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Tertia Pars - Suma Teológica

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592 Tratado de los Sacramentos C.68 a.10<br />

cibir los niños la gracia de Cristo para reinar<br />

en la vida eterna. El mismo Señor dice en<br />

Jn 3,5: el que no renazca del agua y del Espíritu<br />

no puede entrar en el reino de Dios. Por tanto,<br />

se hizo necesario bautizar a los niños para<br />

que, como naciendo incurren en la condena<br />

por vía de Adán, así renaciendo consigan la<br />

salvación a través de Cristo.<br />

Se hizo conveniente también bautizar a<br />

los niños para que, alimentados desde la<br />

infancia con las cosas de la vida cristiana,<br />

perseveren en ella con más entereza, conforme<br />

a las palabras de Prov 22,6: Instruye<br />

al niño al empegar su camino, que luego, de viejo,<br />

no se apartará de él. Y ésta es la razón que da<br />

Dionisio en Ecclesiasticae hierarchiae 34 d .<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir. La regeneración espiritual,<br />

que tiene lugar en el bautismo, es en<br />

cierto modo semejante al nacimiento carnal<br />

en el sentido siguiente: como los niños<br />

cuando están en el útero materno no se<br />

alimentan por sí mismos, sino que se nutren<br />

del sustento de la madre, así también los<br />

niños, que no tienen uso de razón y que<br />

están como en el útero de la madre Iglesia,<br />

no reciben la salvación de ellos mismos,<br />

sino de la Iglesia. Por lo que San Agustín<br />

dice en I Depeccatorum mentís et remissionez:<br />

La madre Iglesia ofrece a los niños su boca maternal<br />

para que sean instruidos en los santos misterios,<br />

ya que no pueden todavía por su propia voluntad<br />

creer para la justicia, ni proclamar la fe con su boca<br />

para la salvación. Ahora bien 36 , si por este motivo<br />

se les llama correctamente fieles, porque en cierto<br />

modo proclaman su fe por boca de sus padrinos,<br />

¿por qué no se les ha de considerar también como<br />

penitentes cuando por boca de los mismos padrinos<br />

renuncian al demonio y a este mundo? Y por la<br />

misma razón, puede decirse de ellos que<br />

tienen intención, no por un acto propio,<br />

puesto que ellos a veces se resisten y lloran,<br />

sino por la acción de quienes les presentan.<br />

2. A la segunda hay que decir: Dice San<br />

Agustín escribiendo a Bonifacio 3? : Son pre-<br />

sentados los niños para recibir la gracia espiritual<br />

no tanto por aquellos que les llevan en bracos<br />

(aunque también por ellos si son buenos fieles)<br />

cuanto por toda la sociedad de los santos y de los<br />

fieles. Se entiende, pues, que son presentados por<br />

todos aquellos que se alegran de que sean presentadosz<br />

por cuya caridad son asociados a la comunión<br />

del Espíritu Santo'. Sin embargo, la infidelidad<br />

de los propios padres, aunque después<br />

del bautismo intenten iniciarles en los sacrificios<br />

de los demonios, no daña a los niños.<br />

Porque, como ahí mismo dice San Agustín<br />

: El niño es engendrado una sola vezpor la<br />

voluntad de otros. Después no puede ser atado con<br />

el vínculo de la iniquidad ajena si no consiente en<br />

ello por su propia voluntad, conforme a las palabras<br />

de Ez 18,4: «La vida del padre es mía, lo mismo<br />

que la del hijo. El que peque es quien morirá».<br />

Pero por eso contrajo de Adán lo que es borrado<br />

con la gracia de este sacramento, porque su alma<br />

no era todavía un ser vivo independiente. Sin<br />

embargo, la fe de una persona, incluso de<br />

toda la Iglesia, beneficia al niño por obra<br />

del Espíritu Santo, que da unidad a la Iglesia<br />

y comunica los bienes de uno a otro.<br />

3. A la tercera hay que decir. De la misma<br />

manera que el niño, cuando se bautiza, no<br />

cree por sí mismo, sino que cree a través de<br />

otros, así es interrogado no personalmente,<br />

sino a través de otros, y los interrogados<br />

confiesan la fe de la Iglesia en nombre del<br />

niño, quien se incorpora a esta fe por el<br />

sacramento de la fe. Y en lo que se refiere a la<br />

buena conciencia, el niño la consigue también<br />

en sí mismo no de modo actual, sino<br />

habitualmente por la gracia justificante.<br />

ARTICULO 10<br />

Los niños de los judíos o de los infieles,<br />

¿han de ser bautizados contra la<br />

voluntad de sus padres?<br />

2-2 q.10 &.\2; Quodl. 2 q.4 a.2; Quodl. 3 q.5 a.l<br />

Objeciones por las que parece que los<br />

niños de los judíos o de otros infieles han<br />

34. Ib. 35. L.1 c.25: ML 44,131. 36. Ib. c.19: ML 44,131. 37. Cb*fr. ¿«or ep. Pelag.<br />

1.1 c.22: ML 44,570. 38. Epist. 98: ML 33,359.<br />

d. La posibilidad del bautismo de los niños queda justificada: si al entrar en este mundo contraen<br />

sin más el pecado del mismo, pueden recibir también gratuitamente la salvación de Dios en Cristo.<br />

Esta doctrina debe ser completada y actualizada conforme a la Instr. Pastoralis actio, 20 de oct. de<br />

1980, sobre el bautismo de los niños: AAS 72 (1980) 1137-1156.<br />

e. Supone la comprensión de la Iglesia como cuerpo de Cristo y misterio de comunión, cuyo<br />

dinamismo vivo es la solidaridad entre todos sus miembros (q.69 a.6 sol.3; q.71 a.l sol.2 y 3; q.73<br />

a.3 c.). Con esta visión el Conc. de Trento confesó que los niños son bautizados «en la sola fe de la<br />

Iglesia» (DS 1626).

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