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pero no negras. Crece espontáneamente en los
campos, en las viñas y en las florestas.
Para propagar por medio del cultivo esa
planta, que sin dxida conocieron los árabes
puesto que ha conservado el sello de su lengua
, se siembran los granos durante el otoño
ó durante la primavera en tiestos, y se transplantan
los pies cuando ya han adquirido bastante
desarrollo. También se propaga el alquequenje
por sí mismo, lo que indica que en
la mayoría de las comarcas se puede multiplicar
sin necesidad de someterle á todos los esmeros
del cultivo. Se utilizan en medicina todas
las partes de la planta menos la raíz, pero
muy especialmente las bayas, las cuales habrán
de recogerse cuando ya están maduras,
es decir, á fines de Agosto ó en Septiembre.
Cuando se desea acelerar la desecación, se
las separa del cáliz, se las expone al aire libre
primero, y después en un horno ó estufa
cuya temperatura se haya elevado á 40° centígrados.
Cuando están completamente secas
se asemejan á las azufaifas arrugadas. El comercio
las expende, ora separadas del cáliz,
ora envueltas en éste, que es de color anaranjado.
Son de sabor agrio, algo amargas y
bastante gratas al paladar. Contienen una
substancia cristalina amarga, que no es alcalina,
y recibe el nombre de jisalina, la cual se
ha empleado como succedánea de la quinina.
Se prepara fácilmente tratando las hojas de la
planta por el agua fría, y se agita vivamente
el extracto acuoso con cloroformo, en la proporción
de 2 gramos por litro, hasta que este
disolvente haya quitado al extracto todo su
amargor. Por un reposo prolongado el cloroformo
deja posar la fisalina. El sabor ácido de
las bayas es debido al ácido milico. En medicina
se prescribe el alquequenje en polvo
obtenido de las bayas ó de las hojas, á la dosis
de 4 á 20 gramos; en bayas frescas y maduras,
á la de 6 á 20; en infusión de bayas, en
la proporción de 15 á 60 por 1.000; en zumo
de las mismas, en cantidades de 30 á 60
gramos, y también en extracto vinoso, que
forma la base de las pildoras antigotosas de
Laville. Figuran generalmente en el jarabe
compuesto de achicorias.
Por las anteriores indicaciones se comprende
que se apliquen á diferentes usos. Las
bayas son diuréticas; las hojas, los tallos y los
cálices se emplean como depurativos amargos,
y de ahí que se hayan preconizado todas esaspartes
contra el mal de piedra, la gota, la ictericia
y varias especies de hidropesía, así como
también en su calidad de febrífugas, que poseen
en alto grado los polvos de las bayas y
de los cálices, y por lo mismo han solido
dar resultados satisfactorios en las fiebres intermitentes.
De ahí que constituyan un remedio
precioso para los campesinos, aun cuando
su acción no sea tan segura ni tan rápida
como la del sulfato de quinina. En cambio
cuentan con la no despreciable ventaja de
no costar nada y de hallarse siempre á mano
para los labriegos. Las hojas se emplean á ve­
ces exteriormente en fomentos y cataplasmas,
en concepto de calmantes y emolientes.
Se conocen otras especies de alquequenje,
siendo las principales las siguientes:
El comestible, alquequenje amarillo dulce ó
capidi cultivado (Pliyspalispubescens óedulis),
originario de la América meridional; es una
planta vivaz en los jardines, pero en las huertas
se la trata como anual. Forma muy buenas
matas de 70 centímetros á un metro, con
abundantes frutos jugosos de un amarillo anaranjado
, del tamaño de una cereza y sabor ligeramente
ácido.
Con el nombre de tomate de Méjico (Pliyspalis
mexicana) se conoce otra especie notable
por su vigor; tiene las flores amarillas, con
una mancha obscura en el centro, y produce
unas bayas del tamaño de una ciruela y de
sabor casi igual al de los tomates.
El alquequenje del Perú (Physpalisperuviana)
es otra especie recién importada, cuyos
frutos, de sabor agradable, se comen crudos ó
confitados. Se cultiva como la anterior, lo
mismo que los tomates. La recolección de los
frutos se verifica á principios de Septiembre,
cuya madurez se conoce por el aspecto del
cáliz, que se deseca como una hoja muerta.
Los frutos se conservan hasta Enero.
ALQUERÍA.— Casa de labranza, dependa
de una casa de campo, ó casa de campo de
labranza. De los fines que llenan las alquerías,
y de la forma en que deberán estar dispuestas,
nos ocuparemos al hablar de las
construcciones agrícolas y del establecimiento
de casas de labor.
ALQUEZ.— Medida de vino de 12 cántaras.
ALQUIFOL (Mineralogía).—Así se llama
al sulfuro de plomo que se emplea para el vidriado
de las vasijas de alfarería. Una vez reducido
el mineral á polvo y diluido en agua,
se sumerge en la preparación la pieza que se
haya de vidriar, después de haberla tenido en
el horno, y vuelta á éste, el alquifol constituye
un barniz que se adhiere enérgicamente
al barro de los cacharros. Mediante la combinación
de diferentes mezclas, se obtiene vidriado
de varios colores, negro, rojo, azul, etc.
ALQUITARA.—(V. Alambique).
ALQUITRÁN.—Llámase también brea vegetal
por algunos, aun cuando este nombre
debe reservarse para el producto que se obtiene
de la exudación de los residuos de la
purificación de la miera ó barras.
El alquitrán propiamente dicho es el producto
de la destilación seca de la madera resinosa
de los tocones ó cepas, y aun de los
troncos y de las ramas de las coniferas, esjsecialmente
de los pinos.
Toda madera de pino contiene jugos resinosos
y puede sacarse de ella alquitrán; sin
embargo, en los árboles jóvenes son muy escasos
aquéllos para poderse aprovechar con ventaja;
así es que de los troncos de los pinos se
utiliza solamente la verdadera tea, es decir,
aquella parte del leño cuyas cavidades anató-