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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.55 a.5 Sobre las manifestaciones de la resurrección 475<br />

relación a la fe, fingió que iba más lejos, a saber,<br />

como si fuera un peregrino.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Como escribe Agustín<br />

en el libro De Quaestionibus Evang. 19 , no todo<br />

lo que fingimos es mentira. Pero cuando fingimos<br />

algo que nada significa, entonces hay mentira. En<br />

cambio, cuando nuestra ficción se aplica a un<br />

significado, no hay mentira sino una figura de la<br />

verdad. De otro modo, todo lo que los santos y<br />

sabios varones, e incluso el mismo Señor, han dicho<br />

figuradamente, sería tenido por mentira porque,<br />

conforme al sentido comúnmente aceptado, la verdad<br />

no consiste en expresiones de esa clase. Y asi como<br />

se fingen las palabras, así se fingen también los<br />

hechos para significar algo sin mentira alguna. Y<br />

así sucede en este caso, como acabamos de<br />

decir (en la sol.).<br />

2. A la segunda hay que decir: Como escribe<br />

Agustín, en el libro De consensu<br />

Evang. 20 , el Señor podía transformar su cuerpo,<br />

de suerte que su figura fuese verdaderamente distinta<br />

de la que acostumbraban a ver, ya que<br />

también antes de la pasión se transfiguró en el<br />

monte, de modo que su rostro resplandecía como<br />

el sol. Pero ahora no sucedió así. No es ningún<br />

desatino pensar que el impedimento en los ojos<br />

de los discípulos provino de Satanás, para que<br />

no conociesen a Jesús. De donde, en Le 24,16,<br />

se dice que sus ojos estaban impedidos, para<br />

que no le reconociesen.<br />

3. A la tercera hay que decir: La objeción<br />

alegada tendría valor en caso de que los<br />

discípulos, de la vista de la figura distinta<br />

no hubieran sido conducidos a contemplar<br />

la verdadera figura de Cristo. Como dice<br />

Agustín en el mismo lugar 21 , Cristo sólo<br />

permitió que sus ojos estuviesen impedidos,<br />

del modo dicho, hasta la fracción del pan, a<br />

fin de que, haciéndoles partícipes de la unidad<br />

de su cuerpo, se comprenda que fue retirado el<br />

impedimento del enemigo, de modo que pudieran<br />

reconocer a Cristo. Por lo cual añade en el<br />

mismo lugar z que se les abrieron los ojos y<br />

le conocieron (Le 24,31): no porque antes caminasen<br />

con los ojos cerrados, sino porque se interponía<br />

algo que no les permitía reconocer lo que<br />

\veian, como suele producirlo la debilidad de la<br />

vista o algún humor.<br />

ARTICULO 5<br />

¿Cristo debió poner de manifiesto la<br />

verdad de su resurrección con<br />

argumentos?<br />

In Sent. 3 d.21 q.2 a.3; Compend. theol. c.238<br />

Objeciones por las que parece que Cristo<br />

no debió declarar con argumentos la<br />

verdad de su resurrección.<br />

1. Dice Ambrosio 23 : Donde se busca la fe,<br />

sobran los argumentos. Pero acerca de la resurrección<br />

de Cristo se requiere la fe. Luego<br />

sobran los argumentos.<br />

2. Aún más: Gregorio escribe 24 : Carece<br />

de mérito la fe a la que la razón humana proporciona<br />

pruebas. Ahora bien, no era propio de<br />

Cristo anular el mérito de la fe. Luego no<br />

le correspondía a El confirmar su resurrección<br />

con argumentos.<br />

3. Y también: Cristo vino al mundo<br />

para que por medio de El consiguiesen los<br />

hombres la bienaventuranza, según aquellas<br />

palabras de Jn 10,10: Yo he venido para que<br />

tengan vida, y la tengan en abundancia. Pero con<br />

las manifestaciones de argumentos de este<br />

género parece que se suministra un obstáculo<br />

para la bienaventuranza, puesto que,<br />

por boca del mismo Señor, se dice en Jn<br />

20,29: Bienaventurados los que no vieron y creyeron.<br />

Luego da la impresión de que Cristo no<br />

debió manifestar su resurrección por medio<br />

de algunos argumentos.<br />

En cambio está que en Act 1,3 se dice:<br />

Cristo se apareció a sus discípulos por espado de<br />

cuarenta días con muchas pruebas, hablándoles del<br />

reino de Dios.<br />

Solución. Hay que decir: El argumento se<br />

denomina de dos maneras. Unas veces se<br />

llama argumento a cualquier razón que hace<br />

ver una cosa dudosa 25 . Otras, por argumento<br />

se entiende algún signo sensible que se<br />

aduce para la manifestación de una verdad;<br />

en este sentido también Aristóteles, algunas<br />

veces, se sirve de la palabra argumento en<br />

sus libros 26 . Así pues, tomando el argumento<br />

en el primer sentido, Cristo no demostró<br />

su resurrección a los discípulos por medio<br />

de argumentos. Porque tal prueba por medio<br />

de argumentos parte de unos principios<br />

19. L.2q.51 super Lc.24,28: ML 35,1362. 20. L.3 c.25 n.72: ML 34,1206. 21. De consensu<br />

Evang., 1.3 c.25: ML 34,1206. 22. AGUSTÍN, De consensu Evang., 1.3 c.25: ML 34,1206. 23. De<br />

Pide, 1.1 c.13: ML 16,570. 24. In Evang., 1.2 homil.26: ML 76,1197. 25. Cf. TULIO CICERÓN,<br />

Top., c.2 (DD 1,490); BOECIO, In Top. Cicer., 1.1 § Ut igitur earum rerum: ML 64,1048. 26. Prior<br />

Analyt., 1.2 c.29 n.10 (BK 70b2); Rhet., 1.1 c.2 n.16 (BK 1357b4).

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