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Tertia Pars - Suma Teológica

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CUESTIÓN 30<br />

Sobre la anunciación de la Santísima Virgen<br />

Pasamos ahora a tratar de la anunciación de la Santísima Virgen. Y sobre ello<br />

se plantean cuatro interrogantes:<br />

1. ¿Fue conveniente que se le anunciase lo que en ella se iba a engendrar?—<br />

2. ¿Quién debía anunciárselo?—3. ¿De qué manera le debía ser anunciado?—<br />

4. ¿En qué orden había de anunciarse?<br />

ARTICULO 1<br />

¿Fue necesario anunciar a la Santísima<br />

Virgen lo que iba a realizarse en ella?<br />

In Sent. 3 d.3 q.3 a.l q. a l<br />

Objeciones por las que parece que no<br />

fue necesario anunciar a la Santísima Virgen<br />

lo que en ella iba a realizarse.<br />

1. Porque la anunciación sólo parece<br />

necesaria para obtener el consentimiento de<br />

la Virgen. Pero tal consentimiento no parece<br />

haber sido necesario, porque la concepción<br />

de la Virgen había sido predicha mediante<br />

profecía de predestinación, que se cumple<br />

sin intervención de nuestra propia voluntad, como<br />

apostilla una Glosa 1 a propósito de Mt 1,22.<br />

Luego no fue necesario que se diese tal<br />

anunciación.<br />

2. Aún más: la Santísima Virgen tenía<br />

acerca de la encarnación aquella fe sin la<br />

que nadie puede estar en estado de salvación,<br />

porque, como se dice en Rom 3,22, la<br />

justicia de Dios se obtiene por la fe en Jesucristo.<br />

Ahora bien, el que cree algo sin duda de<br />

ninguna clase, no necesita de más instrucciones<br />

sobre lo mismo. Luego no fue necesario<br />

que a la Santísima Virgen se le anunciase<br />

la encarnación de su Hijo.<br />

3. Y también: como la Santísima Virgen<br />

concibió corporalmente a Cristo, así también<br />

lo concibe espiritualmente cada una de<br />

las almas; por eso dice el Apóstol en Gal<br />

4,19: Mijitos míos, a los que de nuevo alumbro con<br />

dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en<br />

vosotros. Pero a los que deben concebirle<br />

1. Glossa ordin. (V,8 B). 2. C.3: ML 40,398.<br />

espiritualmente, no se les anuncia tal concepción.<br />

Luego tampoco a la Santísima Virgen<br />

debió anunciársele que concebiría en su<br />

seno al Hijo de Dios.<br />

En cambio está que, según Le 1,31, el<br />

ángel le dijo: He aquí que concebirás en tu seno<br />

j darás a luz un hijo.<br />

Solución. Hay que decir: Fue conveniente<br />

que a la Santísima Virgen se le anunciase<br />

que habría de concebir a Cristo. Primero,<br />

para que se guardase el orden oportuno en<br />

la unión del Hijo de Dios con la Virgen,<br />

esto es: para que su mente fuera instruida<br />

acerca de El antes de que lo concibiese<br />

corporalmente. De donde dice Agustín en<br />

el libro De virginitate 2 : María es más dichosa<br />

recibiendo la fe de Cristo que concibiendo la carne<br />

de Cristo. Y además añade: Nada aprovecharía<br />

a María la unión materna si no llevase con mayor<br />

felicidad a Cristo en el corazón que en el cuerpo".<br />

Segundo, para que pudiera ser testigo<br />

más seguro de este misterio, supuesto que<br />

había sido instruida por inspiración divina<br />

acerca de él.<br />

Tercero, para que ofreciese voluntariamente<br />

a Dios el don de su obediencia, para<br />

lo que se ofreció dispuesta cuando dijo: He<br />

aquí la esclava del Señor (Le 1,38).<br />

Cuarto, para dar a conocer la existencia<br />

de un cierto matrimonio espiritual entre el<br />

Hijo de Dios y la naturaleza humana. Y, por<br />

eso, mediante la anunciación se esperaba<br />

con ansia el consentimiento de la virgen en<br />

nombre de toda la naturaleza humana *.<br />

a. Gracias al Espíritu que actuó en ella, María es antes discípula y creyente que madre física de<br />

Cristo.<br />

b. María da su consentimiento «en lugar de toda la humanidad». La comunidad de salvación, el<br />

nuevo pueblo de Dios, está personalizada en María, nueva Eva en la nueva creación y madre de la<br />

Iglesia.

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