08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

C.14 a.l Defectos corporales asumidos por Cristo 167<br />

En cambio está lo que leemos en Heb<br />

2,18: Porque en cuanto él mismo padeció y fue<br />

tentado, es también poderoso para ayudar a los que<br />

son tentados. Pero el Hijo de Dios vino a<br />

socorrernos; y por eso decía David: Levanté<br />

mis ojos a los montes, de donde me vendrá el auxilio<br />

(Sal 120,1). Luego fue conveniente que el<br />

Hijo de Dios asumiese una carne sujeta a<br />

las debilidades humanas, para que en ella<br />

pudiera padecer y ser tentado, y de esa<br />

manera ayudarnos a nosotros *.<br />

Solución. Hay que decir: Fue conveniente<br />

que el cuerpo asumido por el Hijo de Dios<br />

estuviese sometido a las debilidades y defectos<br />

humanos; y especialmente por tres<br />

motivos. Primero, porque el Hijo de Dios,<br />

asumiendo la carne, vino al mundo para<br />

satisfacer por los pecados del género humano.<br />

Y uno satisface por los pecados de otro<br />

cuando echa sobre sí mismo la pena debida<br />

a los pecados de ese otro. Ahora bien, los<br />

defectos corporales a que nos referimos, es<br />

a saber: la muerte, el hambre y la sed y otros<br />

por el estilo, son pena del pecado, introducido<br />

por Adán en el mundo, según Rom<br />

5,12: Por un hombre entró el pecado en el mundo,<br />

y por el pecado la muerte. Por eso fue conveniente,<br />

en relación con el fin de la encarnación,<br />

que asumiese en nuestra carne las<br />

penalidades de esta naturaleza, en lugar<br />

nuestro, según Is 53,4: Verdaderamente se<br />

apropió nuestras enfermedades.<br />

Segundo, para apoyar nuestra fe en la<br />

encarnación. No siendo la naturaleza humana<br />

conocida por los hombres de otro modo<br />

que en cuanto sometida a los defectos corporales<br />

de esta clase, en el caso de que el<br />

Hijo de Dios hubiera asumido la naturaleza<br />

humana exenta de tales defectos, daría la<br />

impresión de no ser verdadero hombre y de<br />

no poseer carne verdadera sino fantástica,<br />

como lo afirmaron los Maniqueos 2 . Y por<br />

eso se dice en Flp 2,7 que se anonadó, tomando<br />

la forma de siervo, hecho semejante a los hombres<br />

y siendo reconocido como hombre en su aspecto. De<br />

ahí que Tomás volviese a la fe por la contemplación<br />

de las heridas, como se dice en<br />

Jn 20,26ss.<br />

2. Cf. injra q.16 a.l.<br />

MG 94,1045.<br />

Tercero, para ejemplo de paciencia, que<br />

él nos da soportando con fortaleza los sufrimientos<br />

y los defectos humanos. Por eso<br />

se dice en Heb 12,3: Soportó la contradicción de<br />

los pecadores contra él, para que no decaigáis,<br />

desfalleciendo en vuestros ánimos.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: La satisfacción por el<br />

pecado de otro tiene como materia las penas<br />

que uno sufre por el pecado de ese otro;<br />

pero tiene como principio un hábito del<br />

alma que inclina a la voluntad a satisfacer<br />

por otro, y de ahí dimana la eficacia de la<br />

satisfacción, pues la satisfacción no sería<br />

eficaz si no procediese de la caridad, como<br />

luego se dirá (véase Suppl. q.14 a.2). Y por<br />

eso convino que el alma de Cristo fuese<br />

perfecta en cuanto a los hábitos de los<br />

conocimientos y de las virtudes, para que<br />

tuviese la facultad de satisfacer; lo mismo<br />

que convino que su cuerpo estuviese sometido<br />

a las enfermedades, con el fin de que<br />

no le faltase materia de satisfacción.<br />

2. A la segunda hay que decir. Dada la<br />

relación natural que existe entre el alma y el<br />

cuerpo, la gloria del alma redunda en el<br />

cuerpo. Pero en Cristo esa relación natural<br />

estaba sometida a su voluntad divina, por<br />

cuya decisión aconteció que la bienaventuranza<br />

se mantuviese en su alma sin redundar<br />

en el cuerpo, y que la carne padeciese<br />

lo propio de una naturaleza pasible, de<br />

acuerdo con lo que dice el Damasceno 3 : El<br />

beneplácito de la voluntad divina permitió que la<br />

carne padeciese y obrase lo que le era propio.<br />

3. A la tercera hay que decir: La pena es<br />

siempre consecuencia de la culpa, actual u<br />

original, unas veces del que es castigado,<br />

otras de aquel por quien satisface el que<br />

padece las penas. Y esto es lo que aconteció<br />

en Cristo, según Is 53,5: El fue herido por<br />

nuestras iniquidades, y molido a causa de nuestros<br />

pecados.<br />

4. A la cuarta hay que decir. La debilidad<br />

asumida por Cristo no estorbó el fin de la<br />

encarnación, sino que lo promovió, como<br />

acabamos de decir (en la sol.). Y aunque por<br />

las debilidades de este tipo se ocultase su<br />

divinidad, se manifestaba, en cambio, su<br />

3. De Fide Orth. 1.3 c.19: MG 94,1080; cf. c.14: MG 94,1037; y c.15:<br />

b. Podía remitir también a Heb 4,15 y al Conc. de Nicea (DS 125). El Conc. de Efeso (a.431)<br />

declara equivocado a «quien niegue que el Verbo de Dios ha sufrido en la carne, ha sido crucificado<br />

en la carne, ha gustado la muerte en la carne» (DS 263).

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!