08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

C.22 a.2 Sobre el sacerdocio de Cristo 227<br />

2,7: Es un ángel del Señor de los ejércitos. Pero<br />

Cristo fue mayor que los ángeles no sólo en<br />

cuanto a la divinidad, sino también en cuanto<br />

a la humanidad, porque poseyó la plenitud<br />

de gracia y de gloria. Por eso tuvo<br />

además la potestad jerárquica o sacerdotal<br />

de modo muy superior al de los ángeles,<br />

hasta el extremo de que también los ángeles<br />

fueron ministros de su sacerdocio, de acuerdo<br />

con lo que se lee en Mt 4,11: Se acercaron<br />

los ángeles y le servían. Con todo, desde el<br />

punto de vista de su pasibilidad,z hecho un<br />

poco menor que los ángeles, como dice el Apóstol<br />

en Heb 2,9. Y, en este aspecto, fue<br />

semejante a los hombres viadores revestidos<br />

del sacerdocio.<br />

2. A. la segunda hay que decir. Como escribe<br />

el Damasceno en el libro III 3 , lo que es<br />

enteramente semejante, es también idéntico, y no un<br />

simple ejemplo. Así pues, por ser el sacerdocio<br />

de la antigua ley una figura del sacerdocio<br />

de Cristo, no quiso éste nacer de la estirpe<br />

de los sacerdotes figurativos, para que quedase<br />

claro que su sacerdocio no era enteramente<br />

idéntico, sino que difería de aquél<br />

como la verdad de la figura *.<br />

3. A la tercera hay que decir. Como antes<br />

hemos expuesto (q.7 a.7 ad 1; a.10), los<br />

demás hombres poseen parcialmente determinadas<br />

gracias; en cambio, Cristo, como<br />

cabeza de todos, tiene la plenitud de todas<br />

las gracias. Y por eso, en cuanto a los<br />

hombres se refiere, uno es legislador, otro<br />

sacerdote, y otro rey; pero todas estas funciones<br />

tienen lugar a un mismo tiempo en<br />

Cristo, como en la fuente de todas las<br />

gracias. De ahí que se diga en Is 33,22: El<br />

Señor, nuestro juez¡ el Señor, nuestro legislador; el<br />

Señor, nuestro rey, vendrá y nos salvará c .<br />

ARTICULO 2<br />

¿Fue Cristo sacerdote y victima a la vez?<br />

In Hebr. 9 lect.3 y 5<br />

Objeciones por las que parece que Cristo<br />

no fue a la vez sacerdote y víctima.<br />

1. Corresponde al sacerdote matar la<br />

víctima. Pero Cristo no se mató a sí mismo.<br />

3. De Pide Orth. c.26: MG 94,1096. 4. C.5: ML 41,282.<br />

Luego Cristo no fue a la vez sacerdote y<br />

víctima.<br />

2. Aún más: el sacerdocio de Cristo se<br />

parece más al sacerdocio de los judíos, que<br />

fue instituido por Dios, que al sacerdocio<br />

de los gentiles, con el que se daba culto a<br />

los demonios. Pero en la ley antigua nunca<br />

se ofrecía en sacrificio un hombre. Tal práctica<br />

es recriminada en grado sumo en los<br />

sacrificios de los gentiles, según palabras de<br />

Sal 105,38: Derramaron la sangre inocente de sus<br />

hijos y de sus hijas, sacrificándolos a los ídolos de<br />

Canaán. Luego en el sacerdocio de Cristo<br />

no debió ser la víctima el propio Cristo en<br />

cuanto hombre.<br />

3. Y también: toda víctima, por ser<br />

ofrecida a Dios, queda consagrada a El.<br />

Pero la humanidad de Cristo fue consagrada<br />

y estuvo unida a Dios desde el principio.<br />

Luego no puede decirse oportunamente<br />

que Cristo, en cuanto hombre, fuera víctima.<br />

En cambio está lo que dice el Apóstol<br />

en Ef 5,2: Cristo nos amó y se entregó por<br />

nosotros como oblación y víctima a Dios en olor de<br />

suavidad.<br />

Solución. Hay que decir: Como escribe<br />

Agustín en el libro X De Civ. Dei 4 , todo<br />

sacrificio visible es el sacramento, es decir, el signo<br />

del sacrificio invisible. Y es sacrificio invisible<br />

aquel por el que el hombre ofrece a Dios<br />

su propio espíritu, conforme a las palabras<br />

de Sal 50,19: Es sacrificio para Dios el espíritu<br />

contrito. Por eso, todo lo que es ofrecido a<br />

Dios para que el espíritu del hombre sea<br />

llevado hacia El, puede llamarse sacrificio.<br />

Así pues, el hombre necesita del sacrificio<br />

por tres motivos: primero, para la remisión<br />

del pecado, que le aparta de Dios. Y<br />

por eso dice el Apóstol en Heb 5,1 que<br />

concierne al sacerdote ofrecer dones y sacrificios<br />

por los pecados. Segundo, para que el hombre<br />

se conserve en estado de gracia, unido<br />

siempre a Dios, en quien consiste su paz y<br />

su salvación. De ahí que, en la ley antigua,<br />

se sacrificase una víctima pacífica por la<br />

salvación de los oferentes, como se lee en<br />

Lev 3. Tercero, para que el alma del hombre<br />

se una perfectamente a Dios, lo que<br />

b. Destaca la novedad del sacerdocio de Cristo respecto al sacerdocio del A.T., anuncio y figura<br />

del mismo (a.6).<br />

c. El sacerdocio de Cristo va muy unido a su gracia como cabeza de la Iglesia. Esa gracia se<br />

concreta en la inmolación voluntaria de sí mismo que define la novedad de su sacerdocio (a.2).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!