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Tertia Pars - Suma Teológica

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430 Tratado del Verbo encarnado C.49 a.2<br />

divino para expulsar el pecado, como acabamos<br />

de decir (en la sol.).<br />

2. A la segunda hay que decir: Aunque la<br />

pasión de Cristo sea corporal, obtiene, sin<br />

embargo, un poder espiritual de la divinidad,<br />

de la que la carne, que le está unida, es<br />

instrumento. Y, a causa de ese poder, la<br />

pasión de Cristo es causa de la remisión de<br />

los pecados.<br />

3. A. la tercera hay que decir: Cristo, con su<br />

pasión, nos libró causalmente de los pecados,<br />

es decir, instituyendo una causa de<br />

nuestra liberación, en virtud de la cual pudiera<br />

ser perdonada cualquier clase de pecados<br />

en cualquier tiempo, tanto pasados<br />

como presentes o futuros; como si un médico<br />

prepara una medicina con la que pueda<br />

curarse cualquier clase de enfermedad, incluso<br />

en el futuro".<br />

4. A. la cuarta hay que decir. Por haber<br />

precedido la pasión de Cristo como causa<br />

universal de la remisión de los pecados,<br />

como acabamos de decir (ad 3), es necesario<br />

que se aplique a cada uno para la remisión<br />

de los propios pecados. Y esto se<br />

realiza por el bautismo, la penitencia y los<br />

demás sacramentos, que obtienen su poder<br />

de la pasión de Cristo, como luego se verá<br />

(q.62 a.5).<br />

5. A. la quinta hay que decir: También por<br />

la fe se nos aplica la pasión de Cristo para<br />

recibir sus frutos, según aquellas palabras de<br />

Rom 3,25: A. quien ha puesto Dios como sacrificio<br />

de propiciación, mediante la fe en su sangre.<br />

Pero la fe por la que somos purificados de<br />

los pecados no es la fe informe, que puede<br />

coexistir con el pecado, sino la fe informada<br />

por la caridad, para que, de esta manera, se<br />

nos aplique la pasión de Cristo no sólo en<br />

cuanto al entendimiento, sino asimismo en<br />

cuanto a la voluntad. Y también por este<br />

medio se perdonan los pecados en virtud<br />

de la pasión de Cristo.<br />

ARTICULO 2<br />

¿Por la pasión de Cristo fuimos librados<br />

del poder del demonio?<br />

Supra q.48 a.4; In Sent. 3 d.19 a.2; In Hebr. 2 lect.4<br />

Objeciones por las que parece que no<br />

hemos sido liberados del poder del demonio<br />

mediante la pasión de Cristo.<br />

1. No tiene poder sobre algunos aquel<br />

que no puede hacer nada sobre ellos sin el<br />

permiso de otros. Ahora bien, el demonio<br />

no ha podido nunca hacer cosa alguna en<br />

perjuicio de los hombres sin la permisión<br />

divina, como es evidente por la historia de<br />

Job (c.l y 2), a quien, recibida la permisión<br />

divina, dañó primero en los bienes y luego<br />

en el cuerpo. Y del mismo modo se dice en<br />

Mt 8,31-32 que los demonios no pudieron<br />

entrar en los puercos más que cuando Cristo<br />

se lo concedió. Luego el demonio no<br />

tuvo nunca poder sobre los hombres. Y, en<br />

tal supuesto, no hemos sido librados del<br />

poder del diablo por la pasión de Cristo.<br />

2. Aún más: el demonio ejerce su poder<br />

sobre los hombres tentando y atormentando<br />

corporalmente. Pero esto sigue todavía<br />

sucediendo en los hombres después de la<br />

pasión de Cristo. Luego no hemos sido<br />

liberados del poder del diablo por la pasión<br />

de Cristo.<br />

3. Y también: el poder de la pasión de<br />

Cristo tiene una duración perpetua, conforme<br />

a lo que se dice en Heb 10,14: Con una<br />

sola oblación perfeccionó para siempre a los santificados.<br />

Pero la liberación del poder del diablo<br />

ni se da en todas partes, puesto que<br />

todavía existen en muchos sitios idólatras,<br />

ni será perpetua, porque cuando llegue el<br />

Anticristo ejercerá el demonio su poder en<br />

grado sumo en perjuicio de los hombres.<br />

Sobre esto se dice en 2 Tes 2,9-10 que su<br />

venida irá acompañada del poder de Satanás, de<br />

todo género de milagros, señales y prodigios engañosos.<br />

Luego da la impresión de que la pasión<br />

de Cristo no es causa de la liberación del<br />

género humano del poder del diablo.<br />

En cambio está lo que dice el Señor, en<br />

Jn 12,31-32, cuando se acerca su pasión:<br />

Ahora el príncipe de este mundo será arrojado<br />

fuera, y yo, si fuere levantado de la tierra, atraeré<br />

todas las cosas hacia mí. Pero fue levantado de<br />

la tierra por la pasión de la cru2. Luego por<br />

su pasión fue arrojado fuera el poder del<br />

demonio sobre los hombres.<br />

Solución. Hay que decir: Acerca del poder<br />

que ejercía el demonio sobre los hombres<br />

antes de la pasión de Cristo, hay que tener<br />

en cuenta tres cosas: La primera, por parte<br />

del hombre, que, con su pecado, mereció<br />

ser entregado en poder del diablo, que le<br />

había vencido mediante la tentación. La<br />

a. Cristo nos libera abriéndonos un camino para que cada uno libremente lo recorramos; también<br />

a.3 sol.l.

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