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puede formarse una idea de sus formas. En los
célebres talleres de Ispsuipb, se fabrican instrumentos
apropiados á toda clase de terrenos
y de labores, que exigen una fuerza variable
de tiro, de uno á cuatro y más caballos, con
ruedas y sin ellas, variando sus precios de 300
á 500 reales, sin las rejas sueltas y piezas de
repuesto.
La figura 236 representa uno de los arados
más pequeños, que necesita muy poca fuerza
para su arrastre. En los arados construidos
para labrar toda clase de terrenos, se verifica
el tiro directamente desde el extremo de la
cama en donde va colocado el graduador, y no
desde el arranque de la vertedera.
Rcmsomes construye todavía otros más perfeccionados,
de estevas más sólidas y de gran
poder, en los que se verifica el tiro, no desde el
extremo de la cama, como en los anteriores,
sino desde el arranque de la vertedera, y hacen
una gran labor. Las piezas que se desgasten
ó estropeen, se pueden renovar con facilidad.
La figura 237 manifiesta los arados doblemente
reforzados, á propósito para los terrenos
pedregosos y recién descuajados, que, como se
ve, no tienen antetrén, porque la marcha de
las ruedas se embarazaría con el choque contra
las piedras; sus vertederas son más cortas, y
las estevas mucho más largas, porque como
carece de ruedas que sirvan de punto de apoyo
al levantar el arado, el mayor esfuerzo que
tiene que hacer el labrador, se encuentra compensado
con el poder de las largas palancas
que forman las estevas.
Los arados de Howard (figura 238), parecidos
á los anteriores, son de hierro forjado,
Figura 237
Figura 238
y notables por su ligereza y solidez al propio
tiempo. Sus formas, sus elegantes y bien
estudiadas curvas, al par que sus inmejorables
vertederas, construidas con arreglo á los
más estrictos principios geométricos, y sus
detalles todos, hacen de este arado uno de los
instrumentos más preciosos que se han aplicado
en nuestros días al cultivo del suelo. Una
disposición muy ingeniosa de la reja, permite
modificar á voluntad su posición, sea horizontal
ó verticalmente, lo que da al labrador
una gran facilidad para su graduación. El
ala de la vertedera puede separarse ó acercarse
más ó menos al cuerpo del arado, con
lo cual puede variarse la anchura del surco.
La cuchilla, de mango redondeado, permite
variar á voluntad la dirección del corte, y se
halla sujeta á la cama por una abrazadera
móvil, susceptible de avanzar ó retroceder en
una longitud de unos 13 centímetros. Exige
relativamente poco tiro, y una vez graduado
marcha solo, sin que el labrador tenga que
hacer esfuerzo sobre las manceras. La vertedera
está construida de acuerdo en un todo
con la teoría. Las generatrices son sensiblemente
rectas y convergentes, como las de una
superficie helizoidal matemática; la reja, dispuesta
de modo que la rotación es progresiva
al principio de la vertedera, después es uniforme
sobre la mayor longitud de la parte
anterior y posterior, y se hace un poco decreciente
al final de la vertedera. En sus dos
partes es un poco más larga que la indicada
por la teoría, pero esta circunstancia no ofrece
inconveniente alguno.
En los magníficos talleres de la grandiosa
fábrica de Bedford se construyen arados de