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Tertia Pars - Suma Teológica

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770 Tratado de los Sacramentos C.84 a.5<br />

este sacramento. Luego en este sacramento<br />

se requiere la imposición de las manos.<br />

2. Aún más: en el sacramento de la<br />

penitencia el hombre recupera el Espíritu<br />

Santo perdido. Dice, en efecto, Sal 50,14<br />

hablando como penitente: Devuélveme la alegría<br />

de la salvación, confórtame con tu espíritu<br />

generoso. Ahora bien, el Espíritu se da a<br />

través de la imposición de manos, porque<br />

en Act 8,17 se lee que los Apóstoles imponían<br />

sus manos sobre ellos j recibían el Espíritu<br />

Santo; y en Mt 19,13 se dice que le<br />

fueron presentados al Señor unos niños para que<br />

les impusiera las manos. Luego en este sacramento<br />

es necesaria la imposición de las<br />

manos.<br />

3. Y también: son de mayor eficacia las<br />

palabras del sacerdote en este sacramento<br />

que en los otros. Pero en los otros sacramentos<br />

no son suficientes las palabras del<br />

ministro si no van acompañadas de un acto,<br />

como ocurre, por ej., en el bautismo, donde<br />

al mismo tiempo que el sacerdote dice jo te<br />

bautizo, se requiere también la ablución corporal.<br />

Luego, al mismo tiempo que el sacerdote<br />

dice yo te absuelvo, es indispensable que<br />

realice un acto sobre el penitente imponiéndole<br />

las manos.<br />

En cambio el Señor dijo a Pedro (Mt<br />

16,19): Todo lo que desatares en la tierra, etc.,<br />

sin hacer mención de la imposición de manos.<br />

Ni tampoco la menciona cuando dice<br />

a todos los Apóstoles en Jn 20,23: A. quienes<br />

perdonéis los pecados les quedan perdonados. Luego<br />

en este sacramento no se requiere la<br />

imposición de manos.<br />

Solución. Hay que decir. Se hace imposición<br />

de manos en los sacramentos de la<br />

Iglesia para indicar una comunicación más<br />

abundante de la gracia, mediante la cual<br />

aquellos que reciben la imposición de manos<br />

quedan unidos en cierto modo a los<br />

ministros, en los que la gracia debe ser<br />

abundante. Por eso, la imposición de las<br />

manos se hace en el sacramento de la confirmación,<br />

en el que se confiere la plenitud<br />

del Espíritu Santo, y en el sacramento del<br />

orden, en el que se otorga un cierto poder<br />

superior sobre los divinos misterios. Por lo<br />

que en 2 Tim 1,6 se dice: Reaviva la grada de<br />

Dios que está en ti a través de la imposición de<br />

mis manos. Pero el sacramento de la penitencia<br />

no está destinado a comunicar una mayor<br />

excelencia de la gracia, sino a la remisión<br />

de los pecados. En consecuencia, en<br />

este sacramento no se requiere la imposición<br />

de manos, como tampoco se requiere<br />

en el bautismo, en el que se realiza, sin<br />

embargo, una más profunda remisión de los<br />

pecados.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Esa imposición de manos<br />

sobre los enfermos no es un rito sacramental,<br />

sino que está destinada a realizar un<br />

milagro, de tal manera que el contacto de<br />

las manos de hombres santos hacía desaparecer<br />

también las enfermedades corporales.<br />

Y en este sentido se lee en Me 6,5 que el<br />

Señor curaba a los enfermos imponiéndoles las<br />

manos. Y en Mt 8,3 se dice que tocó a un<br />

leproso y le curó.<br />

2. A. la segunda hay que decir: No toda<br />

recepción del Espíritu Santo requiere una<br />

imposición de manos, porque también en el<br />

bautismo recibe el hombre el Espíritu Santo,<br />

y, sin embargo, no se imponen sobre él<br />

las manos. Pero la recepción de la plenitud<br />

del Espíritu Santo sí requiere la imposición<br />

de manos. Y esta plenitud se recibe en la<br />

confirmación.<br />

3. A la tercera hay que decir. En los sacramentos<br />

que se realizan utilizando la materia,<br />

el ministro tiene que ejercer un acto corporal<br />

sobre quien recibe el sacramento, como<br />

ocurre en el bautismo, en la confirmación y<br />

en la extremaunción. Pero este sacramento<br />

no consiste en la utilización de ninguna<br />

materia exterior, sino que hacen de materia<br />

los actos del penitente. Por tanto, de la<br />

misma manera que en la eucaristía el sacerdote<br />

realiza el sacramento con la sola pronunciación<br />

de las palabras, así también aquí<br />

las solas palabras del sacerdote que absuelve<br />

realizan el sacramento de la absolución. Y<br />

si hubiese de ejercer algún acto corporal el<br />

sacerdote, no sería menos adecuada la señal<br />

de la cruz, que se emplea en la eucaristía,<br />

que la imposición de manos, para significar<br />

así que los pecados se perdonan por la<br />

sangre de Cristo. Sin embargo, no es necesario<br />

este signo ni en este sacramento ni en<br />

la eucaristía.<br />

ARTICULO 5<br />

¿Es indispensable este sacramento para<br />

la salvación?<br />

Supra q.65 a.4; Sent. 4 d.14 q.2 a.5 et expos. litt.; d.17<br />

q.3 a.3 q. a l; Cont. Cent. 4 c.72<br />

Objeciones por las que parece que este<br />

sacramento es indispensable para la salvación.

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