08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

398 Tratado del Verbo encarnado C.46 a.2<br />

Lo cual se entiende de la exaltación en la<br />

cruz. Luego parece que fue preciso que<br />

Cristo padeciese.<br />

Solución. Hay que decir: Como enseña el<br />

Filósofo en V Metaphys. 2 , algo se llama<br />

necesario de muchas maneras. Primero, lo<br />

que, según su propia naturaleza, no puede<br />

comportarse de otro modo. Y, en este sentido,<br />

es evidente que no fue necesario que<br />

Cristo padeciese, ni por parte de Dios, ni<br />

por parte de los hombres b .<br />

Segundo, se llama necesario a aquello que<br />

lo es por una causa exterior. La cual, si es<br />

una causa eficiente o motriz, crea una necesidad<br />

de coacción, por ejemplo la de uno<br />

que no puede caminar porque otro le detiene<br />

violentamente. Si esa causa exterior que<br />

impone la necesidad es el fin, se dice que<br />

algo es necesario por imperativo del fin,<br />

cuando, v.gr., un fin no puede lograrse de<br />

ningún modo, o no puede conseguirse de<br />

un modo conveniente, a no ser que se<br />

cumpla tal fin.<br />

En consecuencia, no fue necesario que<br />

Cristo padeciese con necesidad de coacción,<br />

ni por parte de Dios, que decretó que<br />

Cristo padeciese; ni por parte del propio<br />

Cristo, que padeció voluntariamente.<br />

Sin embargo, fue necesario por razón del<br />

fin. Este puede entenderse de tres maneras.<br />

Primera, por parte de nosotros, que fuimos<br />

liberados por su pasión, según el pasaje de<br />

Jn 3,14: Es necesario que sea levantado el Hijo<br />

del hombre, para que todo el que cree en él no<br />

perezca, sino que tenga la vida eterna. Segunda,<br />

por parte de Cristo mismo, que por la<br />

humillación de la pasión mereció la gloria<br />

de la exaltación. Y a esto corresponde lo<br />

que se dice en Le 24,26: Fue preciso que Cristo<br />

padeciese esto y entrase así en su gloria. Tercera,<br />

por parte de Dios, cuya decisión sobre la<br />

pasión de Cristo fue profetizada en la Escritura<br />

y prefigurada en las observancias del<br />

Antiguo Testamento. Y esto es lo que se<br />

dice en Le 22,22: El Hijo del hombre se va,<br />

según está decretado; y en Le 24,44.46: Esto es<br />

lo que yo os dije estando todavía con vosotros, que<br />

2. LA c.5 n.l (BK 1015a20); S. Tu., 1.5 lect.6.<br />

era necesario que se cumpliera todo lo que estaba<br />

escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en<br />

los Salmos acerca de mí; y que estaba escrito que<br />

convenía que Cristo padeciese y resucitase de entre<br />

los muertos.<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A. la<br />

primera hay que decir. Ese argumento se toma<br />

de la necesidad de coacción por parte de Dios.<br />

2. A. la segunda hay que decir: Esta dificultad<br />

proviene de la necesidad de coacción<br />

por parte de Cristo hombre.<br />

3. A. la tercera hay que decir. La liberación<br />

del hombre por la pasión de Cristo convino<br />

tanto a la misericordia como a la justicia<br />

divinas. A la justicia, porque mediante su<br />

pasión Cristo satisfizo por los pecados del<br />

género humano, y así fue liberado el hombre<br />

por la justicia de Cristo. A la misericordia,<br />

porque, no pudiendo el hombre satisfacer,<br />

de suyo, por el pecado de toda la raza<br />

humana, como antes queda probado (q.l<br />

a.2 ad 2), Dios le dio a su Hijo como<br />

satisfactor, conforme al pasaje de Rom<br />

3,24-25: Todos han sido justificados gratuitamente<br />

por su grada, mediante la redención realizada en<br />

Cristo Jesús, a quien Dios ha puesto como instrumento<br />

de propiciación por la fe en él. Y esto fue<br />

una obra de misericordia mayor que si hubiese<br />

perdonado los pecados sin satisfacción.<br />

De donde en Ef 2,4-5 se dice: Dios,<br />

que es rico en misericordia, por el excesivo amor con<br />

que nos amó, estando nosotros muertos por los<br />

pecados, nos vivificó con Cristo c .<br />

4. A la cuarta hay que decir: El pecado de<br />

los ángeles no tenía remedio, como lo tuvo<br />

el pecado de los hombres, como antes queda<br />

dicho en la Primera Parte (q.64 a.2).<br />

ARTICULO 2<br />

¿Fue posible un modo de liberación de<br />

la naturaleza humana distinto del<br />

obtenido por la pasión de Cristo?<br />

In Sent. 3 d.20 a. 4 q. a l<br />

Objeciones por las que parece que fue<br />

posible un modo distinto de liberar la natu-<br />

b. Santo Tomás pasa de la «necesidad» anselmiana a la «conveniencia». No demuestra nada, sino<br />

que medita en la fe ya confesada.<br />

c. El opuse. De rationibus fidei c.7 (a. 1264), entre las razones para justificar la pasión, incluye la<br />

necesidad de satisfacción en justicia. Pero aquí se ve un nuevo enfoque: se pasa de la justicia al<br />

esquema de «misericordia» en la justicia. La redención es obra de justicia dentro de la misericordia<br />

divina. No es justicia conmutativa sino distributiva: Dios quiere salvar a la humanidad mediante la<br />

intervención libre del hombre. También arg.5 del a.3.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!