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ALM — 135 — ALO
aunque mermadas y casi nulas las funciones
de esos empleados desde que se suprimió la
obligación que antes tenían los pueblos de
pesar y medir con los pesos y medidas de los
Ayuntamientos, los cuales se arrendaban como
arbitrio municipal, y los vecinos, transeúntes,
etcétera, que pesaban y medían, obligados estaban
de pagar al fiel una cantidad por fanega
ó arroba, y el fiel á su vez daba al Ayuntamiento
la cantidad en que subastaba el derecho.
En el día, aun la mayoría de los Ayuntamientos
arriendan los pesos y medidas de
uso voluntario, por lo cual los vecinos no están
obligados á usarlos, pero si los usan tienen
que pagar. Los que no se sirven de las medidas
del fiel almotacén están obligados á tenerlas
marcadas por el fiel contraste, pagando
los derechos de arancel por la marca y sello
puesto al efecto. Cada seis meses se está obligado
á sellar, y contrastar los pesos y medidas.
El arriendo de pesos y medidas de uso voluntario
se efectúa en algunos pueblos bajo el
nombre de la mojona, y se administra por los
cosecheros, utilizando los ingresos para emplearlos
en obras públicas, con la intervención
del Ayuntamiento. El medio proporciona recursos
para la policía urbana y rural, desatendida
en muchos casos por insuficiencia
del presupuesto y por el expedienteo necesario
cuando los fondos están en ellos incluidos.
Si los vecinos todos piden y se obligan á
pesar y medir con las pesas y medidas del fiel
medidor, la Diputación lo autoriza y se hace
obligatorio. Esto suele ocurrir donde el arbitrio
se hace preciso para cubrir los presupuestos
municipales. Sólo la costumbre puede hacer
que se recurra á medios á que la mayoría
no contribuye, y todos se aprovechan de los
ingresos y su aplicación, ya sea en el presupuesto
municipal, ó en obras públicas fuera
de él.
Hoy los Ayuntamientos son los encargados
de confrontar los pesos y medidas por medio
de los patrones que todos tienen, y también
del repeso, imponiendo las penas que marca
el código penal á los defraudadores.
El arriendo de los pesos y medidas, ya sea
á la exclusiva si se autoriza por todos los vecinos,
ó de uso voluntario cuando parcialmente
lo acuerdan varios, suele oiiginar en
los pueblos serios inconvenientes, en particular
cuando la venta de los frutos es difícil. Los
sacadores ó rematantes se convierten en corredores
, y sólo procuran la venta de los frutos
de aquellos propietarios que los gratifican
con largueza, y no en pocos casos desacreditan
los de los que, ó no pueden, ó no quieren
gratificarlos. Cuando los compradores son
amigos ó se ponen de acuerdo con los fieles
medidores, éstos faltan á su deber, con perjuicio
de los vendedores.
' Resulta, pues, un gran beneficio el que se
hizo á los pueblos suprimiendo el almotacén ó
fiel medidor, que hoy sólo tiene el carácter de
uso voluntario, siendo así que en lo antiguo
era obligatorio, hasta el extremo que, en uno
de los privilegios que en 1163 dio á Cuenca
D. Alfonso, se dice «que no tengan pesos y
medidas en su casa, salvo el peso del mercado,
que es del ReyD.
En 1659 se concedió al Rey por las provincias
de Castilla la facultad de que cobrase el
fiel medidor 4 maravedís en arroba de vino,
vinagre y aceite que se pesara, aforara ó
consumiera en los pueblos; el destino que debía
darse á los ingresos era la asistencia de la
caballería del ejército; pero después se aplicó
al bolsillo secreto de S. M. Este impuesto,
que importaba grandes sumas y que ponía á
los pueblos á disposición de los arrendatarios,
se suprimió en 1817 y se restableció en 1824,
quedando extinguido definitivamente, según
queda indicado, al reformar las leyes de tributación.
Hoy á nadie se puede obligar, según
hemos dicho, á pagar pesos ni medidas,
pero sí á tenerlos marcados y sellados del contraste
cada seis meses los que se usen para la
venta.
El 14 de Julio de 1842 se publicó un decreto
de las Cortes que dice:
«Artículo único. El Gobierno suprimirá en
los presupuestos de 1843 los oficios ó cargas
de fiel medidor, lonja, contaduría, peso real y
demás que bajo cualquier denominación recaigan
sobre el peso y la medida, librando á los
pueblos de estos gravámenes; por lo tanto,
mandamos, etc., etc.»
J. de Hidalgo Tablada.
ALMUD (Medida de áridos).—El célebre
D. Jaime I de Aragón, en las leyes que dio á
Valencia, determinó «que en todo el reino y
ciudad no hubiese de haber más que una vara
(alna), un cuartal, un almud, una fanega, un
cahiz, una onza, una,libra, una arroba, un
quintal, un peso y una medida; la fanega, ocho
almudes y>
Esa es-la procedencia del nombre almud,
usado en Valencia y Aragón antes de la época
de D. Jaime, pues es de origen árabe esa palabra.
El almud, como toda la diversidad de
medidas, ha caído en desuso desde que se ha
planteado el sistema de pesos y medidas decimales.
En algunos puntos de la América española
se usa el almud.
J. de H. T.
ALMUDADA.—La superficie de terreno
en que se puede sembrar la cantidad de grano
que contiene un almud, y cuya extensión
naturalmente varía según la capacidad de
ÁLMUDENA—(V. Alh.on.diga.)
ALMUÉRDAGO—Con este nombre, ó
con el de muérdago, se conoce en casi toda
España al Viscum álbum, L. (V. Muérdago.)
ALNUS.—Género de plantas de la familia
de las Betuláceas. (V. Aliso.)
ALOBAHAI—(V. Anagap.)
ALOCASIA (Horticultura).— Planta de
la familia de las aroídeas, originaria de Borneo
y cultivada en los invernaderos de Europa por
la belleza de sus hojas. Las principales espe-