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en cuanto á la latitud se encuentran en las
temperaturas más bajas, y como la disminución
del calor es causa de grandes modificaciones
naturales en la vida vegetativa, claro es
que el aspecto físico-agronómico del territorio,
en sus relaciones con los seres que sustenta,
es muy distinto en el S. de los Estados Unidos
respecto del N. En algunas comarcas se
observa bastante diferencia de temperatura
entre latitudes relativamente próximas. Tal
sucede en el centro de la región baja del Mississippi
y en el arranque de la Península de
la Florida, donde, sin duda porque no llegan
allí fácilmente las frescas brisas del mar, excede
la temperatura en 4° á la del litoral
próximo. Algo semejante ocurre desde Washington
á Filadelfia.
Los cultivos más circunscritos en el S. son
la caña de azúcar, el algodón y el arroz, que
difícilmente se encuentran más al N. de la
confluencia del Mississippi y Ohío. En cambio,
el tabaco sube hasta el territorio de los grandes
lagos, entre el de Washington al O. y el
estado de Nueva York al E. El maíz y el trigo
corren toda la escala termométrica hasta
el Canadá, sin más diferencia que en la cantidad
de los productos.
La lluvia se reparte con extrema desigualdad.
La mayor cantidad de agua cae en la costa
del Pacífico, desde el Cabo de Flattery hasta el
de Arago. Fuera de esta zona cae muy poca
agua, y la escasez de las lluvias es una de las
causas que más contribuyen á la aridez y sequedad
de los territorios esteparios ó salados
de la gran cuenca interior. En la costa de Levante
y en las vertientes del Mississippi decrecen
las lluvias bastante. Donde menos agua
cae es en toda la faja central que va desde el
Lago Superior hasta los ríos Drazos y Grande.
En resumen, puede decirse que llueve más en
el litoral que en el interior, y que dentro de
la zona marítima la mayor lluvia_ se observa
en la parte más septentrional de la costa del
Pacífico. La vegetación forestal es más abundante
y lozana donde más llueve, y así resulta
que la despoblación mayor se encuentra en
el centro del territorio norte-americano, en
la gran cuenca interior y altas regiones de la
vertiente derecha del Mississippi, y de los valles
del Colorado y Columbia. En la región
de las montañas roquizas, desde el río Columbia
hasta Alaska, los montes cubren toda la
sierra, exceptuando las cumbres, y algunos
prados y rasos. Al S. del Columbia, los montes
de las cordilleras están separados de los
del Pacífico por llanuras secas y desnudas, y
por valles de mayor ó menor anchura. Hacia
los 42° de latitud existe una faja desarbolada
de unas 100 millas de ancho, que va desde las
desiertas llanuras del O. hasta la cuenca más
estéril aún del interior. Al S. de esta faja
vuelven á aparecer los montes que atraviesan
el Colorado y el N. de Nuevo Méjico en una
extensión longitudinal de 400 millas por 200
ó 250 de ancho. La vegetación arbórea de
estos montes está formada por veintiocho ó
treinta especies, entre las que son comunes
dos especies de Populus, el aliso, el chopo, y
una especie de roble. La gran masa forestal
del Colorado consta principalmente de cinco
especies de coniferas; en las colinas y estribaciones
se hallan cedros achaparrados, y en
los valles más secos el pino piñonero.
Al O. de las montañas roquizas hay otra
región desnuda de arbolado, ó muy poco poblada
, que se extiende desde el río Columbia
hasta Méjico; en ella se encuentran secos é
inhospitalarios desiertos, y también algunos
matorrales y prados de gramíneas. En Nevada,
donde escasea bastante el arbolado, hay
una especie muy notable, la caoba de montaña,
que llega á medir 30 pies de altura, y tiene
madera muy dura y grano compacto. Al S. de
los 35° hay otro árbol de más valor, el mesquit,
que vegeta en los sitios cálidos y secos de
los valles y mesetas. Los postes de telégrafo
hechos con madera de este árbol duran hasta
cincuenta años; su fruto es comestible, y da
una goma parecida á la arábiga. En las vertientes
occidentales de Sierra Nevada, Cascada
y gran valle central de California se encuentran
los montes mayores del mundo y la
flora forestal más interesante que se conoce.
También hay bastantes montes en el territorio
Washington, aunque de pocas especies.
La más importante es el Abies Douglasii, que
alcanza una altura de 150 pies por 4 de diámetro.
El cedro del Oregón, el pino, el abeto
amarillo y el pinabete negro son, después de la
anterior, las especies más abundantes entre
las de grandes dimensiones. Esta región, desde
las Cascadas hasta el Pacífico y N. de Columbia
, produce 32.000 pies maderables por
acre. Bajando por el S. á California, la vegetación
arbórea llega á constar de ochenta especies;
pero las coniferas no se encuentran ya
tan abundantes ni del mismo tamaño que las
de Washington y Oregón.
En la región N. de la costa oriental se encuentra
mucha madera de pino y abeto. En
general, dominan las maderas duras, principalmente
al S. del paralelo 44°. Son notables
por su duración y textura, por lo que constituyen
la primera materia de muchas industrias.
En los Estados del Centro, y en algunas
comarcas de Pennsylvania y Nueva York hay
algunos montes de excelentes maderas; pero
la región más rica en especies es la del SE.,
desde Virginia á la Florida, que tiene unas
ciento treinta especies, de las que setenta y
cinco llegan á 50 pies de altura. Entre las
montañas y el mar hay aquí una gran faja de
pinares de madera muy dura. Según las estadísticas
oficiales, la exportación anual de sólo
Georgia varía entre 200 y 300 millones de
pies. La encina de la Florida tiene fama universal
para la construcción de buques.
También se encuentran muchos montes y
muy frondosos al S. del Ohío é Indiana. Las
comarcas septentrionales de Michigan, Wiscousin
y Minnesota dan mayor cantidad de
madera que cualquiera otra parte del país. Se
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