08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

188 Tratado del Verbo encarnado C.16 a.6<br />

Damasceno en el libro III 18 , decimos que la<br />

naturaleza del Verbo se encarnó, siguiendo a los<br />

santos Atanasio y Cirilo. Luego da la impresión<br />

de que, por el mismo motivo, puede<br />

predicarse de la naturaleza divina lo que es<br />

propio de la naturaleza humana.<br />

3. Y también: lo que es propio de la<br />

naturaleza divina conviene en Cristo a su<br />

naturaleza humana, por ejemplo conocer el<br />

futuro y tener poder salvífico. Luego, por<br />

idéntica razón, lo propio de la naturaleza<br />

humana puede predicarse de la naturaleza<br />

divina.<br />

En cambio está lo que dice el Damasceno<br />

en el libro III 19 : Cuando hablamos de la<br />

Divinidad, no predicamos de la misma los idiomas<br />

de la humanidad, es decir, las propiedades de<br />

ésta, pues no llamamos a la Deidad pasible o<br />

creable. Pero la Deidad es la naturaleza divina.<br />

Luego lo que es propio de la naturaleza<br />

humana no puede predicarse de la naturaleza<br />

divina.<br />

Solución. Hay que decir: Las propiedades<br />

de un sujeto no pueden predicarse de otro,<br />

a no ser que éste sea idéntico al primero;<br />

así el ser risible sólo conviene al que sea<br />

hombre. Pero, en el misterio de la encarnación,<br />

la naturaleza divina y la humana no se<br />

identifican, aunque sí es idéntica la hipóstasis<br />

de ambas naturalezas. Por eso, cuando<br />

ambas naturalezas se toman en abstracto,<br />

no es posible predicar de una lo que es<br />

propio de la otra. En cambio, los nombres<br />

concretos suponen la hipóstasis de una naturaleza.<br />

Y, por tal motivo, puede predicarse<br />

indiferentemente de los nombres concretos<br />

cosas que pertenecen a las dos naturalezas:<br />

sea que signifique ese nombre ambas<br />

naturalezas, como sucede con el nombre<br />

Cristo, con el que se da a entender tanto la<br />

divinidad que unge, como la humanidad ungida;<br />

sea que designe sólo la naturaleza divina,<br />

como acontece con los nombres Dios o Hijo<br />

de Dios; sea que se refiera únicamente a la<br />

naturaleza humana, como pasa con los<br />

nombres hombre o Jesús. Por lo cual dice el<br />

papa León en la epístola Ad Palaestinos 20 :<br />

No importa la naturaleza por la cual denominemos<br />

a Cristo, pues, permaneciendo inseparable la unidad<br />

de la persona, uno mismo es íntegramente Hijo<br />

del hombre por la carne, e íntegramente Hijo de<br />

Dios por tener una única divinidad con el Padre.<br />

18. De Fide Orth. c.6: MG 94,1008.<br />

ML 54,1066.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir: En Dios, persona y<br />

naturaleza son realmente idénticas; y a causa<br />

de tal identidad se predica del Hijo de<br />

Dios la naturaleza divina. Pero Hijo de Dios<br />

y naturaleza divina no significan lo mismo.<br />

Y por eso, del Hijo de Dios se predican<br />

cosas que no se dicen de la naturaleza<br />

divina; así decimos que el Hijo de Dios es<br />

engendrado, pero no que sea engendrada la<br />

naturaleza divina, como ya se expuso en la<br />

Primera Parte (q.39 a. 5). Y, de manera semejante,<br />

a propósito del misterio de la encarnación,<br />

decimos que el Hijo de Dios padeció,<br />

pero no decimos que haya padecido la<br />

naturaleza divina.<br />

2. A la segunda hay que decir: La encarnación<br />

supone más la unión con la carne que<br />

la conversión en una propiedad de la carne.<br />

En Cristo, una naturaleza está unida a la<br />

otra en la persona; y en virtud de esta unión<br />

se llama encarnada a la naturaleza divina, y<br />

deificada a la naturaleza humana, como antes<br />

hemos dicho (q.2 a.l ad 3).<br />

3. A la tercera hay que decir: Lo que pertenece<br />

a la naturaleza divina se predica de<br />

la naturaleza humana, no en cuanto que<br />

pertenece esencialmente a la naturaleza divina,<br />

sino en cuanto es participado por la<br />

naturaleza humana. Por eso, lo que no puede<br />

ser participado por la naturaleza humana,<br />

por ejemplo el ser increado u omnipotente,<br />

de ninguna manera puede predicarse<br />

de tal naturaleza. Ahora bien, la naturaleza<br />

divina no recibe nada de la humana a modo<br />

de participación. Y, por tanto, de ningún<br />

modo puede predicarse de ella lo que es<br />

propio de la naturaleza humana.<br />

ARTICULO 6<br />

¿Es verdadera la proposición Dios se<br />

hizo hombre?<br />

Infra q.33 a.3; In Sent. 3 d.7 q.2 a.l; Cont. errores graec.<br />

c.21; In Rom. 1 lect.2<br />

Objeciones por las que parece ser falsa<br />

la proposición Dios se hizo hombre.<br />

1. Por significar la palabra hombre una<br />

sustancia, hacerse hombre equivale a un<br />

hacerse absolutamente. Ahora bien, la proposición<br />

Dios ha sido hecho absolutamente es<br />

falsa. Luego también es falsa la proposición<br />

Dios se hizo hombre.<br />

19. De Fide Orth. c.4: MG 94,997. 20. Ep.\7A c.7:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!