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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.21 a.3 Sobre la oración de Cristo 223<br />

conforme a sus sentimientos naturales, querer<br />

algo que Dios no quiere; tercera, para<br />

probar que el hombre debe subordinar sus<br />

propios deseos a la voluntad divina. Por eso<br />

dice Agustín en el Enchir. 8 : A.SÍ Cristo, comportándose<br />

como hombre, manifestó su voluntad<br />

humana particular, al decir: Pase de mí este cáliz<br />

(Mt 26,39). Era su voluntad humana la que<br />

quería algo propio j como privado. Mas, porque<br />

quiere ser un hombre recto y dirigirse hacia Dios,<br />

añade: Sin embargo, no se haga como yo quiero,<br />

sino como quieres tú (Mt 26,39), como si dijera:<br />

Mírate en mí, porque puedes querer una cosa<br />

propia, aun cuando Dios quiera otra.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir. La carne salta de gozo<br />

por el Dios vivo, no por un acto de la carne<br />

que suba hacia Dios, sino por una redundancia<br />

del corazón en la carne, en cuanto<br />

que el apetito sensitivo sigue al movimiento<br />

del apetito racional.<br />

2. A la segunda hay que decir: Aunque el<br />

apetito sensitivo quisiera lo que pedía la<br />

razón, no competía, sin embargo, a la sensibilidad<br />

pedirlo por la oración, sino que<br />

competía a la razón, como se ha dicho (en<br />

la sol.).<br />

3. A la tercera hay que decir: La unión<br />

personal se realiza en el ser personal, que<br />

pertenece a todas las partes de la naturaleza<br />

humana. Pero la ascensión de la oración se<br />

produce mediante un acto que sólo pertenece<br />

a la razón, como queda dicho (en la<br />

sol.). Por tanto, no hay paridad de razones.<br />

ARTICULO 3<br />

¿fue conveniente que Cristo orase por si<br />

mismo?<br />

ln Sent. 3 d.17 a.3 q."2<br />

Objeciones por las que parece no haber<br />

sido conveniente que Cristo orase por sí<br />

mismo.<br />

1. Dice Hilario en el libro X De Trin. 9 :<br />

No siendo de provecho para él las palabras de la<br />

oración, oraba, sin embargo, para utilidad de nuestra<br />

fe. Así pues, parece que Cristo no oró<br />

por sí mismo, sino por nosotros.<br />

2. Aún más: nadie ora más que por lo<br />

que desea, porque, como queda ya dicho<br />

(a.l), la oración es una exposición de la<br />

propia voluntad con la intención de que<br />

Dios la sacie. Ahora bien, Cristo quería<br />

padecer lo que, de hecho, padecía, pues dice<br />

Agustín en el libro XXVI Contra Faust. 10 :<br />

El hombre ordinariamente, aunque no quiera, se<br />

aflige; aunque no lo quiera, duerme; aunque no lo<br />

quiera, tiene hambre y pasa sed. El, en cambio,<br />

esto es, Cristo, pasó por todas esas experiencias<br />

porque quiso. Luego no le competía orar por<br />

sí mismo.<br />

3. Y también: escribe Cipriano en el<br />

libro De oratione dominica n : El Maestro de la<br />

pazy de la unidad no quiso que se hiciese oración<br />

particular y privadamente, afín de que, al orar, no<br />

lo haga uno sólo por sí mismo. Pero Cristo<br />

cumplió lo que enseñó, según Act \,\: Jesús<br />

comentó a hacer y enseñar. Luego Cristo no oró<br />

nunca por sí solo.<br />

En cambio está lo que el propio Señor<br />

dice, orando, en Jn 17,1: Glorifica a tu Hijo.<br />

Solución. Hay que decir. Cristo oró por sí<br />

mismo de dos modos: primero, expresando<br />

los deseos de su sensibilidad, como antes<br />

hemos dicho (a.2), o también de su voluntad<br />

natural, como cuando pidió que se alejase<br />

de él el cáliz de la pasión (Mt 26,39).<br />

Segundo, exponiendo los deseos de su voluntad<br />

deliberada o racional, por ejemplo<br />

cuando pidió la gloria de la resurrección. Y<br />

lo hizo con razón. Como hemos dicho (a.l<br />

ad 1), Cristo quiso servirse de la oración a<br />

su Padre para darnos ejemplo de oración y<br />

para demostrar que su Padre es el autor del<br />

cual procede El desde la eternidad, según<br />

su naturaleza divina, y del que también<br />

recibe todo bien según su naturaleza humana.<br />

Pero así como su naturaleza humana<br />

poseía ya algunos bienes recibidos del Padre,<br />

así también esperaba recibir de El otros<br />

que aún no tenía. Y por eso, así como daba<br />

gracias al Padre por los beneficios recibidos<br />

ya en su humanidad, reconociéndole como<br />

autor de los mismos, como se deduce de<br />

Mt 26,27 y Jn 11,41, de modo semejante<br />

pedía al Padre, por medio de la oración, los<br />

bienes que faltaban a su humanidad, v.gr. la<br />

gloria del cuerpo y otros por el estilo, para<br />

reconocerle asimismo como autor de los<br />

mismos. Y también en esto nos dio ejemplo<br />

para que agradezcamos los bienes recibidos<br />

y pidamos en la oración los que aún no<br />

poseemos.<br />

8. Enarr. in Psalm. ps.32,1 enarr.2 serm.l super vers.l: ML 36,277. Cf. Glossa ordin. super ps.32,1<br />

(111,130 A); Glossa LOMBARDI, super ps.32,1: ML 191,326. 9. N.71: ML 10,398. 10. C.8: ML<br />

42,484. 11. C.8: ML 4,510.

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