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raíz tuberosa, de un dedo de gruesa, blanca
en el centro y amarilla en la parte externa;
de las raíces nacen tallos de 30 centímetros
de alto, que echan una espiga escamosa verduzca,
y su vértice un punto rojo; las espigas
llevan flores amarillentas que duran muy poco;
la corola es monopétala, dividida en cuatro
segmentos, uno maj'or que los otros, en figura
de labio; el fruto es una cápsula triangular,
con tres alvéolos que encierran varias simientes
de sabor amargo, aromático y de olor
agradable.
Crece naturalmente en las cercanías de
Gingi, de la cual procede el nombre de Gingiber
ó Zingiber. Se encuentra en las Islas
de la Sonda, en Java, Ceylan, Sumatra, en
las costas de Malabar y en China.
La raíz del jengibre (que es la planta de
que venimos tratando) es mny aromática, de
sabor acre, y da por la destilación un aceite
volátil de olor muy fuerte. En Inglaterra especialmente
se usa el jengibre como medicamento
y como especia. Los indianos hacen una
conserva muy agradable, tónica y excitante.
Hace algunos años que circula en el comercio
una clase de jengibre que traen los ingleses
de Jamaica; éste es de raíz muy delgada, de
color amarillento, estriada longitudinalmente;
tiene un sabor cáustico y olor muy agradable.
El segundo, Cardamomum ó azafrán de la
India, se distinguen en el comercio algunas
variedades, cuyas semillas difieren poco en
sus propiedades. Crecen en las costas de Malabar
y Java. Los indianos las emplean para
sazonar los alimentos. La farmacia las usa
también para algunas preparaciones medicinales.
Las otras variedades no tienen importancia
para nosotros; el tercero lo usan los países en
que se produce, Guinea y Madagascar, en sustitución
de la pimienta; el cuarto se consume
como planta de huerta; su raíz es menos aromática
que la del jengibre; se produce en el
Indostán, donde se le tiene por muy rítil para
curar los cólicos.
J. de Hidalgo Tablada.
AMONÍACO (Álcali volátil) (Química
agrícola).—Gas incoloro, de olor vivo y sofocante,
y de sabor irritante y cáustico, bastante
abundante en la naturaleza, y que se forma
por la descomposición de las substancias animales
y especialmente de las orinas. Durante
los grandes calores se desprenden de las letrinas
considerables cantidades de amoníaco,
cuya irritante acción provoca el lagrimeo. La
destilación de las materias azoadas produce
también considerable cantidad de amoníaco,
y precisamente á causa de su riqueza en sales
amoniacales los productos secundarios del negro
animal y el gas del alumbrado son recogidos
cuidadosamente por el comercio.
Ya hemos dicho que el amoníaco se halla
en la naturaleza; así, á corta distancia de Pozzuolo
(Italia) existe una gruta que llaman las
gentes del país gruta del amoníaco, porque
constantemente se desprenden de ella grandes
cantidades de ese gas. Mas no se crea que
el amoníaco se presenta por lo común en estado
libre sobre la superficie del globo. Una
de sus propiedades características precisamente
es su tendencia á unirse con muchos
ácidos, desempeñando funciones de base, para
formar cuerpos más ó menos volátiles, denominados
sales amoniacales. Ejemplos de ello
son particularmente el sulfhidrató de amoníaco,
que se desprende durante la putrefacción de
materias animales, y el carbonato de amoníaco,
engendrado principalmente por la descomposición
ígnea de dichas materias orgánicas.
Las sales amoniacales ejercen notable influencia
en el desarrollo de los vegetales, y algunas
de ellas representan la forma estable más común
del álcali volátil; de aquí la conveniencia
de conocer los principales caracteres de
esos cuerpos compuestos, y de aquí que hayamos
creído oportuno resumirlos brevemente.
Clorhidrato de amoníaco.—Con el nombre
de sal amoníaco conocía ya el comercio de los
antiguos egipcios ese producto volátil, que
obtenían sublimando en grandes retortas de
vidrio el hollín procedente de la combustión
de los excrementos del camello, que recogían
y ponían á secar para quemarle en sus hogares.
Todavía conserva hoy esa sal su antiguo
nombre, mas para obtenerla se apela á cuerpos
que no sabían utilizar los habitantes del
país del Nilo. En efecto, en la actualidad se
extrae de las aguas de depuración del gas, de
los productos líquidos de la destilación de los
cuernos y de los huesos en la fabricación del
negro animal, y sometiendo á la acción del
calor una mezcla de cloruro de sodio y de sulfato
de amoníaco, que da por resultado sulfato
de sosa que queda fijo, y clorhidrato de amoníaco
que se volatiliza y se condensa en la
parte fría del vaso en que se verifica' la reacción.
El clorhidrato de amoníaco, llamado
también muriato, es un cuerpo blanco, cuyos
cristales se agrupan á la manera de las barbas
de las plumas y se volatiliza á una temperatura
muy inferior á la del calor rojo. Se compone
de 68,17 partes de ácido clorhídrico y de 31,83
de amoníaco. Siendo esta sal más cara que el
sulfato, rara vez se emplea en agricultura.
Carbonato de amoníaco.—Es una sal extremadamente
volátil, de fuerte olor amoniacal,
que á la temperatura ordinaria desaparece en
la atmósfera, por lo cual se la ha llamado sal
volátil de Inglaterra, que es muy soluble en
el agua y presenta un color blanco. El comercio
la expende en cantidades de alguna consideración.
Sulfato de amoníaco.—Sal de color blanco
también, y soluble en el agua é insoluble en el
alcohol, de sabor amargo muy picante. Su
composición centesimal es de 17 de amoníaco
y 49 de ácido sulfúrico. Es la sal amoniacal
más importante para la agricultura, empleándose
comúnmente como abono, por ser la que
se fabrica en mayor cantidad, á causa de la
facilidad con que cristaliza y se conserva, per-