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Tertia Pars - Suma Teológica

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490 Tratado del Verbo encarnado C.57 a.6<br />

algo que es común a una y otra: el lugar<br />

superior se da al ser más digno.<br />

2. A. la segunda hay que decir: Esa dificultad<br />

procede de considerar el cuerpo de<br />

Cristo en su condición de naturaleza corpórea,<br />

pero no de considerarlo bajo el aspecto<br />

de su unión (con Dios).<br />

3. A la tercera hay que decir: La comparación<br />

aducida puede considerarse: O por<br />

razón de los lugares, y, en este sentido, no<br />

existe lugar tan alto que sobrepase la dignidad<br />

de la sustancia espiritual, que es lo que<br />

se afirma en la objeción. O por razón de la<br />

dignidad de los seres a los que les es atribuido<br />

el lugar. Y, en este aspecto, al cuerpo<br />

de Cristo le es debido el estar por encima<br />

de todas las criaturas espirituales.<br />

ARTICULO 6<br />

¿La ascensión de Cristo es causa de<br />

nuestra salvación? d<br />

Supra q.49 a.5 ad 4; In Eph. 4 lect.3<br />

Objeciones por las que parece que la<br />

ascensión de Cristo no es causa de nuestra<br />

salvación.<br />

1. Cristo fue causa de nuestra salvación<br />

en cuanto que la mereció para nosotros.<br />

Pero con la ascensión no mereció nada en<br />

favor nuestro, porque la ascensión pertenece<br />

al premio de su exaltación, y el mérito y<br />

el premio no son una misma cosa, como no<br />

lo son el camino y el término. Luego parece<br />

que la ascensión de Cristo no fue causa de<br />

nuestra salvación.<br />

2. Aún más: si la ascensión de Cristo es<br />

causa de nuestra salvación, parece que especialmente<br />

lo será en cuanto que su ascensión<br />

es causa de la nuestra. Pero esto nos<br />

ha sido otorgado por su pasión, pues, como<br />

se dice en Heb 10,19, tenemos la firme confianza<br />

de entrar en el santuario en virtud de su sangre.<br />

Luego parece que la ascensión de Cristo no<br />

fue causa de nuestra salvación.<br />

3. Y también: la salvación que Cristo<br />

nos ha dado es sempiterna, de acuerdo con<br />

aquel pasaje de Is 51,6: Mi salvación durará<br />

por la eternidad. Pero Cristo no subió al cielo<br />

para permanecer allí para siempre, puesto<br />

que, en Act 1,11, se dice: Como le habéis visto<br />

27. Glossa LOMBARDI: ML 192,42; cf. Glossa interl. (VI,67v).<br />

subir al cielo, asi vendrá. Se cuenta también<br />

que, después de su ascensión, se manifestó<br />

a muchos santos, como se dice que acaeció<br />

con Pablo, en Act 9. Luego da la impresión<br />

de que su ascensión no es causa de nuestra<br />

salvación.<br />

En cambio está que el propio Cristo<br />

dice, en Jn 16,7: Os conviene que yo me vaya,<br />

esto es, que me aparte de vosotros por la ascensión.<br />

Solución. Hay que decir: La ascensión de<br />

Cristo es causa de nuestra salvación de dos<br />

modos: uno, por parte nuestra; otro, por<br />

parte de El. Por nuestra parte, en cuanto<br />

que, por la ascensión de Cristo, nuestro<br />

espíritu se polariza en El. Pues por su<br />

ascensión, como arriba se ha dicho (a.l ad<br />

3), primero, se da lugar a la fe; segundo, a<br />

la esperanza; tercero, a la caridad. Cuarto<br />

también, porque así aumenta nuestra reverencia<br />

hacia El, al no considerarlo ya como<br />

hombre terreno, sino como Dios celestial,<br />

tal como lo dice también el Apóstol, en<br />

2 Cor 5,16: Aunque conocimos a Cristo según la<br />

carne; esto es, mortal, teniéndolo sólo por un hombre,<br />

como lo expone la Glosa 21 , ahora, en<br />

cambio,ya no lo conocemos (así).<br />

Y por parte de El, en cuanto a lo que<br />

hizo, al ascender, en favor de nuestra salvación.<br />

Pues, primeramente, nos preparó el<br />

camino para subir al cielo, como lo dijo El<br />

mismo, en Jn 14,2: Voy a prepararos el lugar;<br />

y en Miq 2,13: Sube abriendo camino delante de<br />

ellos. Y, por ser El nuestra cabeza, es necesario<br />

que los miembros vayan adonde les ha<br />

precedido la cabeza; por lo que, en Jn 14,3,<br />

se dice: Para que donde estoy yo, estéis también<br />

vosotros. Y, en prueba de esto, llevó al cielo<br />

las almas de los santos, que había sacado<br />

del infierno, según aquellas palabras del Sal<br />

67,19: Subiendo a lo alto, llevó cautiva a la misma<br />

cautividad, es a saber: porque a los que habían<br />

sido cautivos del diablo, los llevó consigo<br />

al cielo, como a lugar extranjero para<br />

la naturaleza humana, cautivados por una<br />

noble aprehensión, puesto que fueron ganados<br />

por medio de la victoria.<br />

En segundo lugar, porque, así como en<br />

el Antiguo Testamento el pontífice entraba en<br />

el santuario para presentarse ante Dios en<br />

favor del pueblo, así también Cristo entró<br />

en el cielo para interceder por nosotros, como se<br />

d. Se dice de la ascensión lo mismo que de la resurrección (q.56,2), pues no es más que nueva<br />

expresión de la misma.

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