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Tertia Pars - Suma Teológica

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C.13 a.4 Sobre la potencia del alma de Cristo 165<br />

Respuesta a las objeciones: 1. A la<br />

primera hay que decir: Como escribe Agustín<br />

en el libro De Quaest. Vet. et Nov. Test. 14 :<br />

Es preciso afirmar que lo que sucedió, eso es lo<br />

que Cristo quiso. Y ha de notarse que aquello<br />

aconteció en los confines de los gentiles, para los<br />

que aún no había llegado el tiempo de la predicación.<br />

Pero llegar a no recibir a los que venían<br />

a la fe le hubiera acarreado odio. No quiso,<br />

pues, ser anunciado por los sujos; pero sí quiso<br />

ser buscado. Y así aconteció.<br />

O también puede decirse que esta voluntad<br />

de Cristo no recayó en lo que él<br />

debía ejecutar, sino en lo que debían hacer<br />

los demás, lo cual no estaba sujeto a su<br />

voluntad humana. Por eso en la Epístola<br />

del papa Agatón 15 , recibida en el VI Concilio<br />

16 , se lee: ¿Acaso el Creador y Redentor<br />

del mundo, queriendo ocultarse en la tierra, no<br />

lo logró? Esto sólo sería cierto si se refiere a su<br />

voluntad humana, la que se dignó asumir temporalmente.<br />

14. PSEUDO-AMBROSIO (Ambn>siaster),P.\ ex Nov. Test, q.77: ML 35,2271.<br />

Imperatores: ML 87,1177. 16. Conc. Cpolit. III, actio 4: MANSI 11,250.<br />

2. A. la segunda hay que decir. Como escribe<br />

Gregorio en el libro XIX Moral. 17 : El<br />

Señor, ordenando silenciar sus milagros, dio<br />

ejemplo a sus seguidores para que también éstos<br />

deseasen que sus milanos quedasen ocultos, y sin<br />

embargo pudieran servir de ejemplo a los demás<br />

cuando, en contra de su voluntad, quedasen al<br />

descubierto. Así pues, tal precepto manifestaba<br />

su voluntad de rehuir la gloria humana,<br />

de acuerdo con Jn 8,50: Yo no busco mi gloría.<br />

Sin embargo quería de modo absoluto, especialmente<br />

con su voluntad divina, que el<br />

milagro hecho se publicase para utilidad de<br />

los demás.<br />

3. A la tercera hay que decir: Cristo rogaba<br />

también por las cosas que habían de realizarse<br />

por su divino poder, no menos que<br />

por aquellas que había de ejecutar su voluntad<br />

humana. Porque el poder y la operación<br />

del alma de Cristo dependían de Dios, que<br />

es el que obra en todos el querer y el obrar, como<br />

se dice en Flp 2,13.<br />

15. zp.lAdAugustos<br />

17. C.23: ML 76,120.

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