l - Repositorio Gestion Documental v.03
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ANI — 370 — ANI<br />
puede afirmarse que el éxito coronará la empresa<br />
en la mayoría de los casos, es decir, que<br />
la aclimatación es un hecho infalible cuando<br />
se la dirige prudentemente y se prosigue con<br />
la necesaria parsimonia; pero hay mucha distancia<br />
de la aclimatación de un animal á su<br />
naturalización en un país extraño, cuando no<br />
conviene á su temperamento, á su carácter y<br />
á sus hábitos el medio á que se destine al nuevo<br />
huésped, y cuando tal vez no podrá encontrar<br />
una alimentación apropiada á su organización<br />
en la nueva patria. De aquí la<br />
necesidad de estudiar cuidadosamente las costumbres<br />
de una especie, antes de pretender<br />
introducirla en grande escala.<br />
Dicho se está que será fácil domesticar los<br />
animales de carácter sociable, y que se habitúan<br />
fácilmente á la presencia del hombre,<br />
mientras que, por el contrario, los que<br />
conservan su ferocidad natural, los que son<br />
irascibles ó recelosos, los que huyan de la<br />
presencia del hombre, únicamente podrán introducirse<br />
en nuestras regiones para tener<br />
nuevos elementos de caza, siquiera no sea<br />
inasequible de todo punto su domesticación.<br />
El hombre, que ha conseguido reducir á la<br />
domesticidad el gato, puede domeñar otros<br />
animales no menos feroces. Cierto que en los<br />
últimos años algunos se han complacido en<br />
suscitar dificultades de todo género contra la<br />
aclimatación; pero de su valor real se puede<br />
juzgar por las precedentes indicaciones. La<br />
más rara y chocante de esas objeciones ha<br />
sido la observación de que cada animal ha<br />
recibido del Creador su puesto y su destino,<br />
y de consiguiente, la domesticación y la aclimatación<br />
constituyen una obra contraria á<br />
las leyes naturales y divinas. ¿Qué pensarán<br />
los que así discurren de nuestros desconocidos<br />
bienhechores, de los que sometieron á la domesticidad<br />
nada menos que cuarenta y tres<br />
especies de animales?<br />
Los servicios que esos animales nos prestan<br />
se pueden apreciar bajo diferentes puntos de<br />
vista; de ahí que unos se deben considerar<br />
como auxiliares del hombre en su trabajo; tales<br />
son el caballo y el perro; otros como animales<br />
alimenticios, el carnero, el buey, el conejo, la<br />
gallina, el pavo, la perdiz, etc.; otros como<br />
industriales, por suministrar productos que se<br />
utilizan para la fabricación; las reses lanares<br />
y aun la mayoría de las domésticas, que suministran<br />
pieles, huesos y otras materias primeras;<br />
algunos como medicinales, la sanguijuela<br />
y la cantárida, y no pocos como animales<br />
accesorios y de adorno, el pavo real, los<br />
cisnes, canarios, etc., que envuelven también,<br />
siquiera sea en segundo término, la ventaja<br />
de ser generalmente comestibles.<br />
ANIMAI.ES AUXLLIAKES.—Los animales de<br />
esta clase que el hombre utiliza pertenecen á<br />
muy pocas especies, siendo probable que pudiera<br />
aumentar su número con un poco de<br />
paciencia y de previsión. El caballo, el asno,<br />
el dromedario, el camello y el buey prestan<br />
grandes servicios; pero esto no obsta para que<br />
pudiera añadirse algunos otros, como el hemíono<br />
y el Equus montanus, cuya aclimatación<br />
y domesticación son fáciles, á juzgar por los<br />
varios ensayos hechos. El hemiono (Equus<br />
hemionus) vive en los desiertos de la Mongolia,<br />
en el Tibet y en la China, y su carne es<br />
muy apreciada de los tártaros. Su alzada, su<br />
conformación, su temperamento ardiente y<br />
activo, revelan que se convertiría fácilmente<br />
en un servidor animoso y sobrio, robusto é inteligente.<br />
Su pelo es de color café claro, con<br />
una banda de color castaño obscuro, que se<br />
extiende desde la cabeza al extremo de la cola,<br />
siendo blancos el hocico y todas las partes<br />
inferiores del cuerpo, así como las nalgas.<br />
Transportada al Jardín de aclimatación de<br />
París una pareja en 1844, se aclimató tan perfectamente,<br />
que no se interrumpió la reproducción,<br />
y durante un rigorosísimo invierno<br />
cuidó la hembra á su cría sin sufrir ningún<br />
percance y sin necesidad de que se encendiese<br />
fuego en la choza que ocupaba. Queda, pues,,<br />
desmentida la opinión de los que afirmaban<br />
que son indomables esas bestias. Es más, en el<br />
Instituto agronómico de Versalles se ha logrado<br />
amaestrar algunos hemíonos para la.<br />
silla y el tiro, y eso sin graves inconvenientes.<br />
Pueden considerarse esos animales como<br />
intermediarios entre el caballo y el asno; de<br />
ahí su denominación de hemi y onos, medio<br />
asno, y de ahí que algunos confíen en obtener<br />
excelentes resultados con las crías mestizas de<br />
hemiona y caballo.. Los cruzamientos de asna<br />
y hemiona han producido resultados satisfactorios<br />
y notables, unas veces por su gallardía,<br />
y otras por su fortaleza. Algunos agricultores<br />
y ganaderos franceses que han adquirido algunos<br />
mestizos de esa clase, se dan por satisfechos<br />
con los servicios que les prestan. También<br />
se ha sometido el Equus montanus á diferentes<br />
experiencias. Procede de un país más<br />
frío que el hemiono, puesto que es originario<br />
del Cabo de Buena Esperanza, en cuyas montañas<br />
habita, y de ahí que su aclimatación<br />
haya sido fácil, y que hayan podido resistir<br />
sobre la nieve y con fríos excepcionales durante<br />
los años de 1829 á 1830 sin sufrir lomás<br />
mínimo. Su reproducción no ofreció dificultades<br />
ni en Inglaterra ni en Francia. Es<br />
parecido á la cebra, con la piel cruzada por rayas,<br />
negras en la cabeza, el cuello y el dorso<br />
únicamente; blanco-amarillentas las extremidades<br />
en su parte inferior, y de castaño claro<br />
en la superior; la cola blanca, y la hembra es<br />
siempre mayor que el macho. Tiene próximamente<br />
la misma alzada que el hemiono, pero<br />
es más recio y posee gran fuerza, que se ha.<br />
utilizado sólo accidentalmente en el Cabo, en<br />
Inglaterra y aun en París. También se ha intentado<br />
aclimatar en Europa otros solípedos,<br />
como el cuagga y las cebras ó hipotigres de<br />
los antiguos, si bien la última no ofrece grandes<br />
ventajas y habita en regiones demasiado<br />
cálidas. El cuagga habita en montañas, pero<br />
ha sido poco estudiado hasta el presente.<br />
Entre las aves merecen citarse como auxi-