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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.32 a.2 Sobre el principio activo de la concepción de Cristo 295<br />

término que el hombre que era concebido<br />

fuera santo e Hijo de Dios. Y ambas cosas<br />

se atribuyen al Espíritu Santo. Por El se<br />

convierten los hombres en hijos de Dios,<br />

según palabras de Gal 4,6: Porque sois hijos de<br />

Dios, envió Dios el Espíritu de su Hijo a nuestros<br />

corazones, que clama: Abba, Padre. Y El mismo<br />

es Espíritu de santificación, como se dice en<br />

Rom 1,4. Por consiguiente, como los otros<br />

son espiritualmente santificados por el Espíritu<br />

Santo para que sean hijos adoptivos<br />

de Dios, así Cristo fue concebido en santidad<br />

por el Espíritu Santo a fin de que fuese<br />

Hijo de Dios por naturaleza. Por lo que,<br />

según una Glosa 4 , la expresión El cual fue<br />

predestinado Hijo poderoso de Dios, que en Rom<br />

1,4 figura en primer término, se aclara por<br />

lo que sigue inmediatamente: según el Espíritu<br />

de santificación, esto es, porque fue concebido<br />

del Espíritu Santo. Y el mismo ángel de la<br />

anunciación, habiendo dicho antes: El Espíritu<br />

Santo vendrá sobre ti, concluye: Y por eso<br />

lo que nacerá de ti (será) santo, será llamado Hijo<br />

de Dios (Le 1,35).<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: La obra de la concepción<br />

es ciertamente común a toda la Trinidad,<br />

pero en cierta manera se atribuye a<br />

cada una de las Personas. Al Padre se atribuye<br />

la autoridad sobre la persona del Hijo<br />

que, en virtud de tal autoridad, asumió para<br />

sí la concepción; se atribuye al Hijo la<br />

propia asunción de la carne; pero se atribuye<br />

al Espíritu Santo la formación del cuerpo<br />

que es asumido por el Hijo. El Espíritu<br />

Santo es, en efecto, el Espíritu del Hijo,<br />

según Gal 4,6: Envió Dios el Espíritu de su<br />

Hijo. Así como la virtud del alma que hay<br />

en el semen forma el cuerpo en la generación<br />

de los otros hombres mediante el poder<br />

encerrado en el semen, así el Poder de<br />

Dios, que es el propio Hijo, según 1 Cor<br />

1,24: Cristo, Poder de Dios, formó por el<br />

Espíritu Santo el cuerpo que tomó. Y esto<br />

demuestran también las palabras del ángel,<br />

cuando dice: El Espíritu Santo descenderá sobre<br />

ti (Le 1,35), como para preparar y formar la<br />

materia del cuerpo de Cristo; y la Virtud del<br />

Altísimo, esto es, Cristo, te cubrirá con su<br />

sombra, es decir, según declara Gregorio en el<br />

libro 18 Moral. 5 , la luz incorpórea de la divinidad<br />

recibirá en ti un cuerpo humano, pues la<br />

sombra se forma de la luz j del cuerpo. Y se<br />

entiende por Altísimo el Padre, cuya Virtud<br />

es el Hijo.<br />

2. A la segunda hay que decir: La misión<br />

se refiere a la persona asumente, que es<br />

enviada por el Padre; pero la concepción<br />

dice referencia al cuerpo asumido, que se<br />

forma por obra del Espíritu Santo. Y por<br />

eso, aunque la misión y la concepción sean<br />

lo mismo por razón del sujeto, al distinguirse<br />

conceptualmente, la misión se atribuye al<br />

Padre, y la obra de la concepción al Espíritu<br />

Santo; pero el tomar la carne se atribuye al<br />

Hijo.<br />

3. A la tercera hay que decir: Como expone<br />

Agustín en el libro De Quaest. Vet. et Nov.<br />

Test. 6 , esa cuestión puede entenderse de dos modos.<br />

Primero: La casa de Cristo es la Iglesia, que El<br />

edificó para sí con su sangre. Después puede llamarse<br />

casa suya su propio cuerpo, lo mismo que es<br />

llamada su templo. Pero la obra del Espíritu Santo<br />

lo es del Hijo de Dios por la unidad de naturaleza<br />

y de voluntad.<br />

ARTICULO 2<br />

¿Cristo debe llamarse concebido del<br />

Espíritu Santo?<br />

In Sent. 3 d.4 q.l a.l q."4; In Matth. 1<br />

Objeciones por las que parece que Cristo<br />

no debe llamarse concebido del Espíritu<br />

Santo.<br />

1. Porque acerca de las palabras de<br />

Rom 11,36: A causa de (ex) él y por él y en él<br />

son todas las cosas, comenta la Glosa 1 de<br />

Agustín: Es preciso fijarse en que no dice de él,<br />

sino a causa de (ex) él. A causa de (ex) él existen<br />

el cielo y la tierra, porque los ha hecho. Pero no<br />

son de él, porque no proceden de su sustancia.<br />

Ahora bien, tampoco el Espíritu Santo formó<br />

de su sustancia el cuerpo de Cristo.<br />

Luego Cristo no debe decirse concebido del<br />

Espíritu Santo.<br />

2. Aún más: el principio activo del que<br />

es concebido algo se comporta como el<br />

semen en la generación. Pero el Espíritu<br />

Santo no actuó a modo de semen en la<br />

concepción de Cristo. Dice, en efecto, Jerónimo<br />

en la Exposit. Catholicae Fideiz: No<br />

decimos que el Espíritu Santo hizp el oficio del<br />

semen, como piensan algunos impíos en sumo grado,<br />

4. Glossa interl. (VI,4r); Glossa LOMBARDI: ML 191,1313. 5. C. 20: ML 76,55. 6. PSEUDO-<br />

AMBROSIO (Ambrosiaster), P.I, ex Nov. Test, q.52: ML 35,2251. 7. Glossa ordin. (VI,26 E); Glossa<br />

LOMBARDI: ML 191,1493. AGUSTÍN, De Nat. Boni c.27: ML 42,560. 8. Cf. PELAGIO, Ubellus fidei<br />

ad Innocentium: ML 45,1716.

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