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tenor pedro lavirgen. trayectoria de una voz - Helvia :: Repositorio ...

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Tenor Pedro Lavirgen. Trayectoria <strong>de</strong> <strong>una</strong> <strong>voz</strong><br />

96<br />

Llegaron hasta la población <strong>de</strong> Zocueca, en las cercanías <strong>de</strong> Bailén (Jaén)<br />

y se instalaron en la casa <strong>de</strong> “Fuente Agria”, <strong>de</strong>nominada así porque sus aguas son<br />

ferruginosas, situada sobre un montículo, a unos 150 metros <strong>de</strong>l río Rumblar que<br />

origina <strong>una</strong> pequeña presa. En ella vivían, junto al matrimonio Lavirgen y sus<br />

siete hijos, dos hermanas <strong>de</strong> la madre con sus respectivos esposos; y <strong>una</strong> tía; los<br />

abuelos y unos parientes lejanos con sus tres hijos:<br />

“El techo <strong>de</strong> la casa era <strong>de</strong> tela. Recuerdo como las patillas <strong>de</strong> las ratas se<br />

quedaban enganchadas. Aquí pasamos los tres años <strong>de</strong> la guerra y comenzamos<br />

nuestros pa<strong>de</strong>cimientos, empezamos a pasar hambre, un hambre feroz. No sé ni<br />

cómo podíamos meternos todos en la casa.” 176<br />

Los días en Zocueca vienen <strong>de</strong>terminados por un hecho que marcará la<br />

vida <strong>de</strong> Pedro Lavirgen. Comienza <strong>una</strong> enfermedad, cuyo pa<strong>de</strong>cimiento <strong>de</strong>ja <strong>una</strong><br />

huella permanente en su pierna izquierda, en un tiempo <strong>de</strong> guerra <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

carencias. Un día amanece con la rodilla izquierda inflamada y dolorida, por lo<br />

que tienen que llevarlo a Bailén. Al estar los médicos en el frente cuidando a los<br />

heridos, sólo quedaba un médico <strong>de</strong> unos 75 años, el Doctor Patarrilla. Éste, tras<br />

reconocerlo, advierte que se trata <strong>de</strong> un tumor blanco, tuberculoso, <strong>de</strong> hueso, que<br />

en esos momentos <strong>de</strong> carestía no se podía aten<strong>de</strong>r:<br />

“El único sistema rudimentario es que su hijo tome baños <strong>de</strong> sol en esa<br />

pierna y si quiere que se cure, que no se convierta en tuberculoso, con la pierna<br />

completamente encogida y asténico, tiene que comer.” 177<br />

Efectivamente, la sanidad durante la guerra tiene que aten<strong>de</strong>r a la<br />

población militar, lo que unido a la escasez alimenticia va a producir <strong>una</strong>s<br />

patologías <strong>de</strong> déficit <strong>de</strong> vitaminas y carencias <strong>de</strong> proteínas. 178 Conforme<br />

trascurren los días <strong>de</strong> guerra, comienzan a <strong>de</strong>saparecer productos <strong>de</strong>l mercado<br />

como la leche, el azúcar, la carne y el pescado. El hambre hace que se recurra al<br />

consumo <strong>de</strong> otros productos como los cardos o los dientes <strong>de</strong> león. Ante la falta <strong>de</strong><br />

176 Í<strong>de</strong>m.<br />

177 Í<strong>de</strong>m.<br />

178 Sobre este tema véase, GÓMEZ TRIGO Y OCHOA, G.: Los médicos y la medicina en la<br />

Guerra Civil. Monografías Beechman. Saned ediciones. Madrid, 1986.

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