien un cumplimiento apresurado por pura<br />

liberalidad 12 . Después, una vez fortalecidos los<br />

ánimos, aquéllos se fueron a Galilea. Tampoco hay<br />

inconveniente en decir que los menos estaban en el<br />

lugar cerrado, y muchísimos se encontraban en el<br />

monte 13 . Y, como dice Eusebio 14 , dos Evan-<br />

8. In Lúe. 24,44,1.6: ML 92,631. 9. L.3, c.25: ML 34,1214. 10. In Mattb., homil.82: MG<br />

58,740. 11. L.10 super 24,49: ML 15,1944. Cf. TOMÁS, Cat. Aur. sup. Le. 24,36, §4. 12. El<br />

texto se lee en TOMÁS, Cat. Aur. sup. Le. 24,36, § 4, bajo el nombre de Los GRIEGOS. 13. AMBROSIO,<br />

In Lúe. 24,49: ML 15,1944. Cf. TOMÁS, Cat. Aur. sup. Le. 24,36, § 4. 14. Qttaest. ad Marinum, q.10:<br />

MG 22,1003. Literalmente en TOMÁS, Cat. Aur. sup. Le. 24,36, § 4.

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