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l - Repositorio Gestion Documental v.03

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AZU — 686 — AZU<br />

deben someterse á los tratamientos ulteriores<br />

sin la menor dilación.<br />

EXTRACCIÓN DEL ZUMO.—Primero: Por dislaceración<br />

y presión.—Aun cuando no es éste<br />

el método con el cual se logre obtener la mayor<br />

cantidad de zumo, es, sin embargo, el más<br />

generalizado.<br />

Las remolachas, prensadas enteras, producirían<br />

escasa cantidad de zumo, siendo, pues,<br />

preciso romper las células que le contienen;<br />

pero esta operación, al parecer sencilla, es, por<br />

el contrario, difícil y complicada á causa de<br />

Figura 315.—Dislacerador simple<br />

la excesiva pequenez de las mencionadas células.<br />

Observaciones microscópicas demuestran<br />

que en una longitud de un milímetro<br />

existen 10 de éstas, lo que supone 1.000 por<br />

milímetro cúbico y 1.000.000 por centímetro<br />

cúbico.<br />

Es, pues, indispensable desgarrar el mayor<br />

número posible de celdillas, y para ello se<br />

emplean los dislaceradores. La figura 315 re-<br />

Figura 316.—Disco para sujetar las láminas dentadas<br />

presenta el dislacerador simple. Los dos discos<br />

a a son de fundición, formando cuerpo con<br />

el eje hueco b. Estos discos están torneados<br />

en su circunferencia, y llevan en el borde interno<br />

una ranura para sujetar las láminas dentadas<br />

(figura 316), las cuales quedan separadas<br />

por listones de madera. El eje b enchufa con un<br />

árbol de hierro adornado de dos poleas, destinadas<br />

á la transmisión del movimiento. Todo<br />

el aparato va montado sobre una armadura<br />

de fundición, de la cual arrancan dos soportes<br />

con cojinetes que sostienen el árbol del tambor.<br />

Si se pusiera en movimiento por una sola<br />

correa, iría éste tomando poco á poco la posición<br />

oblicua, y de aquí un trabajo defectuoso<br />

é imperfecto.<br />

Para montar el dislacerador se colocan sobre<br />

los discos a las láminas dentadas (figuras<br />

317y318), que deben sobresalir del diámetro<br />

de los discos toda la altura de los dientes.<br />

Entre cada dos laminillas se coloca un listón<br />

de madera para sujetarlas. Estas pueden ser<br />

de hierro ó de acero, ofreciendo ambas sus<br />

ventajas é inconvenientes. Las primeras no se<br />

rompen; cuando por un accidente cualquiera<br />

encuentran gran resistencia que vencer, entonces<br />

ceden y se doblan, pudiendo enderezarse<br />

y sufrir mayor número de reparaciones. Las<br />

de acero cortan mejor y originan pulpas más<br />

finas, pero saltan y se rompen con frecuencia.<br />

Las representadas difieren por la profundidad<br />

y anchura de los dientes; desígnanse por el<br />

número de éstos en pulgada lineal. Así la<br />

figura 317 representa una de doce dientes<br />

por pulgada, teniendo solamente diez la figura<br />

318.<br />

Pero el efecto útil de un dislacerador no<br />

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Figuras 317 y 318.—Láminas dentadas<br />

depende sólo del número de dientes, sino también<br />

de la forma y longitud de los mismos.<br />

Los largos y agudos muerden con rapidez y<br />

profundamente, dando una pulpa poco fina, y<br />

exigiendo menos fuerza que los cortos y obtusos<br />

de la figura 318. Los de ésta, siendo<br />

poco prominentes, dislaceran más, originando<br />

pulpas finísimas; pero en cambio demandan<br />

un trabajo mecánico más considerable. De<br />

cualquier modo, el consumo de fuerza va<br />

siendo mayor á medida que los dientes se<br />

desgastan por el uso.<br />

Durante el trabajo se cubre el tambor con<br />

una camisa de palastro, á fin de evitar las<br />

proyecciones de pulpa. Las remolachas sometidas<br />

á su acción deben ser empujadas contra<br />

los dientes de un modo regular y uniforme.<br />

En un principio este trabajo se efectuaba á<br />

mano, pero bien pronto se hizo uso de empujadores<br />

mecánicos, los cuales suelen funcionar<br />

con movimiento alternativo comunicado<br />

por un excéntrico. El esfuerzo para empujar<br />

las raíces se gradúa con el auxilio de un contrapeso<br />

, suficiente para vencer el frotamiento<br />

de las remolachas contra las paredes de la<br />

tolva. El empujador está dispuesto de modo

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