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ASF — 568 — ASF
de que se endurezca se imprime sobre ella
una serie de ranuras cruzadas, por medio de
un rodillo adecuado ó de otro instrumento, á
fin de que los ganados puedan hacer hincapié
en el piso, que deberá ofrecer el aspecto de
los que se obtienen empedrando con adoquines
de pequeñas dimensiones.
Páralos establos, cocheras y otros puntos
accesibles á los carruajes cargados, pueden
emplearse piedras ordinarias y rellenar las
junturas con asfalto. Para utilizar éste se pueden
colocar los adoquines á una distancia de
10 á 12 milímetros; se llenan las junturas
con arena apretada por medio de cuñas, hasta
que se eleve á 5 o 6 centímetros del plano del
piso, y se rellena con asfalto el espacio que
queda. De ese modo se gastan de 20 á 25 kilogramos
de asfalto por cada metro superficial.
También se pueden emplear guijarros en
lugar de piedras calizas.
Terrados y cubiertas de edificios.—Las terrazas
pueden establecerse, ó sobre bóvedas de
mampostería, ó sobre cubiertas de madera. En
ambos casos se opera la aplicación del betún
en la misma forma que si se tratase de formar
aceras y pasadizos; pero si bien cuando se ha
de extender sobre bóvedas se puede emplear
el asiento de guijo, cuando se ha de extender
sobre techos de madera es necesario adoptar
otras precauciones. El maderamen debe colocarse
de manera que resista al peso, y que presente
la menor elasticidad posible. Establecida
bien la solidez del piso y embreadas las maderas
, se extiende el asfalto mezclado con heno
ó paja menuda, porque de esa manera resulta
bastante flexible, y se amolda á las oscilaciones
y movimientos del techo. Naturalmente, para
que las aguas de lluvia no queden estacionadas
en el terrado, es preciso procurarlas salida,
ya que de otra suerte acabarían por filtrarse
y podrir las maderas. Una pendiente de
5 por 100 basta para que escurran las aguas.
En los países cálidos deberá emplearse un guijo
muy blanco, á fin de que refleje los rayos
del sol. Si al sobrevenir los fríos se abriesen
algunas hendeduras en los terrados, se harán
desaparecer pasando por ellas un hierro caliente.
Cuando se coloquen balaustradas de
mampostería ó abrigos de cualquier especie
en los terrados, es necesario evitar que queden
separaciones entre la capa de asfalto y los
muros, para que no se filtre el agua, á la,cual
es necesario dar salida, según queda dicho.
Las cubiertas de las terrazas, fabricadas con
asfalto, exigen siempre gastos de consideración;
en cambio, tratándose de habitaciones
para labradores, permiten dar igual altura á
los techos de los desvanes, y utilizar de consiguiente
para paneras ó graneros mayor espacio.
En los edificios rurales la economía que
procura el empleo del asfalto es por lo tanto
muy notable. Para que el asfalto resulte en
las mejores condiciones apetecibles, se clavarán
sobre los machones tablas de chilla, montadas
unas sobre otras, que se habrán de bañar con
una mezcla compuesta de tres cuartas partes
de alquitrán y una cuarta parte de betún, la
cual se cubrirá con papel, tela ó cartón embetunado
que expende el comercio. El mismo
labrador puede preparar esos materiales por
sí y ante sí en el momento de emplearlos,
puesto que basta empaparlos en la mezcla. El
papel y la tela se aplican por paños en toda
la extensión del techo; se cubren sus junturas
con bandas de 8 á 10 centímetros de la misma
naturaleza, é impregnadas también de betún,
y se fijan por medio de una lata de madera,
que se habrá clavado convenientemente, y
hecho esto, se extenderá la capa de asfalto, en
la cual habrá de incrustarse arena seca y menuda
antes de que se enfríe y endurezca.
Este sistema, para que los techos se mantengan
en excelente estado de conservación,
solamente exige de tres en tres ó de cuatro en
cuatro años la aplicación de una nueva capa
de asfalto mezclada con arena gruesa, y como
es de muy poco peso, se pueden economizar
gastos en maderamen, y sobre todo en machones.
No es, pues, de maravillar que por lo
menos en el centro de Europa y en las campiñas
próximas á las grandes poblaciones, se
vaya sustituyendo la teja de las construcciones
agrícolas con el asfalto, que tantas ventajas
ofrece cuando se prepara cuidadosamente
y se extiende con las debidas precauciones.
ASFIXIA (Patología).—La palabra asfixia
no ha sido bien definida; los antiguos empleaban
esta palabra, derivada del griego, y
que significa falta de pulso, para designar la
falta de circulación; generalmente se considera
como sinónima de sofocación, ora provenga
ésta de la falta de aire, ora de la inspiración
de gases impropios para que los pulmones
realicen la función que les está encomendada;
gases que, como el ácido carbónico, el ázoe, el
hidrógeno sulfurado, el cloro, etc., producen
la muerte. En los animales rumiantes, como
la oveja y el buey, las asfixias generalmente
son producidas por la timpanitis, y en tal
caso los accidentes son producidos por una
causa mecánica, cuyos efectos se explican con
facilidad suma.
Los gases que se desarrollan en la panza á
consecuencia de la fermentación de la hierba
que contiene, empujan el diafragma violentamente
hacia adelante, y los pulmones á su vez
son impelidos hacia la punta del cono que
forma la cavidad torácica por la disposición
especial de las costillas. Ahora bien, como las
costillas de esa región gozan de poco movimiento
de dilatación, y como la parte anterior
del pecho es muy estrecha, los pulmones se
encuentran en ella muy oprimidos por todos
los lados, no pueden dilatarse para recibir el
aire que la realización de la hematosis exige,
y los animales mueren asfixiados rápidamente.
Para salvarlos es necesario hacer desaparecer
la timpanitis ó meteorización por los medios
que indicaremos oportunamente.
En éste, como en los demás casos que después
enumeraremos, el primer efecto de la
asfixia es sumergir á los animales en' un esta-