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l - Repositorio Gestion Documental v.03

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ARA — 438 — ARA<br />

oscilaciones y se obtiene mayor estabilidad<br />

para el instrumento.<br />

Antetrén- y soportes.—Sea cual fuere la disposición<br />

del arado, y por más que vaya provisto<br />

de regulador, presenta siempre una tendencia<br />

á adquirir un movimiento de adelante<br />

hacia atrás y recíprocamente, y de izquierda<br />

á derecha ó al contrario. Al marchar tropieza<br />

con diferentes obstáculos: la desigual resistencia<br />

que experimenta en las diversas capas de<br />

tierra en que penetra, piedras, raíces, etc., y<br />

que le levantan ó le dan mayor profundidad,<br />

es causa que dificulta una profundidad constante<br />

y uniforme en la labor, sin grandes esfuerzos<br />

y vigilancia por parte del labrador.<br />

Para remediar en parte este inconveniente, se<br />

da mayor entrada al arado en el terreno, inclinando<br />

hacia adelante el dental, ó solamente<br />

la punta de la reja, lo suficiente para contrarrestar<br />

las diferentes causas que fuerzan al<br />

instrumento á salir de la tierra; ó se consigue<br />

mayor estabilidad, disminuyendo al propio<br />

tiempo la intervención del obrero, y haciendo<br />

más regular la profundidad de la labor, con el<br />

empleo de soportes ó piezas especiales que se<br />

denominan también antetrenes.<br />

Con el antetrén, la parte anterior de la<br />

cama se mantiene constantemente á la misma<br />

altura, y opone una fuerza invencible al esfuerzo<br />

de la tendencia del dental hacia abajo,<br />

de donde nace una presión continua ó casi<br />

continua de la cama sobre el antetrén y de<br />

las ruedas sobre el suelo. De estas dos tendencias<br />

opuestas, y de la presión vertical de la<br />

cama sobre el antetrén, resultan descomposiciones<br />

de fuerza que suponen la necesidad de<br />

emplear mayor tracción.<br />

A pesar de este aumento de fuerza, los soportes<br />

se hallan plenamente justificados, y<br />

con su ayuda, un mal arado, puede marchar<br />

casi tan bien como uno bueno; experimenta<br />

menos desviaciones, tiene mayor estabilidad<br />

y el conductor trabaja mucho menos para su<br />

manejo y dirección. No deja de ofrecer inconvenientes<br />

la mayor estabilidad del arado con<br />

antetrén; entre otros, el de no hacer sensible<br />

para el labrador los obstáculos que se oponen<br />

á su marcha. Cuando carecen de soporte, el<br />

obrero salva los obstáculos maniobrando sobre<br />

las manceras; en el otro caso, sólo se apercibe<br />

en caso de rotura, ó por los esfuerzos y cansancio<br />

de la yunta. Pesando estas circunstancias<br />

, se deduce que un arado sin ruedas, provisto<br />

de un buen regulador, es preferible en la<br />

mayoría de los casos, sobre todo para las tierras<br />

que presentan obstáculos á su paso; mientras<br />

que el antetrén es beneficioso cuando se<br />

quieren ejecutar labores, sobre todo superficiales,<br />

de una gran regularidad.<br />

Muchas son las clases de soportes empleados.<br />

El más elemental y sencillo, que subsiste<br />

todavía en algunos arados antiguos, consiste<br />

en una barra colocada verticalmente en la<br />

cama, detrás del regulador, que puede subir ó<br />

bajar, fijándose su posición. En el extremo de<br />

dicha barra hay un tarugo ó patín de madera,<br />

que es el que constituye el verdadero soporte.<br />

Graduado el instrumento en anchura y profundidad<br />

, y colocado el patín á la altura conveniente<br />

, si un obstáculo cualquiera hace entrar<br />

más al arado, el patín lo hace imposible;<br />

si tiene tendencia á salirse del surco, será<br />

necesaria una presión mayor que la que el<br />

soporte ejerce sobre el suelo; y como esta<br />

presión puede fijarse al graduarlo, el labrador,<br />

agarrado á las manceras, no tiene que preocuparse<br />

en sostener el instrumento en la línea<br />

del surco, manteniéndose constante la profundidad<br />

de la labor. A veces, en lugar del<br />

patín de madera, los soportes están constituídos<br />

por un casquete esférico de hierro, que<br />

puede tomar diversas posiciones.<br />

Los antetrenes se componen de una ó dos<br />

ruedas iguales, ó de desigual diámetro, colocadas<br />

al extremo de unas barras verticales,<br />

que pueden subirse ó bajarse, sujetándolas<br />

con tornillos de presión á la altura deseada,<br />

combinando esta altura con la graduación<br />

obtenida por medio del regulador. Para evitar<br />

la adherencia de la tierra sobre las llantas<br />

de las ruedas, llevan una especie de raspador<br />

que la va desprendiendo al marchar el instrumento.<br />

Todas las piezas de que se compone el<br />

antetrén, se ponen y se quitan con gran facilidad.<br />

Dicho se está, que en las tierras pedregosas<br />

y accidentadas, con grandes obstáculos<br />

para el cultivo, el antetrén, lejos de ofrecer<br />

ventajas, presenta inconvenientes, porque su<br />

marcha se entorpece con su choque.<br />

PIEZAS DE UNIÓN ó DE ENSAMBLE.—Estas piezas,<br />

cuñas, tornillos, pasadores, etc., así como<br />

otras de detalle, son más propias del constructor,<br />

por lo cual no nos entretenemos en<br />

mencionar sus diferentes formas y disposiciones.<br />

Algunos arados tienen, además de las piezas<br />

operadoras que hemos descrito, otras cuyo<br />

objeto es aumentar las buenas condiciones de<br />

la labor, ó ejecutar al propio tiempo trabajos<br />

especiales que la complementen. Los construidos<br />

por los fabricantes ingleses para labores<br />

profundas y que exigen una gran fuerza<br />

de tiro, suelen llevar detrás de la cuchilla<br />

una fuerte barra de hierro, que tiene en su<br />

extremo una pequeña reja muy cortante y<br />

una pequeña vertedera, que operando en la<br />

capa más superficial del terreno, corta é invierte<br />

los céspedes y malas hierbas, que quedan<br />

enterradas por completo al pasar la vertedera<br />

principal.<br />

Para enterrar igualmente los abonos verdes<br />

y los estiércoles, se coloca, bien en la cama<br />

delante de la cuchilla, ó en ia cuchilla misma,<br />

una cadena provista en su extremo de un peso<br />

ovoideo. Esta cadena se arrastra oblicuamente<br />

delante de la vertedera, y acuesta las hierbas<br />

ó arrastra el estiércol al fondo del surco.<br />

En los arados de timón partido, el tiro se<br />

verifica, como hemos dicho, por medio de balancines<br />

ó boleas que se enganchan en el extremo<br />

de la cadena, en número vario según sea el<br />

número de animales empleados (figura 216).

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