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der la preferencia á cultivos propios de aquellas
localidades y de aquel clima, siquiera uo
siempre remuneren debidamente los esfuerzos
del agricultor, ora por lo atrasado de los procedimientos
de cultivo, ora por falta de actividad
y medios para dar salida á los productos.
Entre los varios que se recolectan en la
provincia de Almería, deben enumerarse el
trigo, la cebada, el centeno, el mijo, el maíz,
los garbanzos, habichuelas ó judías secas,
los guisantes, las habas, las lentejas blancas
y «legras, las patatas, los nabos, las batatas,
la caña dulce, las aceitunas, nueces, castañas,
bellotas, peras, melocotones, ciruelas, albaricoques,
manzanas, naranjas), limas, limones,
granadas, algarrobas, higos, uva común,
uva de embarque ó pasas, sandías, melones,
calabazas, pimientos, aceite de linaza, lino,
cáñamo, esparto y toda clase de hortalizas.
Abundan igualmente la barrilla y la sosa.
También se cría en esa provincia toda clase
de ganados domésticos propios de nuestras
latitudes, mereciendo especial mención, por la
magnitud y hermosura de las reses, el ganado
vacuno de la vega de Almería. El 24 de Septiembre
de 1865, según el -recuento oficial,
existían en la provincia de Almería 3.072 caballos,
23.901 reses mulares, 43.927 asnales,
5.773 vacunas, 257.967 lanares, 60.484
cabrías y 43.230 de cerda. Abunda igualmente
la sal, producto/natural que tanta importancia
tiene en la ganadería, debiendo ser
citadas aquí las salinas de Roquetas, pertenecientes
al Estado, y de las cuales se pueden
obtener 80.000 fanegas de sal común en años
que no sean escasos de lluvias. En la parte
opuesta del golfo de Almería existen las salinas
denominadas Espumeros del Cabo de
Gata, que no se explotan en grande escala
por no exigirlo el consumo. Gracias á que los
jornales alcanzan precios muy elevados por
absorber muchos brazos el trabajo de las minas,
la agricultura no adquiere el desarrollo
que pudiera prometerse en suelo tan privilegiado.
La industria del esparto ha decaído un
tanto por la misma causa.
B. Fernández Miguel.
ALMEZ.— Con este nombre, y con los de
latonero, alatonero (Aragón), lladoner, lledoner
(Cataluña), lodoño (Navarra), lodoeiro
(Galicia) y llidoner, llidonelero y aligonero
(Valencia), se designa en nuestro país
al Cellis australis; L. (familia Celildeas).
Los frutos toman á su vez el nombre de
almecina, latones (Aragón), lladons (Cataluña),
y llidons, cáicabes ó calcabas (Valencia).
. DESCRIPCIÓN.—Árbol por lo común de poca
altura (6 á 10 metros), aunque cultivado en
buenas condiciones suele formar troncos bastante
altos y gruesos, pudiéndose citar á este
propósito los hermosos ejemplares del célebre
Monasterio de Piedra en España, y el almez
de la Plaza de Predicadores.de Aix (Francia),
que supera en altura á todos los edificios que
le rodean, y mide á un metro del suelo 5,60
metros de circunferencia, siendo su edad de
unos quinientos años. La raíz central está bien
desarrollada en los suelos arenosos y sueltos,
siendo numerosas y someras las laterales en
los duros y pedregosos. Tronco derecho, de
corteza lisa y de color pardo ó cenizoso obscuro.
Copa ancha; ramas principales erectas,
las secundarias patentes, y las ramillas tiernas
pubescentes y casi colgantes; yemas aovadoagudas,
pubescentes, arrimadas al ramo, de
pocas escamas; éstas son aovado-lanceoladas,
agudas, pardo-rojizas y algo pestañosas; hojas
dísticas, alternas, aovado-lanceoladas , con
punta larga, desigualmente arredondeadas en
la base, aserradas ó dentadas, con dientes
grandecitos y obtusos, ásperas y de un verde
obscuro en el haz, pubescentes y de un verde
más claro en el envés; nervios pinados, pero
dos de los laterales arrancan de la base del
limbo; pecíolo corto, de un centímetro ó poco
más; limbo de 7 á 12 centímetros de largo y
4 á 6 de ancho (la punta suele alcanzar 1 á 2
centímetros); estípulas pequeñas, más cortas
que el pecíolo, lineares y caducas.
Flores hermafroditas solitarias, axilares,
con pedúnculos más largos que los pecíolos;
perigonio de cinco hojuelas erectas, aovadas,
obtusas, pubescentes en el dorso, pestañosas,
caducas; estambres cinco, opuestos á ellas y
poco más largos que las mismas; pistilo más
largo que los estambres; ovario ao vado-oblongo,
unilocular y uuiovulado, pelosillo en su
parte superior; estilo corto y grueso, dividido
en dos estigmas divergentes, lanceoladoliueares,
pubescentes y glandulosos, blanquecinos,
más largos que el ovario; el fruto
(figura 30) es una drupa aovada ó arredondeada,
de un centímetro ó poco más de diámetro,
verde al principio, después rojiza ó
amarillenta, por fin negruzca, poco carnosa,
de pulpa comestible; pedúnculo doble de largo
que el pecíolo.
En la parte baja de los ramillos floridos
suelen presentarse algunas flores masculinas.
Florece el almez de Abril á Mayo, ó antes en
localidades cálidas, y madura sus frutos al
fin del estío, permaneciendo éstos en el árbol
hasta bien entrado el invierno.
ÁREA.. — Extiéndese esta especie por los
países que rodean el Mediterráneo y por las
islas de este mar; Francia, España, Portugal,
Italia, Argel, Marruecos, Túnez, Cerdeña,
Sicilia, Creta, Turquía, etc. También se encuentra
en la Isla de la Madera, pero no en
Canarias.
HABITACIÓN EN ESPAÑA.— Hállase el almez
casi siempre en ejemplares aislados, en las
provincias meridionales y orientales, y con
menos frecuencia en Aragón, Castilla la Nueva
y Extremadura. Hailo también entre Toledo
y Mora, en la parte baja del Valle del
Tiétar, en la Sierra de Espadan (Castellón),
en Huesca (Barbastro, Boltaña, etc.), y en
Cataluña (Cabrils, Balaguer, Avellanas, etc.),
siendo probable que en varios de estos puntos
proceda de cultivo.