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Tertia Pars - Suma Teológica

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456 Tratado del Verbo encarnado C.52 a.8<br />

cuando descendió a los infiernos. Pero eso<br />

no puede decirse de los niños, como consta<br />

por lo que acabamos de decir (en la sol.).<br />

2. A. la segunda hay que decir: Cuando el<br />

Apóstol dice: La gracia de Dios abundó sobre<br />

muchos, el muchos no debe tomarse comparativamente,<br />

como si numéricamente hayan<br />

sido más los salvados por la gracia de Cristo<br />

que los condenados por el pecado de Adán.<br />

Debe tomarse en sentido absoluto, como si<br />

dijera que la gracia de uno solo, Cristo,<br />

abundó sobre muchos, así como también el<br />

pecado de uno solo, Adán, llegó a muchos.<br />

Pero así como el pecado de Adán solamente<br />

llegó a los que descienden carnalmente<br />

de él por vía seminal, así también la gracia<br />

de Cristo sólo llegó a aquellos que se han<br />

convertido en miembros suyos por una regeneración<br />

espiritual, lo cual no corresponde<br />

a los niños que mueren con el pecado<br />

original.<br />

3. A la tercera hay que decir. El bautismo<br />

se administra a los hombres en esta vida, en<br />

la que el hombre puede cambiarse de la<br />

culpa a la gracia. Pero el descenso de Cristo<br />

a los infiernos fue presentado a las almas<br />

después de esta vida, cuando no son capaces<br />

del cambio antedicho. Y, por este motivo,<br />

los niños son librados del pecado original<br />

y del infierno por medio del bautismo,<br />

pero no por el descenso de Cristo a los<br />

infiernos.<br />

ARTICULO 8<br />

¿Con su descenso a los infiernos, libró<br />

Cristo a las almas del purgatorio?<br />

In Sent. 3 d.22 q.2 a.2 q."4<br />

Objeciones por las que parece que Cristo,<br />

con su descenso a los infiernos, libró a<br />

las almas del purgatorio.<br />

1. Dice Agustín, en la Epístola Ad Evodium<br />

21 : Puesto que testimonios evidentes hacen<br />

mención tanto del infierno como de los dolores, no<br />

hay motivo alguno para creer que el Salvador fue<br />

allí sino para liberarles de esos dolores. Pero si libró<br />

de éstos a todos los que encontró, o a algunos que<br />

juzgó dignos de ese beneficio, todavía estoy investigándolo.<br />

Sin embargo, no dudo de que Cristo fue<br />

a los infiernos y otorgó este beneficio a los que<br />

estaban inmersos en el dolor. Pero no concedió<br />

el beneficio de la liberación a los condenados,<br />

como arriba se ha dicho (a.6). Fuera de<br />

éstos no hay nadie que esté sujeto a los<br />

dolores del castigo sino los que se hallan en<br />

el purgatorio. Luego Cristo libró a las almas<br />

del purgatorio.<br />

2. Aún más: la presencia del alma de<br />

Cristo no tuvo un efecto menor que sus<br />

propios sacramentos. Pero los sacramentos<br />

de Cristo libran a las almas del purgatorio;<br />

y especialmente las libra el de la Eucaristía,<br />

como después se dirá (véase Suppl. q.71 a.9).<br />

Luego con mayor razón fueron libradas las<br />

almas del purgatorio por la presencia de<br />

Cristo cuando descendió a los infiernos.<br />

3. Y también: a los que Cristo curó en<br />

esta vida, los curó totalmente, como dice<br />

Agustín en el libro De Poenitentia 28 . Y en Jn<br />

7,23 dice el Señor: Yo he curado del todo a un<br />

hombre en sábado. Ahora bien Cristo a los que<br />

estaban en el purgatorio los libró del reato<br />

de la pena de daño, que les privaba de la<br />

gloria. Luego también los libró del reato de<br />

la pena del purgatorio.<br />

En cambio está lo que dice Gregorio en<br />

XIII Moral. 29 : Cuando nuestro Creador y Redentor,<br />

entrando en las cárceles del infierno, sacó de allí<br />

las almas de los elegidos, no tolera que vayamos<br />

nosotros allí, de donde libró a otros cuando descendió.<br />

Permite, sin embargo, que vayamos al<br />

purgatorio. Luego descendiendo a los infiernos,<br />

no libró las almas del purgatorio.<br />

Solución. Hay que decir: Como se ha<br />

expuesto muchas veces, el descenso de<br />

Cristo a los infiernos tuvo poder de liberar<br />

en virtud de su pasión. Pero su pasión no<br />

tuvo una virtud temporal y transitoria sino<br />

perpetua, conforme a aquellas palabras de<br />

Heb 10,14: Mediante una sola oblación perfeccionó<br />

para siempre a los santificados. Y, por este<br />

motivo, resulta evidente que la pasión de<br />

Cristo no tuvo entonces una eficacia mayor<br />

que la que tiene ahora. Y, en consecuencia,<br />

los que se encontraron en la condición que<br />

tienen ahora los que están retenidos en el<br />

purgatorio, no fueron librados del mismo<br />

por el descenso de Cristo a los infiernos.<br />

Mas si entonces se encontraban allí en unas<br />

condiciones semejantes a las que tienen los<br />

que ahora son librados del purgatorio por<br />

el poder de la pasión de Cristo, nada impide<br />

que los tales fueran librados del purgatorio<br />

por el descenso de Cristo a los infiernos.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Del texto de Agustín no<br />

27. Epist. 164 c.3: ML 33,712. 28. Entre las Obras de AGUSTÍN, De vera et falsa poenit., c.9:<br />

ML 40,1121. 29. C.43: ML 75,1038.

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