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Tertia Pars - Suma Teológica

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664 Tratado de los Sacramentos C.75 a.8<br />

se cambia en el otro, como el pan se cambia<br />

en el cuerpo de Cristo, y el aire, en el fuego;<br />

mientras que el no ser no se convierte en<br />

el ser. Sin embargo, este cambio se realiza<br />

de distinta manera en una y en otra. Porque<br />

en el sacramento toda la sustancia del pan<br />

se cambia en todo el cuerpo de Cristo,<br />

mientras que en la transmutación natural la<br />

materia de una cosa recibe la forma de otra,<br />

una vez desechada la forma precedente.<br />

Segunda, en la una y en la otra permanece<br />

algo que les es común, lo cual no sucede en<br />

la creación. Hay, sin embargo, diferencias.<br />

Porque en la transmutación natural permanece<br />

la misma materia o sujeto, mientras<br />

que en este sacramento permanecen los<br />

mismos accidentes.<br />

Pues, por todas estas razones, se colige<br />

que nuestro lenguaje en cada caso debe ser<br />

muy diferente. Puesto que, efectivamente,<br />

en ninguno de los tres casos coexisten simultáneamente<br />

los extremos, o sea, los<br />

puntos de partida y de llegada, en ninguno<br />

de los tres casos puede predicarse un extremo<br />

del otro con el verbo sustantivo de<br />

presente, por lo que no decimos: el no ser es<br />

ser, o el pan es el cuerpo de Cristo, o el aire es<br />

fuego, o lo blanco es negro.<br />

Pero teniendo en cuenta que los extremos<br />

se suceden, en los tres casos podemos<br />

utilizar la preposición de para designar la<br />

sucesión. Podemos, en efecto, decir con<br />

propiedad y verdad: del no ser se hace el ser, del<br />

pan se hace el cuerpo de Cristo, del aire se hace el<br />

fuego, y de lo blanco se hace lo negro.<br />

Pero, puesto que en la creación uno de<br />

los dos extremos no se cambia en el otro,<br />

hablando de ella no podemos utilizar la<br />

palabra conversión diciendo que el no ser se<br />

convierte en el ser. Pero sí que podemos utilizarla<br />

en este sacramento y en las transmutaciones<br />

naturales. Mas, como en este sacramento<br />

toda una sustancia se cambia en toda<br />

otra sustancia, a esta conversión se la llama<br />

propiamente transustanciación.<br />

Más aún. Puesto que en esta conversión<br />

no hay sujeto, todo lo que acontece en la<br />

conversión natural por razón del sujeto no<br />

es aplicable a esta conversión. En primer<br />

lugar, es claro que la potencia de pasar a un<br />

término opuesto, presupone la existencia de<br />

un sujeto, por cuya razón decimos que lo<br />

blanco puede ser negro o el aire puede ser fuego,<br />

aunque esta segunda expresión no sea tan<br />

propia como la primera, porque el sujeto de<br />

lo blanco, en el que está la potencia para la<br />

negrura, es toda la sustancia de lo blanco, y<br />

la blancura no es parte de esta sustancia;<br />

mientras que el sujeto de la forma del aire<br />

es parte de la sustancia del aire. Por lo que<br />

decir: el aire puede ser fuego es una proposición<br />

verdadera por sinécdoque, o sea, tomando<br />

la parte por el todo. Porque en esta conversión,<br />

como en la creación, no hay sujeto<br />

común, por lo que no se dice que un<br />

extremo puede ser otro. Por ejemplo, no se<br />

dice que el no ser puede ser ser o que el pan<br />

puede ser el cuerpo de Cristo. Y, por la misma<br />

razón, no se puede decir con propiedad que<br />

¿leí no ser se hace el ser, o que del pan se hace el<br />

cuerpo de Cristo, porque la preposición de<br />

indica una causa consustancial, y tal consustancialidad<br />

de los extremos en las transmutaciones<br />

naturales depende de idéntico sujeto.<br />

Y, por la misma razón, no está permitido<br />

decir que el pan será el cuerpo de Cristo o<br />

que el pan se haga el cuerpo de Cristo, como<br />

tampoco, hablando de la creación, puede<br />

decirse que el no ser será el ser o que el no ser<br />

se haga el ser, porque esta manera de hablar<br />

tiene lugar en las mutaciones naturales por<br />

razón del sujeto, como cuando decimos que<br />

lo blanco se hace negro o que lo blanco será negro.<br />

Pero, porque en este sacramento, después<br />

de la conversión, queda algo de lo que<br />

había antes, o sea, los accidentes del pan,<br />

como se ha dicho ya (a. 5), pueden admitirse<br />

con cierta semejanza algunas de las locuciones<br />

siguientes: El pan sea el cuerpo de Cristo,<br />

o el pan será el cuerpo de Cristo, o del pan se hace<br />

el cuerpo de Cristo, con tal de que con el<br />

nombre pan no se sobreentienda la sustancia<br />

del pan, sino en general esto que se contiene<br />

bajo los elementos de pan, bajo los cuales primeramente<br />

estaba contenida la sustancia de]<br />

pan, y, después, el cuerpo de Cristo.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Aquello de lo cual se<br />

hace otra cosa, algunas veces indica el sujeto<br />

juntamente con uno de los extremos de<br />

la mutación, como cuando decimos de lo<br />

blanco se hace lo negro. Otras veces, sin embargo,<br />

indica solamente lo opuesto o el otro<br />

extremo, como cuando se dice: de la mañana<br />

se hace el día. En estos casos no se quiere<br />

decir que esto se hace aquello, o sea, que de<br />

la mañana se haga el día. Y lo mismo sucede<br />

aquí. Aunque propiamente se diga que del<br />

pan se hace el cuerpo de Cristo, no es propia,<br />

sin embargo, la expresión el pan se hace cuerpo<br />

de Cristo, sino solamente semejante, como<br />

se ha dicho (c.).<br />

2. A la segunda hay que decir. Aquello de<br />

lo cual se hace una cosa, alguna vez será esa

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