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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.23 a.3 Sobre la adopción. ¿Le conviene a Cristo? 235<br />

3. A la tercera hay que decir Como acabamos<br />

de afirmar (a.l ad 2), la filiación adoptiva<br />

es una semejanza de la filiación eterna,<br />

como todas las cosas realizadas en el tiempo<br />

son semejanzas de las existentes desde<br />

toda la eternidad. Ahora bien, el hombre se<br />

asemeja al esplendor del Hijo eterno por la<br />

claridad de la gracia, que se atribuye al<br />

Espíritu Santo. Y, por ese motivo, aunque<br />

la adopción sea común a toda la Trinidad,<br />

se apropia al Padre como autor, al Hijo<br />

como ejemplar, y al Espíritu Santo como el<br />

que imprime en nosotros la semejanza del<br />

ejemplar.<br />

ARTICULO 3<br />

El ser adoptado, ¿es exclusivo de la<br />

criatura racional?<br />

In Sent. 3 d.10 q.2 a.2 q. a l y 2.<br />

Objeciones por las que parece que el ser<br />

adoptado no es exclusivo de la criatura<br />

racional.<br />

1. Dios no es Padre de la criatura racional<br />

a no ser por la adopción. Pero también<br />

es llamado Padre de la criatura irracional,<br />

según palabras de Job 38,28: ¿Quién es el<br />

Padre de la lluvia? o ¿quién engendró las gotas de<br />

la lluvia? Luego la adopción no es algo<br />

exclusivo de la criatura racional.<br />

2. Aún más: algunos son llamados hijos<br />

de Dios en virtud de la adopción. Pero, en<br />

la Escritura, ser hijos de Dios parece atribuirse<br />

propiamente a los ángeles, conforme<br />

a lo que se lee en Job 1,6: Un día, presentándose<br />

ante el Señor los hijos de Dios. Luego el ser<br />

adoptado no es algo privativo de la criatura<br />

racional.<br />

3. Y también: lo que es propio de una<br />

naturaleza conviene a todos los que la tienen,<br />

como acontece con la risibilidad respecto<br />

de todos los hombres. Pero el ser<br />

adoptado no conviene a todas las criaturas<br />

racionales. Luego el ser adoptado no es<br />

propio de la criatura racional.<br />

En cambio está que, según Rom 8,17,<br />

los hijos adoptados son herederos de Dios.<br />

Ahora bien, tal herencia solamente corresponde<br />

a la criatura racional. Luego el ser<br />

adoptado es exclusivo de la criatura racional.<br />

Solución. Hay que decir: Como acabamos<br />

de exponer (a.l ad 2), la filiación adoptiva<br />

es una semejanza de la filiación natural.<br />

Pero el Hijo de Dios procede naturalmente<br />

del Padre como Verbo intelectual, siendo<br />

una sola cosa con el mismo Padre. Así pues,<br />

la semejanza con el Verbo puede producirse<br />

de tres modos. Primero, en cuanto a la<br />

noción de forma, no en cuanto a la intelectualidad<br />

del mismo; como acontece con la<br />

forma exterior de una casa, que se asemeja<br />

al verbo mental del artífice en cuanto a la<br />

noción de forma, pero no en cuanto a la<br />

intelección, porque la forma de la casa plasmada<br />

en la materia no es inteligible, como<br />

lo era en la mente del arquitecto. Segundo,<br />

no sólo en cuanto a la noción de la forma,<br />

sino también en cuanto a la intelectualidad<br />

del Verbo; como la ciencia que surge de la<br />

mente del discípulo se asemeja a la idea que<br />

hay en la mente del maestro. Y, bajo este<br />

aspecto, la criatura racional, incluso vista<br />

según su naturaleza, se asemeja al Verbo de<br />

Dios. Tercero, en cuanto a la unidad que el<br />

Verbo mantiene con el Padre, lo que se<br />

realiza mediante la gracia y la caridad. Por<br />

eso ora el Señor en Jn 17,21-22: Sean uno en<br />

nosotros, como también nosotros somos uno. Y esta<br />

semejanza es la que consuma la idea de<br />

adopción, pues la herencia eterna se debe a<br />

los que se asemejan al Verbo bajo este<br />

aspecto b .<br />

De donde resulta claro que el ser adoptado<br />

conviene en exclusiva a la criatura<br />

racional; pero no a toda, sino a la que posee<br />

la caridad. Esta es derramada en nuestros corazones<br />

por el Espíritu Santo, como se dice en<br />

Rom 5,5. Y por eso, en Rom 8,15, se llama<br />

al Espíritu Santo Espíritu de adopción para los<br />

hijos.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Dios se llama Padre de<br />

la criatura irracional no propiamente por la<br />

adopción, sino en virtud de la creación,<br />

según el modo primero de participación en<br />

la semejanza.<br />

2. A. la segunda hay que decir: Los ángeles<br />

son llamados hijos de Dios por vía de<br />

adopción, no porque les competa a ellos en<br />

primer lugar, sino porque fueron los primeros<br />

que recibieron la adopción filial.<br />

3. A. la tercera hay que decir: La adopción<br />

no es una propiedad que se derive de la<br />

b. Estos argumentos suponen lo dicho sobre la función del Verbo en la creación (I q.45 a.6), que<br />

después se aplica también a la encarnación (III q.3 a.8).

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