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Tertia Pars - Suma Teológica

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512 Tratado de los Sacramentos C.60 a.4<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir Un signo es ambiguo y da<br />

ocasión a error cuando significa varias cosas<br />

que entre ellas no tienen ninguna relación.<br />

Pero cuando significa varias cosas entre las<br />

que hay un cierto orden, el signo ya no es<br />

ambiguo, sino determinado. Así como la palabra<br />

hombre significa tanto el alma como el<br />

cuerpo en cuanto que ambos constituyen la<br />

naturaleza humana, de modo parecido el sacramento<br />

significa los tres aspectos indicados,<br />

unificados por una cierta relación entre sí.<br />

2. A la segunda hay que dedr. El sacramento,<br />

por el hecho de significar una realidad que<br />

santifica, tiene que significar también el efecto<br />

producido, que va implícito en la causa santificante<br />

en cuanto que es santificante.<br />

3. A la teñera hay que decir. Para que haya<br />

sacramento es suficiente que signifique la<br />

perfección que consiste en la forma, y no<br />

es necesario que signifique solamente la<br />

perfección que es el fin'.<br />

ARTICULO 4 f<br />

¿Es siempre el sacramento una cosa<br />

sensible?<br />

Infra q.61 a.l; In Sent. 4 d.l q.l a.2 q.'l; a.3; d.14 q.l<br />

a.l q. a l; Contr. Gent. 4 c.56; In loann. c.3 lect.l<br />

Objeciones por las que parece que no<br />

siempre el sacramento es una cosa sensible.<br />

1. Según el Filósofo en su libro Priorum<br />

9 , todo efecto es signo de su causa.<br />

Pero, de la misma manera que hay efectos<br />

sensibles, hay efectos también inteligibles,<br />

como la ciencia, que es efecto de la demostración.<br />

Luego no todo signo es sensible. Es<br />

suficiente, pues, para que se verifique la<br />

razón de sacramento que sea signo de una<br />

realidad sagrada por la que el hombre se<br />

santifica, como más arriba se ha dicho (a.2).<br />

Luego no se requiere para la verificación de<br />

sacramento una cosa sensible.<br />

2. Aún más: los sacramentos pertenecen<br />

al reino de Dios y al culto de Dios. Pero<br />

no parece que las cosas sensibles formen<br />

parte del culto de Dios, ya que se dice en<br />

Jn 4,24: Dios es espíritu, y los que le adoran,<br />

tienen que adorarle en espíritu y en verdad; y San<br />

Pablo en Rom 14,17: El reino de Dios no es<br />

comida ni bebida. Luego no se requieren cosas<br />

sensibles para que se dé el sacramento.<br />

3. Y también: dice San Agustín en el libro<br />

De Ub. Arbit. 10 que las cosas sensibles son bienes<br />

mínimos sin los que el hombre puede vivir rectamente.<br />

Pero los sacramentos son necesarios para la<br />

salvación, como veremos luego (q.61 a.l), de<br />

tal manera que sin ellos el hombre no puede<br />

vivir rectamente. Luego no es necesario que<br />

el sacramento sea una cosa sensible.<br />

En cambio dice San Agustín en Super lo. n :<br />

Se une ¡apalabra al elemento y se hace el sacramento.<br />

Y en este caso se refiere al agua, que es un<br />

elemento sensible. Luego se requieren cosas<br />

sensibles para realizar un sacramento.<br />

Solución. Hay que dedr: La sabiduría divina<br />

provee a cada cosa según su propia<br />

naturaleza. Por eso dice en Sab 8,1 que<br />

dispone todo suavemente. Y en Mt 25,15: Da a<br />

cada uno según su propia capacidad. Ahora bien,<br />

es connatural al hombre llegar al conocimiento<br />

de las cosas inteligibles a través de<br />

las sensibles. Y como el signo es el medio<br />

por el que se llega al conocimiento de otra<br />

cosa y, por otra parte, las cosas sagradas<br />

significadas en los sacramentos son bienes<br />

espirituales e inteligibles que santifican al<br />

hombre, es lógico que la santificación del<br />

sacramento tenga lugar a través de cosas<br />

sensibles. El mismo sistema se emplea en la<br />

Sagrada Escritura cuando se nos describen las<br />

cosas espirituales con ejemplos de cosas<br />

materiales. Se requieren, pues, para los sacramentos<br />

cosas sensibles g , como lo prueba<br />

también Dionisio en I Caelestis Hierarchiae 12 .<br />

9. L.2 c.29 n.l (BK 70a7). 10. L.2 c.19: ML 32,1268. 11. Tract. 80 super 15,3: ML<br />

35,1840. 12. § 3: MG 3,121; Cf. De eccl. hier., c.2 p.3 § 2: MG 3,417.<br />

e. La finalidad mide y penetra las esencias (I q.5 a.4 sol.l; I q.15 a.l); el fin de los seres precede<br />

a su génesis (I q.5 a.4).<br />

/ En los a.4-8 el discurso se mueve dentro de tres marcos: 1. Para ofrecernos la salvación Dios<br />

se adapta a nuestra condición humana (a.4 c.; a.6 c. arg.3); 2. La Palabra se hace eficaz en el<br />

sacramento (a.4 sed c.); 3. Teoría aristotélica del conocimiento a través de las realidades sensibles<br />

(a.4 c.) y del binomio «materia-forma» (a.7).<br />

g. El término «cosa» o realidad (res) en teología sacramental tiene tres significados: 1. En sentido<br />

agustiniano es la gracia concedida por el signo sacramental externo; 2. Elementos sensibles —cosas,<br />

gestos y palabras— empleados en la celebración sacramental (a.4 c.); 3. En sentido medieval, y<br />

siguiendo a P. Lombardo, res viene a ser un elemento sensible —cosas o gestos— determinado por<br />

las palabras que se llaman «forma» (a.7).

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