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ALO — 141 — ALP
manchado de negro; la caudal es muy ahorquillada
y de color gris negruzco; la dorsal
está muy poco desarrollada y es de igual color
que la precedente; las pectorales son pequeñas
y puntiagudas; las ventrales se hallan adheridas
por la misma línea que la dorsal, y son
pequeñas, blancas y redondeadas. El ojo se
halla protegido por un párpado adiposo, que
basta para distinguir la alosa de otros peces
con los cuales pudiera confundirse.
La alosa común, pez que emigra como el
salmón y el esturión, es decir, que vive alternativamente
en el mar y en las aguas dulces,
ó más bien en los ríos que con aquél comunican
, se encuentra en las costas del Océano y
en las del Mediterráneo, y se pesca en el Ebro,
hasta cerca de Zaragoza, en el Ródano, en el
Po, en el Don, en el Volga, en el Guadalquivir,
en el Loira, en el Sena, el Escalda y el Rhin,
en algunos de los cuales recorre considerables
trayectos, penetrando 800 kilómetros en el
interior de Rusia, en la parte oriental de la
Westfália, en el centro de Francia y á grandes
distancias de las costas españolas, apareciendo
en considerables grupos al comenzar
la primavera, para desovar, no solamente en
los ríos que desaguan directamente en el mar,
sino que también en los afuyentes cuyas aguas
no son excesivamente frías. En algunas corrientes
forman espesos bancos, y ya en las
antiguas medallas de la Bética se encuentra
representada á veces la alosa, indicando que
abundaba esa pesca en las aguas del Guadalquivir.
El sábalo ó alosa se nutre de peces pequeños,
gusanos, larvas, conchas ó insectos; desova
generalmente durante los meses de Mayo
y Junio, y sus grupos producen un ruido característico
que se oye á bastante distancia.
Cada hembra pone de 50.000 á 100.000 huevos;
no come en las aguas dulces; de ahí que sea
muy apreciada cuando se pesca en el momento
de subir, y se considere manjar poco sabroso
cuando se pesca en la época del retroceso.
Después de haber desovado, las hembras
extenuadas se dejan arrastrar por las aguas,
apoyándose sobre el dorso, y aun muchas de
ellas mueren. Su fuerza para saltar los obstáculos
es inferior á la del salmón; no salva las
cascadas, y aun en ocasiones se deja arrastrar
por las corrientes de agua impetuosas. De ahí
la conveniencia de no obstruir los ríos por
medio de diques, y de procurar que éstos formen
pendientes bastante suaves para facilitar
la subida de las alosas.
Distingüese la alosa común (Alosa vidgaris)
de la ^losa finta (Alosa finia) ; aquélla
llega á pesar 2 y 3 kilogramos, y su longitud
varía desde 30 á 70 centímetros; se distingue
por el color verde azulado del dorso, por el
plateado del vientre con reflejos cobrizos, y
por dos manchas verdosas mu}' obscuras ó
negruzcas y de forma irregular que aparecen
detrás de las orejas. La alosa finta es más pequeña;
mide dé 30 á 50 centímetros; llega á
pesar medio kilogramo á lo sumo, y es de for­
ma más prolongada que la alosa común, á la
cual se parece mucho. El dorso es gris azulado
más ó menos obscuro; los flancos plateados,
mostrando una mancha sobre la espalda, con
otras cuatro ó seis más pequeñas, y generalmente
redondeadas. Se presenta en los ríos
más tarde que la alosa vulgar; desova en los
meses de Junio y Julio, y su carne es poco
estimada. En algunas localidades se ha llamado
al sábalo rey ó madre de los arenques, por
su semejanza con éstos.
La alosa constituye una importantísima
fuente de riqueza para las comarcas en cuyos
ríos desova; por desgracia, son muchos sus
enemigos acuáticos, y devoran gran número
de ellas otros peces y las aves, anticipándose
al pescador. Muchos individuos perecen, ora
á consecuencia del desove, ora por la acción
de vermes intestinales, y especialmente de la
Phillaria piscium.
Para pescar las alosas se tienden redes á
través de los ríos, ó también se interponen
barcas para obstruir completamente las corrientes.
Generalmente aparecen primero los
sábalos mejor cebados y más voluminosos; la
calidad de su carne depende ante todo de la
naturaleza de las aguas en que son pescados,
siendo, por lo común, más sabrosos los que se
pescan en el mismo mar ó en aguas salobres.
Este pez, que es también de cacea ó curricán,
usándose con plomo ó sin él, que durante
algunos años aparece muy abundante en las
rías y ensenadas más abrigadas del Cantábrico,
donde se le denomina jarabe y sábalo, y
que arribando en Marzo se retira á mediados
de Junio, se utiliza como cebo para la pesca
de altura y para la merluza especialmente,
siendo poco apreciada su carne para alimento,
al contrario de lo que ocurre en las regiones
del Ebro y del Guadalquivir, donde desova á
últimos de Mayo, y se consume frito ó asado
á causa del gran número de espinas. Como en
España, en Francia y en Italia se consume la
alosa generalmente fresca; en Rusia y otros
países septentrionales la salan por igual procedimiento
que á los arenques. En el Volga
se pesca la Clupea pontica, que es muy voluminosa
y de excelente carne. En América
existe una variedad muy estimada, y cuya
importación en Europa podría intentarse.
También se pescan alosas en la India, en la
Indo-China, en China y en el Japón.
Para la cría de los sábalos, lo mismo que
para la de otros pescados, consúltese el artículo
Piscicultura, que hallará el lector en el
lugar correspondiente de esta obra.
ALPACA (Zoología).—Especie de llama,
originaria de la cordillera de los Andes, y especialmente
de las altas mesetas del Perú,
donde vive á veces en estado de domesticidad,
y es muy buscada por su lana y su carne.
Créese que desciende de la vicuña, si bien no
faltan naturalistas que la consideran como de
distinta especie. Se reproduce en la domesticidad;
mide generalmente un metro de longitud
desde la cabeza hasta la extremidad de la