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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.14 a.3 Defectos corporales asumidos por Cristo 169<br />

ARTICULO 3<br />

¿Contrajo Cristo los defectos corporales?<br />

In Sent. 3 d.15 q.l a.3; d.21 q.l a.2; Compend. theol.<br />

c.226<br />

Objeciones por las que parece que Cristo<br />

contrajo los defectos corporales.<br />

1. Se dice que contraemos algo cuando<br />

lo recibimos originariamente con la naturaleza.<br />

Pero Cristo, por su mismo origen,<br />

junto con la naturaleza humana recibió los<br />

defectos corporales provenientes de su Madre,<br />

cuya carne también estaba sometida a<br />

defectos de esta clase. Luego da la impresión<br />

de que contrajo tales defectos.<br />

2. Aún más: lo causado por los principios<br />

de la naturaleza se recibe juntamente<br />

con ésta, y así es contraído. Pero las penalidades<br />

de este tipo son causadas por los<br />

principios de la naturaleza humana. Luego<br />

Cristo las contrajo.<br />

3. Y también: por estos defectos, Cristo<br />

se hizo semejante a los demás hombres,<br />

como se lee en Heb 2,17. Ahora bien, los<br />

demás hombres han contraído tales defectos.<br />

Luego parece que también los contrajo<br />

Cristo.<br />

En cambio está que esos defectos se<br />

contraen como consecuencia del pecado,<br />

según Rom 5,12: Por un hombre entró el pecado<br />

en el mundo, y por el pecado la muerte. Pero en<br />

Cristo no existió el pecado. Luego Cristo no<br />

contrajo estos defectos.<br />

Solución. Hay que decir: En el verbo contraer<br />

está indicado el orden entre efecto y<br />

causa, de manera que se contrae una cosa<br />

cuando ésta es traída con su causa necesariamente<br />

y al mismo tiempo. Ahora bien, la<br />

causa de la muerte y de los defectos de esta<br />

clase en la naturaleza humana es el pecado,<br />

porque por el pecado entró la muerte en el mundo,<br />

como se dice en Rom 5,12. Y por eso,<br />

hablando con propiedad, se dice que contraen<br />

tales defectos los que incurren en ellos<br />

como merecidos por el pecado. Pero Cristo<br />

no tuvo esos defectos en cuanto merecidos<br />

por el pecado, porque, como dice Agustín 7<br />

comentando el pasaje de Jn 3,31, el que viene<br />

de arriba está sobre todos: Cristo viene de arriba,<br />

esto es, de la sublimidad que tuvo la naturaleza<br />

humana antes del pecado del primer hombre. El<br />

tomó, en efecto, la naturaleza humana sin<br />

el pecado, en la pureza que tenía en el<br />

estado de inocencia. Y de igual manera<br />

hubiera podido asumir una naturaleza humana<br />

exenta de defectos. Por consiguiente,<br />

queda claro que Cristo no contrajo tales<br />

defectos como tomándolos a modo de deuda<br />

por el pecado, sino por su propia voluntad.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: El cuerpo de la Virgen<br />

fue concebido en pecado original d , y por<br />

eso contrajo estos defectos. Pero el cuerpo<br />

de Cristo asumió de la Virgen una naturaleza<br />

sin culpa. Y del mismo modo hubiera<br />

podido asumir una naturaleza exenta de<br />

sufrimientos; pero quiso asumir las penas<br />

con miras a realizar la obra de nuestra<br />

redención, como hemos dicho (a.l). Y por<br />

eso tuvo tales defectos, no contrayéndolos,<br />

sino asumiéndolos voluntariamente.<br />

2. A. la segunda hay que decir: La causa de<br />

la muerte y de los demás defectos de la<br />

naturaleza humana es doble: una, remota,<br />

cimentada en los principios materiales del<br />

cuerpo humano, por estar éste compuesto<br />

de elementos contrarios. Pero esta causa<br />

estaba impedida por la justicia original'. Y,<br />

por eso, la causa próxima de la muerte y de<br />

los otros defectos es el pecado, que motivó<br />

la privación de la justicia original. Y como<br />

Cristo estuvo exento de pecado, de ahí que<br />

digamos que no contrajo los defectos aludidos,<br />

sino que los asumió voluntariamente.<br />

3. A la tercera hay que decir: Cristo se<br />

asemejó a los demás hombres en estos<br />

defectos en cuanto a la forma, no en cuanto<br />

a la causa de los mismos. En consecuencia,<br />

no contrajo tales defectos a la manera en<br />

que los contraen los demás hombres.<br />

7. Literalmente se lee en HUGO DE SAN CARO, In Univ. Test., In loann. 3,31 (6,301 va), bajo el<br />

nombre de AGUSTÍN. Bajo el nombre de ALCUINO se encuentra en S. TH., Cat. Aur. sup. lo. 3,31, § 10;<br />

y de forma incompleta en Glossa ordin. super loann. 3,31 (5,196 F).<br />

d. Se niega expresamente la inmaculada concepción de María. Esta opinión debe ser interpretada<br />

en su contexto (véase q.27) y abandonada después de la definición dogmática.<br />

e. «Justicia original» era un don preternatural de impasibilidad e inmortalidad, pues la condición<br />

humana, incluso sin pecado, es corruptible (I q.97 a.l). Como la «justicia original» se pierde por el<br />

pecado, éste aparece como causa de la corrupción y de la muerte.

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