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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.8 a.7 La gracia de Cristo en cuanto cabera de la Iglesia 133<br />

mala, sino buena, si la hay, para edificación de la<br />

fe, para que comunique gracia a los oyentes. Luego<br />

parece que el ser cabeza de la Iglesia compete<br />

a otros, además de Cristo.<br />

3. Y también: Cristo, por tener la presidencia<br />

de la Iglesia, no sólo es llamado<br />

cabeza, sino también pastor (Jn 10,11.14) y<br />

fundamento (1 Cor 3,11) de la Iglesia. Pero<br />

Cristo no reservó para sí solo el nombre de<br />

pastor, según las palabras de 1 Pe 5,4:<br />

Cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis<br />

la corona inmarcesible de la gloria. Ni<br />

tampoco retuvo para sí el nombre de fundamento,<br />

conforme a Ap 21,14: El muro de<br />

la ciudad tiene doce fundamentos. Parece, por<br />

consiguiente, que tampoco se reservó para<br />

sí solo el nombre de cabeza.<br />

En cambio está lo que leemos en Col<br />

2,19: El es la cabera de la Iglesia, de la cual el<br />

cuerpo, alimentado j edificado mediante los nervios<br />

j las coyunturas, crece con el aumento de Dios.<br />

Pero esto sólo compete a Cristo. Luego<br />

solamente Cristo es cabeza de la Iglesia.<br />

Solución. Hay que decir: La cabeza influye<br />

en los otros miembros de dos maneras: una,<br />

por un influjo intrínseco, en cuanto que de<br />

ella se deriva a los demás miembros la<br />

virtud motriz y sensitiva. Otra, mediante un<br />

cierto gobierno exterior, en cuanto que el<br />

hombre se orienta en sus actos externos por<br />

la vista y los demás sentidos que se asientan<br />

en la cabeza. El fluido interior de la gracia<br />

sólo proviene de Cristo, cuya humanidad,<br />

por estar unida a la divinidad, tiene el poder<br />

de justificar. En cambio, el influjo sobre los<br />

miembros de la Iglesia en lo que se refiere<br />

al gobierno exterior puede ser compartido<br />

por otros. Y, en este sentido, pueden llamarse<br />

otros cabezas de la Iglesia, en conformidad<br />

con Am 6,1: Los príncipes son cabezas<br />

de los pueblos. Pero lo son de modo<br />

distinto de la manera en que lo es Cristo.<br />

Primero, porque Cristo es cabeza de todos<br />

los que pertenecen a la Iglesia en todo lugar,<br />

tiempo y estado; mientras que los otros<br />

hombres reciben el título de cabezas en<br />

determinados lugares, como sucede con los<br />

obispos respecto de sus iglesias; o también<br />

durante cierto tiempo, como es el Papa<br />

cabeza de la Iglesia entera durante su pontificado;<br />

y según un estado concreto, a saber,<br />

mientras viven en la tierra. Segundo,<br />

porque Cristo es cabeza de la Iglesia por su<br />

propio poder y por su propia autoridad,<br />

mientras que los otros son llamados cabezas<br />

en cuanto hacen las veces de Cristo, según<br />

2 Cor 2,10: Pues también yo, lo que perdoné, si<br />

algo perdoné, por amor vuestro lo hice, en la persona<br />

de Cristo. Y en 2 Cor 5,20 se lee: Somos<br />

embajadores de Cristo, como si Dios os exhortase<br />

por medio de nosotros e .<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir. En el texto aducido, la<br />

cabeza se entiende del gobierno exterior, en<br />

cuanto que el rey es llamado cabeza de su<br />

reino.<br />

2. A la segunda hay que decir. El hombre<br />

no da la gracia mediante un influjo interior,<br />

sino exteriormente, persuadiendo hacia el<br />

mundo de la gracia.<br />

3. A. la tercera hay que decir: Como escribe<br />

Agustín, In loann. 9 , si los gobernantes de la Iglesia<br />

son pastores, ¿cómo hay un solo pastor si no es<br />

porque todos ellos son miembros de un solo pastor?<br />

Y, análogamente, otros pueden ser llamados<br />

fundamentos y cabezas en cuanto que son<br />

miembros de una sola cabeza y de un único<br />

fundamento. Y sin embargo, como añade<br />

Agustín en el mismo lugar 10 , concedió a sus<br />

miembros el oficio de pastor, pero ninguno de nosotros<br />

se llama puerta, porque esto lo reservó exclusivamente<br />

para sí mismo. Y esto porque en la<br />

puerta va incluida la autoridad principal, al<br />

ser la puerta el lugar por donde todos entran<br />

en la casa; y sólo el propio Cristo es por<br />

quien tenemos acceso a la gracia en que nos mantenemos<br />

(Rom 5,2). Los otros nombres citados<br />

pueden incluir no sólo la autoridad principal,<br />

sino también la secundaria.<br />

ARTICULO 7<br />

¿Es el diablo cabeza de los malos? f<br />

Objeciones por las que parece que el<br />

diablo no es cabeza de los malos.<br />

1. Es propio de la cabeza comunicar el<br />

sentido y el movimiento a los demás miem-<br />

9. Tr.16 sobre 10,11: ML 35,1730. 10. Tr.47 sobre 10,14: ML 35,1734.<br />

e. Se afirma la visibilidad de la Iglesia y la existencia de ministerios ordenados (sol. 3).<br />

/ Con apoyo en textos del N.T. (Mt 12,25-28 y Ap 17,1-18) y en la tradición patrística aparece<br />

la expresión «cuerpo del diablo», que se levanta contra «el cuerpo de los justos». Incluso se habla de<br />

«una Iglesia del diablo» y de la «Iglesia de Cristo». Esta idea, intensificada en la Edad Media, era tema<br />

obligado en las escuelas, y se avivó en las discusiones sobre la Inmaculada.

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