08.06.2013 Views

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

Tertia Pars - Suma Teológica

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

C.57 a.l Sobre la ascensión de Cristo 485<br />

Y por haber continuado siendo creada la<br />

naturaleza que tomó el Hijo del hombre,<br />

como es evidente por lo antes dicho (q.2<br />

a.7; q.16 a.8 y 10; q.20 a.l), no supone un<br />

inconveniente atribuirle algún movimiento.<br />

2. A la segunda hay que decir: Con la<br />

subida a los cielos, Cristo no medró en lo<br />

que pertenece a la esencia de la gloria, ya<br />

según el cuerpo, ya según el alma; en cambio,<br />

algo prosperó en cuanto al decoro del<br />

lugar, que contribuye al bienestar de la gloria.<br />

No porque su cuerpo recibiese del cuerpo<br />

celeste algo referente a la perfección o<br />

la conservación, sino sólo por lo que atañe<br />

a una cierta decencia. Esto, de alguna manera,<br />

pertenece a su gloria. Y de tal decencia<br />

obtuvo El un cierto gozo; no, cierto, porque<br />

comenzase a gozar de ello nuevamente<br />

cuando subió a los cielos, sino porque se<br />

alegró nuevamente de ello como de algo<br />

realizado. De donde, sobre aquellas palabras<br />

del Sal 15,11: Losgozps están a tu derecha<br />

hasta el fin, comenta la Glosa 4 : Tendré el gozp<br />

j la alegría sentado junto a ti, sustraído a las<br />

miradas de los hombres.<br />

3. A. la tercera hay que decir. Aunque los<br />

fieles se hayan visto privados de la presencia<br />

corporal de Cristo por la ascensión, sin<br />

embargo, la presencia de su divinidad es<br />

permanente entre los fieles, según lo que<br />

dijo El mismo, en Mt 28,20: He aquí que yo<br />

estoy con vosotros todos los días hasta la consumación<br />

del mundo. Porque el que subió a los délos,<br />

no abandonó a los que adoptó, como dice el<br />

papa León 5 .<br />

Pero la misma ascensión de Cristo a los<br />

cielos, por la que nos privó de su presencia<br />

corporal, fue más útil para nosotros de lo<br />

que lo hubiera sido su presencia corporal.<br />

Primero, por razón de la fe, que recae en<br />

las cosas que no se ven. Por lo cual dice el<br />

mismo Señor, en Jn 16,8, que cuando venga<br />

el Espíritu Santo convencerá al mundo en lo<br />

referente a la justicia, a saber: la de aquellos que<br />

creen, como dice Agustín, In loann. 6 : porque<br />

la sola comparación de los fieles con los infieles es<br />

una censura. Por lo cual añade 7 (v.10): Porque<br />

voy al Padre, y ya no me veréis; bienaventurados,<br />

pues, los que no ven y creen. Y asi nuestra justicia<br />

será aquella de la que el mundo será convencido:<br />

porque creéis en mí, a quien no veréis.<br />

Segundo, para mantener levantada la esperanza.<br />

De donde El mismo dice, en Jn<br />

14,3: Cuando y o me haya ido y os haya preparado<br />

el lugar, volveré de nuevo y os tomaré conmigo, para<br />

que donde yo estoy también estéis vosotros. Por el<br />

hecho de haber situado Cristo en el cielo la<br />

naturaleza que tomó, nos dio la esperanza<br />

de llegar allí, porque: donde estuviere el cuerpo,<br />

allí se reunirán también las águilas, como se dice<br />

en Mt 24,28. Por esto dice también Miq<br />

2,13: Sube, abriendo el camino delante de ellos.<br />

Tercero, para elevar hacia los bienes celestes<br />

el afecto de la caridad. De donde dice<br />

el Apóstol en Col 3,1-2: Buscad las cosas de<br />

arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de<br />

Dios; aspirad a las cosas de arriba, no a las de<br />

la tierra. Pues, como se lee en Mt 6,21: Donde<br />

está tu tesoro, allí está también tu corazón. Y por<br />

ser el Espíritu Santo amor que nos arrebata<br />

hacia los bienes celestes, por eso dice el<br />

Señor a sus discípulos, en Jn 16,7: Os conviene<br />

que yo me vaya. Si no me fuere, no vendrá a<br />

vosotros el Paráclito; pero, si me fuere, lo enviaré a<br />

vosotros. Agustín, exponiendo este pasaje, In<br />

loann. 8 , escribe: No podéis recibir el Espíritu<br />

mientras persistáis en conocer a Cristo según la<br />

carne. Pero, cuando Cristo se apartó corporalmente,<br />

no sólo el Espíritu Santo, sino también el Padre y<br />

el Hijo se hiñeron espiritualmente presentes en ellos.<br />

4. A la cuarta hay que decir: Aunque a<br />

Cristo resucitado a una vida inmortal le<br />

conviniese un lugar celestial, difirió, no obstante,<br />

su ascensión para que se comprobase<br />

la verdad de su resurrección. Por esto se<br />

dice, en Act 1,2, que después de su pasión, se<br />

presentó vivo a sus discípulos con muchas pruebas<br />

durante cuarenta días. Por lo que dice una<br />

Glosa 9 : Por haber estado muerto cuarenta horas,<br />

con otros cuarenta días confirma que vive. O por<br />

los cuarenta días puede entenderse la duración del<br />

mundo actual, en el cual Cristo vive en la Iglesia;<br />

temporalmente el hombre consta de los cuatro elementos,<br />

y es instruido contra la transgresión del<br />

decálogo b .<br />

4. Glossa LOMBARDI: ML 191,176; cf. Glossa ordin., 111,106 E. 5. Sermones, serm.72 (De<br />

Resurrectione Dom. II), c.3: ML 54,392. 6. Tract. 94 super 16,9: ML 35,1871. 7. In loann.,<br />

tract.95 super 16,9: ML 35,1872. 8. Tract. 94 super 16,7: ML 35,1869. 9. Glossa ordin.,<br />

VI, 163 E.<br />

b. Es muy sugerente la interpretación de los «40 días» como tiempo en que el Resucitado se<br />

manifiesta en la Iglesia; se completa en la sol.3.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!