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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.84 a.5 El sacramento de la penitencia 771<br />

1. Comentando las palabras de Sal<br />

125,5: Los que sembraban con lágrimas, dice la<br />

Glosa 12 : No estás triste si posees una buena<br />

voluntad, porque ella te producirá frutos de paz.<br />

Pero la tristeza es elemento propio de penitencia,<br />

según las palabras de 2 Cor 7,10:<br />

La tristeza según Dios produce firme penitencia<br />

para la salvación. Luego la buena voluntad sin<br />

la penitencia es suficiente para la salvación.<br />

2. Aún más: se dice en Prov 10,12: El<br />

amor cubre todas las faltas, y un poco después<br />

en 15,27 (Vg): La misericordia y la fe perdonan<br />

los pecados. Ahora bien, este sacramento no<br />

tiene otro fin que el perdón de los pecados.<br />

Luego, teniendo caridad, fe y misericordia,<br />

cualquiera puede conseguir la salvación, aun<br />

sin el sacramento de la penitencia.<br />

3. Y también: los sacramentos de la<br />

Iglesia tienen su origen en la institución de<br />

Cristo. Pero en Jn 8,11 se lee que absolvió<br />

a la mujer adúltera sin la penitencia. Luego<br />

parece que la penitencia no es indispensable<br />

para la salvación.<br />

En cambio dice el Señor en Le 13,5: Si<br />

no hiciereis penitencia, todos igualmente pereceréis.<br />

Solución. Hay que decir: Una cosa es<br />

indispensable para la salvación de dos modos:<br />

uno, de modo absoluto; otro, en determinadas<br />

circunstancias. De modo absoluto<br />

es indispensable todo aquello sin lo cual<br />

nadie puede salvarse, como es la gracia de<br />

Cristo o el sacramento del bautismo, mediante<br />

el cual se renace en Cristo. Pero el<br />

sacramento de la penitencia es indispensable<br />

sólo en determinadas circunstancias, o<br />

sea, es indispensable no a todos, sino a<br />

aquellos que yacen bajo el peso del pecado.<br />

Se dice, en efecto, al final del 2 Par' 3 : Y tú,<br />

Señor de los justos, no impusiste penitencia a los<br />

justos Abrahán, Isaac y Jacob, los cuales no pecaron<br />

contra ti.<br />

Ahora bien, el pecado, una vez consumado,<br />

engendra la muerte, como se dice en Sant 1,15.<br />

Por tanto, es indispensable para la salvación<br />

del pecador que le sea quitado el pecado.<br />

Lo cual no se puede conseguir sin el sacramento<br />

de la penitencia, en el cual actúa la<br />

virtud de la pasión de Cristo por la absolu-<br />

ción del sacerdote en simultaneidad con los<br />

actos del penitente, el cual coopera con la<br />

gracia en la destrucción del pecado, puesto<br />

que, como dice San Agustín en Super lo. 14 :<br />

El que te creó sin ti no te salvará sin ti. Por<br />

consiguiente, queda claro que el sacramento<br />

de la penitencia es indispensable para la<br />

salvación después del pecado. De la misma<br />

manera que la medicina es indispensable<br />

para el cuerpo después que uno ha contraído<br />

una enfermedad grave.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Esa glosa parece que<br />

debe referirse a aquellos cuya buena voluntad<br />

no ha sido interrumpida por ningún<br />

pecado: éstos, ciertamente, no tienen ningún<br />

motivo de tristeza. Pero desde el momento<br />

en que la buena voluntad ha quedado<br />

suprimida por el pecado, no puede ser<br />

restituida sin la tristeza, puesto que uno<br />

debe dolerse del pecado cometido. Y este<br />

dolor pertenece a la penitencia.<br />

2. A la segunda hay que decir: Desde el<br />

momento en que uno ha cometido un pecado,<br />

no le libran de él la caridad, la fe y la<br />

misericordia sin la penitencia. La caridad, en<br />

efecto, exige que el hombre se duela de la<br />

ofensa cometida contra el amigo, y que el<br />

hombre busque la reconciliación con el<br />

amigo. Igualmente, la fe exige que uno<br />

quiera ser justificado por la virtud de la<br />

pasión de Cristo, que actúa en los sacramentos<br />

de la Iglesia. Y, finalmente, la misericordia<br />

bien ordenada exige que el hombre<br />

remedie con la penitencia la miseria en que<br />

cae por el pecado, según las palabras de<br />

Prov 14,34: El pecado hace miserables a los<br />

pueblos. Por eso, también se dice en Eclo<br />

30,24: Ten misericordia de tu alma haciendo lo<br />

que place a Dios.<br />

3. A. la tercera hay que decir: Cristo confirió<br />

a la mujer adúltera el efecto del sacramento<br />

de la penitencia, que es la remisión<br />

de los pecados, por la potestad de excelencia<br />

que solamente él tuvo, como se dijo<br />

ya 15 , aunque se le confirió no sin la penitencia<br />

interior, que él mismo por la gracia<br />

produjo en ella.<br />

12. LOMBARDI: ML 191,1155; S. AGUSTÍN, Enarr. inpsalm. ps.124,5: ML 37,1664. 13. Cf. Orat.<br />

Manas, v.8. 14. Serm. adpopul. serm.169 c.ll: ML 38,923. 15. Q.64 a.4 ad 1.3; q.72 a.l ad 1.

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