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en tierras en buen estado de cultivo. Para una
hectárea de labor, la reja debe cortar una superficie
de una hectárea, y como dada igual
tenacidad, el trabajo del corte horizontal permanece
el mismo, sean cuales fueren la anchura
y profundidad, su relación es de 2.600.000
kilográmetros, cuando la reja es plana y bien
cortante. Una buena reja puede economizar
las 27 centésimas partes de la tracción; de
suerte que, bajo el punto de vista de la menor
tracción, un buen arado, debe tener una reja
plana, que conserve bien su filo ó corte.
La vertedera se halla sujeta á diferentes resistencias;
cada uno de sus puntos está sometido
á tres fuerzas: una, que proviene de la
reacción de la tierra al girar contra la hélice;
otra, que es una fracción de la tracción total
de los animales; y la tercera, que está representada
por la presión de la vertedera contra
la tierra, igual y opuesta al peso de esta tierra.
La resultante de estas diversas reacciones es
igual á 128,8 kilogramos para una vertedera
apropiada para una tierra en buen estado de
cultivo, que tenga una longitud igual á una vez
64 de la anchura 0,24. Bajo el punto de vista
de la tracción, la forma de la vertedera es de
poca importancia, pero la tiene mucha bajo el
de la buena inversión ó volteo de la banda.
El peso del arado y el de la tierra que soporta,
así como las reacciones verticales de la
tierra sobre la reja, cuchilla y vertedera, accionan
sobre el dental, ejerciendo una presión
sobre su talón y sobre la parte inferior del
corte de la reja contra el fondo del surco. La
resistencia horizontal debida al frotamiento del
dental, es proporcional al peso del arado y á
las reacciones verticales de la tierra sobre las
tres piezas que trabajan, cuando, una vez
graduado, el dental marcha horizontalmente,
sin que el labrador se apoye sobre las estevas.
Si el arado tiene tendencia á entrar en el snelo,
el obrero se apoya fuertemente sobre las
estevas en los arados de timón partido, ejerciendo
una presión triple sobre el talón del
dental, lo que acarrea un aumento de frotamiento.
Sobre un arado graduado de este modo
, puede añadirse al centro de gravedad, situado
ordinariamente en una vertical que pasa
por la parte superior de su garganta, un peso
de 50 á 75 kilogramos, sin que aumente sensiblemente
la tracción, porque este peso añadido,
corresponde á una presión de 8 á 12 sobre
las estevas, para contrarrestar el efecto de una
graduación que ocasione demasiada tendencia
á la entrada del instrumento.
Aplicando M. Grandvoinnet los cálculos necesarios,
ha obtenido para el arado Grignon los
siguientes resultados : 1.°, para la cuchilla,
una reacción cuya proyección vertical es iguai
á 42 kilogramos y la horizontal á 54,6 kilogramos,
lo que da para la citada pieza, una
tracción de 38,80; 2.°, para la reja, una reacción
cuya proyección vertical es igual á 116,80
kilogramos y la horizontal 81,6 kilogramos,
lo que da para la parte de tracción que exige
la reja 78,8; 3.°, para la vertedera, la tracción
es de unos 16,50; 4.°, el dental soporta el peso
del arado, que es de 52,40 kilogramos; el de la
tierra que carga la vertedera, 11 kilogramos,
y por último, las reacciones verticales de las
tres piezas operadoras, en todo 133 kilogramos,
lo que da una tracción de 78,40. La reacción
contra la cara izquierda del dental, exige
una tracción de 20,8 kilogramos. De suerte
que, según estas cifras, en un terreno en buen
estado de cultivo, existe en totalidad una reacción
de 233,30 kilogramos, superior á la que
realmente exige el arado de Grignon, pero en
la que las resistencias conservan sus relaciones
de magnitud.
En un soporte ó una rueda que resbala
sobre el terreno, la tierra no ejerce reacción
contra él, á no ser que esté sometido á una presión
sobre esta tierra. En el caso de una buena
graduación, es pequeña la resistencia debida
al soporte, pero puede ser considerable
cuando una mala disposición dé al arado
tendencia á profundizar, ejerciéndose por consecuencia
una gran presión sobre él. Un antetrén
de grandes ruedas en un arado bien dispuesto,
ocasiona por sí mismo un aumento de
resistencia insignificante. En un arado bien
construido, y representando por 100 la resistencia
total, debe distribuirse próximamente
de la siguiente manera:
La cuchilla exige 17,5
La reja 35,4
La vertedera 9,4
El dental 37,7
Las consecuencias prácticas que deduce
M. Grandvoinnet del estudio de las resistencias,
son las siguientes:
1. a Un arado medianamente construido
exigirá en la misma tierra, 60 por 100 más
de tracción que otro bien construido, siendo
la que sigue la influencia parcial de cada pieza:
Una reja demasiado rígida puede aumentar
la tracción 28,0 por 100
Una cuchilla demasiado gruesa ó mal
colocada 17,5 por 100
Una vertedera demasiado rígida y mal
contorneada 11,0 por 100
Una construcción pesada 8,2 por 100
2. a En una tierra endurecida, la cuchilla y
la reja exigirán de 180 á 340 por 100 de más;
y suponiendo que la resistencia de la vertedera
y del dental no aumenten con el endurecimiento
de la tierra, habrá, no obstante, un aumento
de 95,22 por 100 por sólo el efecto del
endurecimiento.
3. a Si se aumenta la profundidad sin cambiar
la anchura, la resistencia de la cuchilla
aumenta proporcionalmente , sucediendo lo
propio con la tracción exigida por la vertedera,
puesto que aumenta el peso que hay que
levantar; la tracción del dental aumenta también
en razón del mayor peso de la tierra, pero
la resistencia de la reja permanece poco más ó
menos la misma. Para un aumento de 2 centímetros
en tierras propias para el cultivo, ha-