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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.30 a.3 Sobre la anunciación de la Santísima Virgen 279<br />

2. Aún más: la visión imaginaria parece<br />

que también es más noble que la visión<br />

corpórea, como la imaginación es una potencia<br />

más elevada que el sentido. Pero el<br />

ángel se apareció a José en sueños, en visión<br />

imaginaria, como es manifiesto por Mt 1,20<br />

y 2,13.19. Luego da la impresión de que<br />

también debió aparecerse a la Santísima<br />

Virgen en visión imaginaria, y no en visión<br />

corpórea.<br />

3. Y también: la visión corpórea de una<br />

sustancia espiritual causa estupefacción a<br />

los que la contemplan, por lo que también<br />

se canta a propósito de la propia Virgen 17 :<br />

Y la Virgen se espantó de la luz. Pero hubiera<br />

sido mejor que su alma hubiera sido preservada<br />

de tal turbación. Luego no fue conveniente<br />

que una anunciación de este género<br />

se hiciese mediante visión corpórea.<br />

En cambio está que Agustín, en un<br />

Sermón 18 , hace comparecer a la Santísima<br />

Virgen hablando de esta manera: Vino a mí<br />

el arcángel Gabriel con rostro resplandeciente, con<br />

vestido brillante, con un modo de andar maravilloso.<br />

Pero estas circunstancias sólo pueden<br />

convenir a una visión corpórea. Luego el<br />

ángel de la anunciación se apareció a la<br />

Santísima Virgen en visión corpórea.<br />

Solución. Hay que decir: El ángel de la<br />

anunciación se apareció a la Madre de Dios<br />

en visión corporal. Y esto fue conveniente:<br />

Primero, en cuanto a lo que se anunciaba,<br />

pues el ángel había venido a anunciar la<br />

encarnación del Dios invisible. Por lo que<br />

fue también conveniente que, para la declaración<br />

de este misterio, una criatura invisible<br />

tomase forma visible, estando además<br />

ordenadas todas las apariciones del Antiguo<br />

Testamento a esta aparición, en la que el<br />

Hijo de Dios se dejó ver en carne.<br />

Segundo, convino a la dignidad de la<br />

Madre de Dios, que había de recibir al Hijo<br />

de Dios no sólo en la mente, sino también<br />

en el seno corporal. Y por tanto, no sólo su<br />

mente, sino también sus sentidos corporales<br />

debían ser vigorizados con la visión angélica.<br />

Tercero, convino a la certeza del misterio<br />

que se anunciaba. Las cosas que captan<br />

nuestros ojos las percibimos con más seguridad<br />

que aquellas que imaginamos. De<br />

donde dice Crisóstomo, In Matth. 19 , que el<br />

ángel no se presentó a la Virgen en sueños<br />

sino visiblemente, pues, dado que recibía del<br />

ángel una altísima comunicación, necesitaba una<br />

visión solemne antes del acontecimiento de un hecho<br />

tan maravilloso d .<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir: La visión intelectual es<br />

mejor que la visión imaginaria o corpórea<br />

si éstas se toman en solitario. Pero el mismo<br />

Agustín dice 20 que es mejor la profecía que<br />

incluye a la vez la visión intelectual y la<br />

imaginaria que aquella que cuenta sólo con<br />

una de ellas. Y la Santísima Virgen no<br />

percibió sólo la visión corporal, sino que<br />

disfrutó también de la iluminación intelectual.<br />

Por lo cual tal aparición fue más noble.<br />

Sin embargo, hubiera sido todavía más<br />

noble en caso de que hubiese contemplado<br />

en visión intelectual al ángel en su propia<br />

sustancia. Pero no es compatible con el<br />

estado del hombre viador ver al ángel en su<br />

esencia.<br />

2. A la segunda hay que decir: La imaginación<br />

es una potencia más noble que los<br />

sentidos externos; sin embargo, como el<br />

principio del conocimiento humano son los<br />

sentidos, en éstos se asienta la máxima<br />

certeza, pues siempre es necesario que los<br />

principios del conocimiento sean los más<br />

ciertos. Y por eso José, a quien el ángel se<br />

le apareció en sueños, no disfrutó de una<br />

aparición tan excelente como la Santísima<br />

Virgen.<br />

3. A la tercera hay que decir. Como dice<br />

Ambrosio, In Lúe. 21 , nos turbamos y nos sentimos<br />

fuera de nosotros mismos cuando estamos<br />

subyugados por el encuentro con un poder superior.<br />

Pero esto no acontece sólo en la visión<br />

corpórea, sino también en la visión imaginaria.<br />

Por lo que en Gen 15,12 se dice que,<br />

puesto el sol, cayó un sopor sobre Abrahán y se<br />

apoderó de él un terror grande y tenebroso. Sin<br />

embargo, el daño ocasionado por tal pertur-<br />

17. En la fiesta de la Anunciación de la Santísima Virgen, 25 de marzo, responsorio 2 de Maitines<br />

(en el antiguo Breviaríum S. O. P. t.l p.1249). 18. Entre las Obras de AGUSTÍN, Serm. Suppos.<br />

serm.195: ML 39,2108. 19. Homil. 4: MG 57,45. 20. De Genesi ad litt. 1.12 c.9: ML 34,461.<br />

21. L.1, sobre 1,11: ML 15,1625.<br />

d. En la anunciación el evangelista Lucas se sirve del esquema bíblico en las teofanías. La razón<br />

de conveniencia destaca el realismo de la encarnación. Hay que admitir una «iluminación intelectual»<br />

de María, pero siempre dentro de la fe (sol.l; a.2 sol.l).

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