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que actúa sobre las remolachas durante tres
cuartos de revolución del excéntrico, verificándose
el movimiento de retroceso en el último
cuarto de revolución. Por último, para
hacer el trabajo continuo úsanse dos empujadores
que obran alternativamente.
Figura 319.— Dislacerador Thierry
La disposición que acabamos de describir
ofrece, entre otras ventajas, la de detener á voluntad
el movimiento de empuje sin tocar al
Figura 320.—Dislacerador Joly
dislacerador, pudiendo llegar hasta el tambor,
en caso de que sea preciso extraer las piedras
y cuerpos extraños que hubieran entrado con
las raíces.
El dislacerador Thierry (figura 319) pertenece'
á este género ; consta de un cilindro de
50 á 60 centímetros de longitud por 0,80 á un
metro de diámetro, cuya periferia va guarnecida
de láminas dentadas, pudiendo llevar
hasta 250 de éstas, alternando con listones de
madera.
El cilindro dislacerador se pone en movimiento
por la polea a, y se le cubre al propio
tiempo con la camisa de palastro u, á fin de
evitar las proyecciones de pulpa. Por el embudo
t cae un hilito de agua para facilitar el
dislacerado, siendo i la tolva en forma de
caja donde se echan las remolachas.
Con el auxilio de la polea a, y del
piñón b, la rueda c y del excéntrico
d, se ponen en movimiento; entonces
el excéntrico actúa sobre la
palanca g, la biela h y el empujador
f, el cual retrocede cuando
cesa la acción del excéntrico. La
presión sobre las remolachas se
produce más bien por el contrapeso
h, que por el mecanismo del excéntrico.
La pulpa cae en el cajón
m. Con una velocidad de 1.000
á 1.500 vueltas por minuto, y una
fuerza de 8 á 10 caballos, se obtienen
en veinticuatro horas de 40 á
50.000 kilogramos de pulpa.
Todavía es más sencillo el mecanismo de los
dislaceradores Joly (figuras 320 y 321); como
puede verse en ellos, el
empujador está constituido
por una compuerta
de palastro móvil en la
parte superior mediante
charnelas sólidamente
fijas sobre la armadura
del dislacerador. Dicha
compuerta está encorvada
de modo que jDueda
ofrecer un ancho orificio
para la admisión de las
remolachas, aproximándose
después más y más
al tambor, al cual llega
á ser tangente en la parte
inferior. Esta compuerta
mantiene las raíces
contra los dientes
con un esfuerzo regulado
por el contrapeso D
D'. La pieza L ofrece
la misma forma que el
tambor, á quien abraza
en toda su extensión con
un arco de 40 á 50 centímetros
de desarrollo, y
del que puede separarse
ó aproximarse á voluntad
con el auxilio de la
palanca B, movida por la manivela C. Como
esta pieza es de madera tierna, puede aplicarse
exactamente contra el tambor, cuyos dientes
la desgastarán de un modo regular; disposición
que permite obtener el mínimum de separación
con un rigor casi matemático. La
pulpa cae á un depósito, y de aquí pasa á los
tableros para formar el cargo, á las turbinas, ó
á los maceradores, según el método seguido.
El aparato está dispuesto de modo que las
láminas dentadas puedan arreglarse ó susti-