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tinadas, de color moreno rojizo, con algunas
manchas opalinas. La rotura se vuelve roja
rápidamente al contacto del aire y de la luz;
el olor es aliáceo, fuerte', fétido, y de ahí que
en otros tiempos se haya denominado stercus
diaboli. El sabor es acre, amargo y muy desagradable.
Los persas, que emplean como condimento
ese producto, le han llamado manjar
de los dioses, porque obtienen de él los resultados
culinarios que nosotros obtenemos del
ajo. La verdad es que hervida la carne con
pequeñas cantidades de asafétida, resulta más
sabrosa. La asafétida se disuelve en el alcohol
á 80° en la proporción de dos tercios. La
planta llamada Férula orientalis produce también
esa gomo-resina.
La asafétida se administra como gomo-resina,
en el estado en que la naturaleza la presenta,
á las dosis de 5 decigramos á un gramo,
en pildoras, poción ó emulsión, siendo preferible
la forma pilular, á causa del sabor desagradable
del producto. También se aplica en
lavativas ó enemas, á la dosis de 4 á 8 gramos;
en tintura alcohólica, de 1 á 4 gramos; en
tintura etérea, de 1 á 8 gramos; en hidrolato,
de 20 á 100, y como uno de los ingredientes
en las pildoras antihistéricas de la farmacopea.
A pesar de su olor desagradable, ya hemos
dicho que la asafétida es empleada en condimento
por los persas; los animales herbívoros,
y particularmente los bueyes, la comen
bien, siendo de advertir que ofrece pocos ó
ningún peligro, puesto que los experimentadores
la han llegado á ingerir en dosis de 15 gramos,
sin otro inconveniente que el hedor que
comunica á los excrementos. Sin embargo, es
indudable que produce efectos fisiológicos;
que activa la digestión á la manera de los
aromáticos amargos; que retarda la circulación
como un antiespasmódico y modera la
actividad del sistema nervioso, y que modifica
las secreciones bronquiales á consecuencia de
ser eliminadas por las vías respiratorias. Precisamente
se usa este agente medicinal para
obtener alguno de esos tres efectos. Durante
la Edad Antigua la consumía el hombre en
Grecia, y era llamada manjar de los dioses,
así como en la Edad Media era conocida con
el nombre de estiércol del diablo.
De aquí que por su acción antiespasmódica
y digestiva se emplee en los constipados tenaces
y en los cólicos flatolentos de los histéricos
ó hipocondríacos. Se preconizaba antes
con gran entusiasmo en las enfermedades nerviosas
de los órganos respiratorios, en el asma,
en la tos espasmódica, en la angina estridulosa,
en el espasmo de la glotis, en la coqueluche,
en los catarros sofocantes para favorecer
la espectoración, y en los diferentes accidentes
del histerismo; en los últimos tiempos han
comenzado los médicos á prescindir en la
mayoría de los casos de ese medicamento,
sustituyéndole con otros de análoga eficacia
y que no ofrezcan el grave inconveniente del
hedor. También se ha indicado la asafétida
como antihelmíntico, y como emenagogo en
ciertas cloróticas y anémicas, y como sedativo
y calmante en las palpitaciones del corazón
en las cloróticas; en veterinaria se emplea
como antiespasmódico.
Del mismo género que la asafétida es la
Férula erubescens de Bois., que produce la
gomo-resina llamada gálbano, importada en
Europa de la Siria y de la India, ora en lágrimas,
ora en masas aglutinadas. La designada
con el nombre de sagapeno ó goma seráfica,
fluye de la Férula pérsica de Wild., ó
férula de Persia. De una y otra hablaremos
en el lugar correspondiente.
ASANA.—Nombre que se da en las Islas
Filipinas al árbol silvestre Pterocarpus pallidus,
Blum., de la familia de las Leguminosas,
subfamilia de las Papilionáceas (V. Pterocarpus.
)
ASAR.—En Guejar, Barranco de Guarnón
y otros puntos de Sierra Nevada, dan este
nombre al Acer granatense, Boiss. (A. opulifolium,
Vill., var. granatense?) (V. Arce.)
AS ARO (Asarum, de Tour.; Asarum europeum,
L.; Officinale, de Moench).—Es llamado
también oreja de fraile, oreja de hombre
Figura 278.—Asaro
y asarabácara, y debe esa denominación, derivada
del griego aseros, á que los antiguos la
rechazaban y no se adornaban nunca la cabeza,
con ella. Es una planta indígena (figura 278),
muy común en los montes de Cataluña, Burgos,
Lióbana y Asturias, que constituye un género
de la familia de las aristoloquias. Siempre
verde y de olor desagradable, su rizoma es
tortuoso, del grosor de una pluma de escribir,
de forma cuadrangular, de color moreno
gris en el exterior y amarillento en el interior,
con abultamientos de trecho en trecho, de los
cuales salen unas raicillas blancas. Los tallos
que nacen de ellas alcanzan una longitud de