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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.69 a.7 Los efectos del bautismo 603<br />

de obrar no procede en ellos de la carencia<br />

de hábitos, sino del impedimento corporal,<br />

como es el caso de los que duermen, que,<br />

aunque tengan los hábitos de las virtudes,<br />

no los pueden ejercitar a causa del sueño.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir. La fe y la caridad se<br />

fundan en la voluntad humana, con la diferencia<br />

de que los hábitos de estas virtudes<br />

y de todas las demás requieren la potencia<br />

de la voluntad, que existe en los niños,<br />

mientras que los actos de las virtudes requieren<br />

el acto de la voluntad, del que un<br />

niño es incapaz. Por eso dice San Agustín<br />

en su libro De Baptismo Parvulorum que<br />

aunque un niño no tenga la fe que se funda en la<br />

voluntad de los creyentes, tiene, sin embargo, la del<br />

sacramento de la fe, que causa el hábito de la<br />

fe, o sea, le hace fiel.<br />

2. A la segunda hay que decir: Dice San<br />

Agustín en su libro De Caritate 19 que nadie<br />

renace del agua y del Espíritu sin quererlo. Lo<br />

cual ha de ser entendido no referido a los<br />

niños, sino a los adultos. Y del mismo<br />

modo han de ser referidas a los adultos las<br />

palabras: no será justificado sin él.<br />

El que los niños se resistan con todas sus<br />

fuerzas cuando van a ser bautizados no se les<br />

tiene en cuenta porque hasta tal punto ignoran lo<br />

que hacen, que ni parece que lo hacen, como dice<br />

San Agustín en su libro De praesentia Dei ad<br />

Dardanum 20 .<br />

3. A la tercera hay que decir: Dice San<br />

Agustín 21 que la santa Madre Iglesia presta a<br />

los niños los pies de otros para que vengan, el<br />

corazón de otros para que crean, la lengua de otros<br />

para que confiesen. Y así los niños creen no<br />

por un acto propio, sino por la fe de la<br />

Iglesia que se les transmite. Y, en virtud de<br />

esta fe, se les confieren la gracia y las<br />

virtudes.<br />

4. A. la cuarta hay que decir: La intención<br />

carnal de los que presentan los niños al<br />

bautismo no les perjudica, como la culpa de<br />

uno no perjudica a otro, a no ser que<br />

consienta en ella. Por eso dice San Agustín<br />

en su Epístola Ad Bonifacium 22 : No te preocupes<br />

porque algunos lleven a bautizar a sus hijos no<br />

para que sean regenerados para la vida eterna, sino<br />

porque piensan que por este remedio conservarán o<br />

recobrarán la salud corporal. Porque no dejan de<br />

ser regenerados, aunque sus padres no les presenten<br />

con esa intención.<br />

ARTICULO 7<br />

¿Tiene el bautismo como efecto la<br />

apertura de la puerta del reino de los<br />

cielos?<br />

Supra q.39 a.5; Sent. 3 d.18 a.6 q."3 ad 2; 4 d.4 q.2 a.2<br />

q."6; Contra Gent. 4 c.59<br />

Objeciones por las que parece que el<br />

bautismo no tiene como efecto abrir las<br />

puertas del reino de los cielos.<br />

1. Lo que ya está abierto no necesita de<br />

apertura. Ahora bien, la puerta del reino de<br />

los cielos fue abierta por la pasión de Cristo,<br />

por lo que se dice en Ap 4,1: después tuve la<br />

siguiente visión: una puerta estaba abierta en el<br />

délo. Luego no es efecto del bautismo la<br />

apertura de la puerta del reino celestial.<br />

2. Aún más: desde el momento en que<br />

fue instituido, el bautismo produce su efecto<br />

en todo tiempo. Pero algunos fueron<br />

bautizados con el bautismo de Cristo antes<br />

de su pasión, como se dice en Jn 3,22-26,<br />

por lo que si éstos hubiesen muerto entonces<br />

no hubiesen podido entrar en el reino<br />

de los cielos, ya que nadie podía entrar en<br />

él antes que Cristo, de acuerdo con la profecía<br />

de Miq 2,13: El que abre camino subirá<br />

delante de ellos. No tiene, pues, por efecto el<br />

bautismo abrir la puerta del reino de los<br />

cielos.<br />

3. Y también: los bautizados continúan<br />

sujetos a la muerte y demás penalidades de<br />

la vida presente, como dijimos más arriba<br />

(a.3). Pero nadie que esté sujeto a una pena<br />

tiene abierta la puerta del reino de los cielos,<br />

como ocurre a los que están en el purgatorio.<br />

Luego no es efecto del bautismo la<br />

apertura de la puerta del reino de los cielos.<br />

En cambio comentando las palabras de<br />

Le 3,21: se abrió el cielo, dice la G/osa 23 de<br />

Beda: Aquí se manifiesta el poder del bautismo:<br />

cuando uno sale de él se le abre la puerta del reino<br />

de los cielos.<br />

Solución. Hay que decir: Abrir la puerta<br />

del reino de los cielos es quitar el obstáculo<br />

que impide entrar en él. Ahora bien, el<br />

obstáculo es la culpa y la pena consiguiente.<br />

Pero, como ya se demostró (a. 1-2), el bautismo<br />

borra totalmente toda clase de culpas<br />

y de penas. Luego el bautismo tiene como<br />

efecto consiguiente la apertura de la puerta<br />

del reino de los cielos.<br />

18. Cf. nota 14. 19. In loann. 2,18 tr.3: ML 35,1997. 20. Epist. 187 c.7: ML 33,841.<br />

21. Sena, adpopul. serm.176 c.2: ML 38,951. 22. Epist. 98 n.5: ML 33,361. 23. In Le. 3,21:<br />

ML 92,358.

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