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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.31 a.7 Materia de la que fue concebido el cuerpo del Salvador 291<br />

Solución. Hay que decir: Como ya queda<br />

expuesto (a. 5 ad 1), la materia del cuerpo<br />

de Cristo no fue la carne y los huesos de la<br />

Santísima Virgen, ni cosa alguna que fuera<br />

parte actual de su cuerpo, sino su sangre,<br />

que es carne en potencia. Pero todo lo que<br />

la Santísima Virgen recibió de sus padres<br />

fue en ella parte actual de su cuerpo. Por<br />

consiguiente, lo recibido por la Santísima<br />

Virgen de sus padres no fue materia del<br />

cuerpo de Cristo. Y por eso es preciso decir<br />

que el cuerpo de Cristo no existió en Adán<br />

y en los demás patriarcas en forma concreta,<br />

es a saber, de modo que alguna porción<br />

del cuerpo de Adán, o de algún otro, pudiera<br />

designarse determinadamente, diciendo<br />

que de esa materia será formado el<br />

cuerpo de Cristo, sino que Cristo existió en<br />

Adán por razón del origen, igual que la<br />

carne de los demás hombres. El cuerpo de<br />

Cristo guarda relación con Adán y con los<br />

demás patriarcas mediante el cuerpo de su<br />

madre. Por lo que el cuerpo de Cristo no<br />

estuvo en los patriarcas de manera distinta<br />

del modo en que lo estuvo el cuerpo de su<br />

madre, el cual no se halló en los patriarcas<br />

como materia determinada, igual que los<br />

cuerpos de los demás hombres, como quedó<br />

dicho en la Primera Parte (q-119 a.l; a.2<br />

ad4).<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Cuando se afirma que<br />

el cuerpo de Cristo estuvo en Adán al modo<br />

de una sustancia corporal, no debe entenderse<br />

como que el cuerpo de Cristo haya sido en<br />

Adán una sustancia corporal, sino en el<br />

sentido de que la sustancia corporal del<br />

cuerpo de Cristo, es decir, la materia que<br />

tomó de la Virgen, estuvo en Adán como<br />

en principio activo, pero no como en principio<br />

material, por cuanto que, mediante el<br />

poder generativo de Adán y de los demás<br />

descendientes suyos hasta la Santísima Virgen,<br />

sucedió que aquella materia quedase de<br />

ese modo preparada para la concepción de<br />

Cristo. No se convirtió, pues, aquella materia<br />

en el cuerpo de Cristo por la virtud<br />

derivada del semen de Adán. Y por eso se<br />

dice que Cristo estuvo originalmente en<br />

Adán a modo de sustancia corporal, pero<br />

no por vía seminal.<br />

2. A la segunda hay que decir: Aunque el<br />

cuerpo de Cristo no haya estado en Adán y<br />

en los demás patriarcas por vía seminal, sí<br />

lo estuvo el cuerpo de la Santísima Virgen,<br />

puesto que fue concebido por obra de varón.<br />

Y por eso se dice que, mediante la<br />

Santísima Virgen, Cristo, según la carne, es<br />

del semen de David por vía de origen.<br />

3. A la tercera hay que decir: Cristo tiene<br />

afinidad con el género humano por la semejanza<br />

específica. Pero la semejanza específica<br />

no se establece de acuerdo con la<br />

materia remota, sino conforme a la materia<br />

próxima y según el principio activo, que<br />

engendra un ser semejante a sí en la especie.<br />

Así pues, la afinidad de Cristo con el género<br />

humano se salva suficientemente por el<br />

hecho de que su cuerpo fue formado de la<br />

sangre de la Virgen, que trae su origen de<br />

Adán y de los demás patriarcas. Y no afecta<br />

a esta afinidad de dondequiera que haya<br />

sido tomada la materia de esa sangre, como<br />

no hace al caso en la generación de los<br />

demás hombres, según se ha dicho en la<br />

Primera Parte (q.119 a.2 ad 3).<br />

ARTICULO 7<br />

¿Estuvo la carne de Cristo inficionada<br />

por el pecado en los antiguos patriarcas?<br />

Infra. a.8 ad 2; In Sent. 3 d.3 q.4 a.l; P.2, expos. text.;<br />

Inh. \\;In lo. 3 lect.5<br />

Objeciones por las que parece que la<br />

carne de Cristo no hubiera estado inficionada<br />

por el pecado en los antiguos patriarcas.<br />

1. Porque en Sab 7,25 se dice que en la<br />

sabiduría divina no hay nada manchado. Pero<br />

Cristo es la Sabiduría de Dios, como se afirma<br />

en 1 Cor 1,24. Luego la carne de Cristo<br />

jamás estuvo manchada por el pecado.<br />

2. Aún más: dice el Damasceno, en el<br />

libro III 51 , que Cristo asumió las primicias de<br />

nuestra naturaleza. Ahora bien, en su primer<br />

estado la carne humana no estaba manchada<br />

por el pecado. Luego la carne de Cristo<br />

no estuvo inficionada ni en Adán ni en los<br />

demás patriarcas.<br />

3. Y también: en el libro X De Genesi ad<br />

litt. 52 dice Agustín que la naturaleza humana,<br />

con la herida, siempre tuvo el remedio de la misma.<br />

Pero lo inficionado no puede ser medicina<br />

de la herida, sino que más bien necesita de<br />

la medicina. Luego en la naturaleza humana<br />

siempre existió algo no inficionado, de lo<br />

que después fue formado el cuerpo de<br />

Cristo.<br />

51. De Fide Orth. c.2: MG 94,985; c.ll: MG 94,1024. 52. C.20: ML 34,424.

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