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la alúmina probablemente en estado de sulfato
básico permanece adherida á esas substancias
de tal suerte que ninguna lavadura es capaz
de desagregarla. La presencia de los compuestos
aluminosos en los tejidos aumenta la afinidad
de éstos hacia las materias colorantes,
y sobre esa propiedad precisamente se funda
el arte del tintorero y del estampador de tejidos.
El curtidor recurre también al alumbre
siempre que desea preparar el cuero en blanco,
y en ese caso saca partido de una propiedad
especial del alumbre, la de formar con la gelatina
animal un compuesto insoluble é imputrescible.
En estos últimos tiempos, ora solo,
ora'mezclado con yeso, el alumbre se viene
aplicando para preservar las cajas fuertes de
los efectos destructores del fuego.
En Viena especialmente se fabrican cajas
fuertes á prueba del fuego, en las cuales se
reserva cierto espacio para recibir una capa
de alumbre pulverizado. Los efectos que se
obtienen pueden atribuirse á dos causas: primero,
á la gran cantidad de agua de cristalización
que el alumbre contiene, y en segundo
lugar, á la poca conductibilidad para el calórico
que posee ese cuerpo después que ha
perdido el agua de cristalización. De ahí que
cuando una de esas cajas se encuentra rodeada
de llamas, así que la temperatura se eleva
considerablemente, cede el alumbre su agua
de cristalización, que al evaporarse absorbe
una cantidad considerable de calor; de manera
que la temperatura de la caja se mantiene
estacionaria en tanto que dura esa evaporación.
Para regularizar ese efecto se provee la
caja de dobles paredes, y la cavidad que entre
una y otra resulta se llena con cenizas, á fin
de que el calor aplicado exteriormente se propague
con gran lentitud al interior. El alumbre
se echa en una cavidad correspondiente
al fondo de la caja. Para otras aplicaciones
véase el final del siguiente artículo.
ALÚMINA (Química agrícola).— Procede
esta palabra del latín alumen, y la substancia
es también denominada por los químicos
óxido de aluminio, por ser un compuesto formado
de alúmina y oxígeno, y que goza de las
propiedades características de los óxidos. Esa
substancia abunda considerablemente en la
naturaleza, y en combinación con la sílice
constituye inmensas masas de una tierra grasa,
conocida con el nombre de arcilla, y generalmente
entra en la composición de un gran
número de minerales ó rocas que forman la
corteza sólida del globo, como son el feldespato,
la mica, el granito, etc. Se encuentra
diseminada la alúmina en casi completo estado
de pureza en diferentes depósitos volcánicos,
constituyendo entonces el corindón, el topacio
oriental y el rubí, piedras todas ellas de elevados
precios. El esmeril, con tanta frecuencia
empleado en las artes para pulimentar los metales
ó abrillantarlos, así como los mármoles
y los cristales, es no más que una variedad
de corindón asociada con gran cantidad de
óxido de hierro
En sus diversos estados la alúmina se disuelve
difícilmente en el agua, y la atacan
pocas veces los ácidos. En los laboratorios se
prepara ordinariamente una alúmina artificial
muy pura descomponiendo el alumbre de
potasa por el álcali volátil, resultando entonces
una masa blanca, gelatinosa, formada de
agua y alúmina, que se disuelve algo en el
agua, y mucho más en los ácidos y en los álcalis.
Cuando se somete ese hidrato de alúmina
á una temperatura moderada, pierde gran
parte de su agua, disminuye su volumen y
adquiere una compacidad que la hace friable.
De esa suerte se obtiene un polvo blanco, que
puede asociarse nuevamente al agua, de manera
que produzca una pasta susceptible de
revestir toda clase de formas, y que si hallándose
en tal estado se calienta á una temperatura
elevada, casi al rojo por ejemplo, después
del enfriamiento cesa de ser desleíble en el
agua y adquiere tal dureza que los líquidos
corrosivos la atacan muy débilmente. Gracias
á un cambio semejante de propiedades, que
por la calefacción experimenta la alúmina contenida
en las materias plásticas empleadas en
la confección de utensilios de barro, está basado
el arte de alfarería.
El empleo de tierras aluminosas para la
construcción de hornillos, crisoles, etc., descansa
igualmente sobre la infusibilidad de la
alúmina á las más elevadas temperaturas de
los altos hornos. En este sentido la alúmina
se parece bastante á la sílice, á la cual se encuentra
frecuentemente asociada en las especies
minerales, puesto que también la sílice
gelatinosa pierde con la calcinación la propiedad
de ser disuelta por los ácidos. Un carácter
que distingue á la primera de la última
es la propiedad que posee aquélla, cuando se
halla sencillamente desecada, de pegarse á la
lengua. También se diferencia en el estado de
hidrato por la tendencia á absorber las materias
colorantes, para originar compuestos insoluoles
llamados lacas, y de que se hacen
aplicaciones numerosas en las artes. La alúmina
es, por último, la base del alumbre de
los tintoreros.
Entre esas aplicaciones industriales tiene
importancia la preparación del estuco aluminoso,
que se fabrica desliendo yeso cocido
durante seis horas en un baño saturado de
alumbre, dejándole secar después y poniéndole
á calentar luego en un horno hasta elevar
la temperatura al color rojo obscuro. El yeso
preparado de esa suerte, convertido en polvo .
y disuelto más tarde en agua, forma un cemento
que se adhiere fuertemente á la madera
y á la piedra, y que mezclado en partes iguales
con arena, adquiere una gran tenacidad.
El yeso aluminado sirve especialmente para
revoques que resisten á la acción del airé y
del agua en los edificios expuestos á las alternativas
de frío, calor y humedad. También
se emplea para modelar estatuitas y bajos relieves
que tienen el aspecto del mármol, y
para preparar estucados de gran aspecto y