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España fué la primera nación de Europa
que cultivó el algodonero en grande escala,
habiéndolo propagado los moros con éxito en
Andalucía.
Abu Zacaría habla del cultivo de esta planta
en el reino de Granada.
A pesar de que el uso de esta planta era conocido
tanto en Africa como en Europa, y á
pesar de que, según Campmany, existía en
Barcelona una corporación de fabricantes de
telas de algodón y otras, su cultivo decaería
indudablemente en España con la expulsión
Figura 8."—Algodonero arbóreo
de los moros, pues que á fines del siglo xvni
se tenía el algodonero como objeto de pura curiosidad
en las huertas de Motril. Por aquella
fecha los catalanes fomentaron su cultivo en
las costas de Andalucía, y al empezar el siglo
xix el algodón de Motril se expedía ya
para Cataluña y Liorna, alcanzando su apogeo
hacia 1817, en que la fértil vega de Motril
surtía las fábricas de Cataluña, y exportaba
un sobrante para Francia é Inglaterra. A consecuencia
de esto fué extendiéndose su cultivo
por las vegas de la provincia de Málaga y Granada,
cosechándose además en varios puntos
de los reinos de Murcia y Valencia.
Para fomentar este ramo de riqueza, el Gobierno
español prohibió la entrada de algodones
extranjeros, excepto el de primera de Per-
nambuco, y esta protección, que significa cierta
superioridad de los algodones extranjeros, es
el primer signo de decadencia que se encuentra
en la historia del cultivo de esta planta en
España. Los pedidos extranjeros fueron cesando
, y cuando con los aranceles de 1825 cesó
el derecho protector, se redujo el cultivo á la
vega de Motril, conservándose tan sólo en Almuñécar.
Las circunstancias políticas de nuestro
país no se prestaban á sostener con los algodones
extranjeros una lucha para la cual se
necesitaban muchos brazos y grandes capitales;
así es que la plauta fué degenerando
por descuido de los
mismos cosecheros, y el producto
por unidad de superficie fué
disminuyendo, hasta el extremo
de que su cultivo llegó á no ser
lucrativo. Esto, unido á que el
algodón de Motril se presentaba
sucio y mal preparado, por no
haber introducido la maquinaria
moderna adoptada por los
grandes cultivadores de los Estados
Unidos, concluyó por reducir
este cultivo á la miserable
condición en que se encuentra
hoy, imposible de remediar
por falta de brazos á causa de la
emigración que tiene lugar por
las costas meridionales de España.
s
Respecto del cultivo de esta
planta en. los Estados Unidos,
casi en todas partes es anual, y
se adopta una especie de rotación
sembrando, en la misma,
tierra un año algodón, otro año
trigo, dejándola él tercer año
de barbecho. Pero donde la propiedad
está más repartida se
abonan las tierras y se siembra
algodón anualmente, excepto en
Tejas, donde esta planta es trienal
, y á veces cuatrienal.
Apenas ha pasado el peligro
de las heladas tardías, empieza
la siembra así que la tierra está
regada por lluvias abundantes,
y después de arada y rastrillada. La semilla
sana y escogida se deja en agua doce horas antes
de la siembra. La siembra se hace amano,
haciendo hoyos con la azada en línea recta, y
depositando cuatro ó cinco semillas. En las
grandes explotaciones se hace la siembra con
máquinas á propósito. Si sobrevienen lluvias
abundantes, la planta sale á los ocho ó diez
días. Se siembra segunda vez en los huecos en
que la semilla no ha germinado, y cuando las
plantas llegan á la altura de 6 á 7 centímetros,
se aclaran, arrancando las más débiles. Ocho
días después se hace un segundo aclaro para
que no quede más que un tronco, y, finalmente,
se limpia el campo de malas hierbas. En muchos
puntos, como en Egipto y en la India, es
necesario el riego; pero en otros, desde que