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Tertia Pars - Suma Teológica

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630 Tratado de los Sacramentos C.72 a.9<br />

ciona al alma. Por lo que un hombre puede<br />

en la edad infantil obtener la perfección de<br />

su edad, de la que se dice en Sab 4,8: La<br />

ancianidad venerable no es la de los muchos días,<br />

ni se mide por el número de años. Así se explica<br />

que muchos adolescentes, robustecidos por<br />

el Espíritu Santo recibido, hayan combatido<br />

valientemente por Cristo hasta derramar su<br />

sangre.<br />

3. A la tercera hay que decir. Como dice<br />

San Juan Crisóstomo en la Homilía De<br />

Macchabeis 2 z, en las competiciones de este mundo<br />

se requieren unas condiciones de edad, de forma y<br />

de sexo, por lo que se prohibe la participación en<br />

ellas a los esclavos, a las mujeres, a los ancianos y<br />

a los niños. Pero en las competiciones celestes el<br />

estadio está abierto indiscriminadamente a todas las<br />

personas de cualquier edad y sexo. Y en la<br />

Homilía De militia spirituali 72 dice: Ante los<br />

ojos de Dios, el sexo femenino tiene puesto también<br />

en la milicia, porque muchas mujeres han sostenido<br />

con ánimo viril el combate espiritual. Algunas, en<br />

efecto, igualaron a los hombres en la lucha del<br />

martirio con la fuerza del hombre interior, y algunas<br />

incluso les superaron. Por lo que este sacramento<br />

se ha de dar a las mujeres.<br />

4. A la cuarta hay que decir: Acabamos<br />

de decir (c.) que el alma, a la que pertenece<br />

la edad espiritual, es inmortal. Por eso, este<br />

sacramento se ha de dar a los moribundos<br />

para que en la resurrección aparezcan perfectos,<br />

conforme a las palabras de Ef 4,13:<br />

hasta que lleguemos a la edad del hombre perfecto,<br />

a la medida de la plenitud de Cristo. Por lo que<br />

Hugo de San Víctor dice 23 : Sería muy peligroso<br />

emigrar de esta vida sin la confirmación, no por<br />

miedo a condenarse, excluido el caso de<br />

desprecio, sino porque ello sería en detrimento<br />

de la perfección. De ahí que los<br />

niños que mueren confirmados alcanzan<br />

mayor gloria, de la misma manera que aquí<br />

obtuvieron mayor gracia. Y el texto citado<br />

se ha de entender en el sentido de que los<br />

moribundos no necesitan este sacramento<br />

para librar las batallas de la vida presente.<br />

ARTICULO 9<br />

¿Debe darse en la frente este sacramento?<br />

Infra a. 11 ad 3; Seat. 4 d.7 q.3 a.3 q.*2; Cont. Geni. 4<br />

c.60; Quodl. 11 q.7; In Rom. c.l lect.5; c.10 lect.2<br />

Objeciones por las que parece que este<br />

sacramento no debe darse en la frente.<br />

1. Este sacramento, como se ha dicho<br />

ya (q.65 a.3.4), perfecciona el bautismo.<br />

Pero el sacramento del bautismo se le confiere<br />

al hombre en todo el cuerpo. Luego<br />

este sacramento no debe darse sólo en la<br />

frente.<br />

2. Más aún: este sacramento, como se<br />

dijo más arriba (a.1.2.4; q.65 a.l), se da para<br />

robustecer espiritualmente. Pero el vigor<br />

espiritual reside principalmente en el corazón.<br />

Luego en lugar de darle sobre la frente<br />

debería darse sobre el corazón.<br />

3. Y también: este sacramento se le da<br />

al hombre para que confiese libremente su<br />

fe cristiana. Pero se dice en Rom 10,10 que<br />

con la boca se confiesa para conseguir la salvación.<br />

Luego este sacramento debe darse mejor<br />

cerca de la boca que en la frente.<br />

En cambio dice Rábano Mauro en su<br />

libro De Instituí. Cleric. 24 : Al bautizado le signa<br />

el sacerdote en la coronilla; pero el obispo, en la<br />

frente.<br />

Solución. Hay que decir: Como se dijo<br />

más arriba (a. 1.4), en este sacramento el<br />

hombre recibe el Espíritu Santo, como robustecimiento<br />

para la lucha espiritual a fin<br />

de que testimonie valientemente la fe cristiana,<br />

incluso ante los adversarios de la fe.<br />

Luego adecuadamente se signa en la frente<br />

con el crisma y el signo de la cruz por dos<br />

razones. La primera porque se marca con el<br />

signo de la cruz, a la manera que un soldado<br />

es marcado con el signo de su jefe, un signo<br />

que debe ser claro y manifiesto. Ahora bien,<br />

entre todas las partes del cuerpo humano la<br />

más visible es la frente, ya que casi nunca<br />

se la cubre. Y, por eso, al confirmado se le<br />

unge en la frente con el crisma para que<br />

ostensiblemente manifieste que es cristiano,<br />

como después de recibir el Espíritu Santo<br />

lo demostraron también los Apóstoles, ellos<br />

que anteriormente estaban escondidos en el<br />

cenáculo.<br />

Segunda, porque hay dos obstáculos que<br />

le impiden a uno confesar libremente el<br />

nombre de Cristo: el temor y la vergüenza.<br />

Ahora bien, el signo de estos sentimientos<br />

se manifiesta principalmente por su cercanía<br />

con la imaginación y porque los sentimientos<br />

suben directamente del corazón a<br />

la frente, por lo que los vergonzosos se sonrojan<br />

y los miedosos palidecen, según se dice en IV<br />

Ethic. 25 . Y, por eso, se signa en la frente<br />

con el crisma para que no se omita confesar<br />

21. Homil. 1: MG 50,619. 22. Homiliae XI homil.5: MG 63,488. 23. De sacram. 1.2 p.7<br />

c.3: ML 176,460. 24. Cf. nota 14. 25. ARISTÓTELES, c.9 n.2 (Bic 1128B13): S. TH. 1.17.

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